Wednesday, May 18, 2022

Temas y personajes (115) en “El espejo enterrado” de Carlos Fuentes: Desde Pio X hasta Luis de Bavaria, por Javier J. Jaspe

En pocas palabras. Javier J. Jaspe

Washington D.C. 

La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el  descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.

El objetivo de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en Internet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este centésimo décimo quinto artículo se refiere a temas y personajes que van desde Pio X (1835-1914) hasta Luis de Bavaria (1845-1886). Veamos:

Pio X (431) – “…San Pío X….(Giuseppe Melchiorre Sarto; Riese, 1835 - Roma, 1914) Papa de la Iglesia católica (1903-1914). Su pontificado, de signo claramente conservador, se caracterizó por su cerrazón y su oposición a las reformas. Ordenado sacerdote en 1858, Giuseppe Melchiorre había estudiado en Castelfranco y en el seminario de Padua. Fue obispo de Mantua y cardenal en Venecia antes de ser elegido papa en 1903, tras el fallecimiento de León XIII…..

Durante su pontificado combatió cualquier manifestación de liberalismo intelectual y particularmente el modernismo (una revisión del pensamiento religioso a la luz del progreso de la ciencia), llegando a incluir diversas obras de esa tendencia en el Índice de Libros Prohibidos.

Promovió en cambio la renovación religiosa de la liturgia, mediante los decretos sobre la música sagrada, la comunión frecuente y la reforma de los libros litúrgicos. También creó una comisión para la reforma del derecho canónico (1904), reorganizó la curia romana e impulsó el inicio de una publicación oficial de la Santa Sede (Acta Sanctae Sedis, 1909).

Su ideología conservadora llevó a la ruptura de la Santa Sede con Francia en 1905 y con Portugal en 1911 por las legislaciones anticlericales que estos países habían promulgado, y que incluían la proscripción de la enseñanza religiosa y la confiscación de bienes eclesiásticos. En 1909 disolvió la Opera dei Congressi italiana, el mismo año que creó el Pontificio Instituto Bíblico. En una alocución de agosto de 1914 intentó sin éxito evitar la Primera Guerra Mundial; murió pocos días después. Reunido el cónclave, los prelados eligieron como nuevo pontífice al cardenal Giacomo della Chiesa, que adoptó el nombre de Benedicto XV. En 1954, cuarenta años después de su fallecimiento, Pío X fue canonizado por el papa Pío XII…..”

(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pio_x.htm, Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004)

También puede verse:

(https://es.catholic.net/op/articulos/32218/cat/719/quien-fue-el-papa-san-pio-x.html#modal);

(https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/8797/San%20Pio%20X);

(https://www.youtube.com/watch?v=iXV4XmCKqCY, Rome Reports en Español);

(https://www.vatican.va/content/pius-x/es.html);

(https://listindiario.com/la-vida/2016/08/21/432025/quien-fue-san-pio-x, por Maruchi R. de Elmudesi);

(https://www.youtube.com/watch?v=ZcZeZ3sW1HI, Canal Stella María Tv);

(https://www.aciprensa.com/recursos/san-pio-x-3030);

(https://www.uepiox.edu.ec/patrono);

(https://institutocatequistico.com/i/index.php/dec/88-breve-biografia-de-s-pio-x).

Las cenas de Tango del Hotel Savoy en Londres (431) – “….London society of 1913-1914 was tango mad. The dance made its way across the Channel from Paris, where it had become a vogue after its introduction by Argentinian dancers in 1910, and was adopted with even more alacrity than the cake-walk or the animal dances. As expected, the even greater physical contact of bodies and its “exotic” antecedents in the lower-class districts of Buenos Aires, precipitated even more denouncement from the moral leaders of the day and from royalty (the Kaiser banned the tango after learning his daughter-in-law, Kronprinzessin Cecilie was taking lessons).

Hostesses struggled with banning the dances from their ballrooms and from their debutante daughters, with an anonymous peeress declaring the Times: “I am one of the many matrons upon whom devolves the task of guiding a girl through the mazes of a London season, and I am face to face with a state of affairs in most, but not all, of the ballrooms calling for the immediate attention of those in like case. My grandmother has often told me of the shock she experienced on first beholding the polka, but I wonder what she would have said had she been asked to introduce a well-brought-up girl to the scandalous travesties of dancing which are, for the first time in my recollection, bringing more young men to parties than are needed…I…ask hostesses to let one know what houses to avoid by indicating in some way on their invitation cards whether the ‘Turkey Trot,’ the ‘Boston’ (the beginner of the evil,) and the ‘Tango’ will be permitted.”

These more conservative ladies could not stop the craze, particularly when many ultra-fashionable hostesses–including the Duchesses of Marlborough and Manchester, the Countess of Essex, Mrs. George Keppel, and Mrs. Hwfa Williams–gladly established themselves as the “chief tango hostesses” in high society.

Soon, the tango moved out of ballrooms and into London’s top restaurants and hotels with the establishment of “tango teas.” These, according to Ethel Lucy Urlin in Dancing, Ancient and Modern, were “held more often than not in large hotels…A fixed charge is made for admission including tea, and a couple of young professionals engaged, who usually start the dances, a full programme of One-step and Two-steps being those most frequently desired, with a “Tango” or other dance of that nature interspersed to break the monotony.”

Princes’, the Hotel Cecil, the Savoy, and the Trocadero were the places for high society to watch and gossip as popular professional dancers like Maurice and Florence Walton, or Marquis and Gladys Clayton, displayed their nimble dance moves between the elegant tables. Traditional theatres like Queen’s Theatre in Shaftsbury Avenue and even the Opera House at Covent Garden cleared away their stalls to set up tables and chairs for tango teas, where the audience sipped tea and nibbled cucumber sandwiches and cake, which were included in the half-a-crown ticket. During these theater-based tango teas, the hired dancers tangoed, and their exhibition was followed by a dress parade of the latest modes…..

The tango effectively killed the true hobble skirt of 1911-1912, and even the modification–a cleverly concealed slit–was declared an interference. Harem pants, introduced by Paul Poiret, were worn only by the most daring of women, so shrewd couturiers and dressmakers a bevy of more acceptable “tango” attire, like tango hats, tango stockings, tango waists, and tango shoes.

In 1914, the desire to tango, turkey trot, Boston, etc brought society to the nightclub (or supper club). The daring and raffish Lady Diana Manners had been sneaking away to nightclubs as early as 1912, most notably The Cave of the Golden Calf off Regent Street, but now that many restaurants were often closed after the later theatre hours, there was no place to dine or see and be seen after about 11 PM.

These nightclubs–the Lotus, the Four Hundred, Murray’s, among others–could be open as long as the proprietor pleased, and were also exclusive, being run along the lines of a traditional club, with dues and a capped membership…..”

https://www.edwardianpromenade.com/dance/tango-teas-and-tangocitis/

También puede verse:

https://www.thesavoylondon.com/history/face-the-music-and-dance/

https://cocktailbook.com/savoy-tango/

http://ilinkacollection.com/blog/tag/the-savoy-hotel-london

 

La América española y la búsueda de una identidad cultural…(432) – “…Los latinoamericanos debemos hacernos cargo de una historia compleja, que nos relaciona con Oriente y Occidente. No está de más recordarlo, América Latina ha albergado y alberga aún, pueblos originarios, no-occidentales, de diverso grado de evolución, que según se afirma provenían del Asia y de la Polinesia: esos pueblos sufrieron, luego de miles de años de asentamiento, la invasión y colonización de españoles y portugueses. Al decir que esto ocurrió desde fines del 1400, debemos reconocer que tanto nuestra medición del tiempo, como el idioma en que damos cuenta de la misma, pertenecen a la tradición de Occidente. Es necesario aceptar un proceso complejo, como todo proceso histórico, que nos incluye aunque vengamos de inmigraciones más recientes, y nos impone alejarnos de una absurda “toma de partido” por sus componentes. Esa historia, de difícil simplificación, hizo de Europa el partenaire obligado de América, y de ésta, como dice Carlos Fuentes, el “espejo enterrado” de Europa. La identidad hispanoamericana se fue construyendo en un permanente diálogo con la Modernidad euro-occidental, y en una parcial y crítica aceptación de su desarrollo. Las nuevas naciones emancipadas formaban parte de un conjunto, y dentro del mismo, de regiones bien reconocibles, que incluyen parcialidades nacionales. Un ejemplo lo constituye, en la Argentina, la presencia de regiones de identidad marcada, como el Noroeste, ligado a la cultura peruana y boliviana que forma parte de la cultura Andina, o el Litoral, que participa de la fisonomía del Paraguay, o las provincias de Cuyo, que se relacionan histórica y culturalmente con Chile. Por ello es necesario y legítimo ampliar el concepto de identidad nacional al más abarcador de identidad latinoamericana, reconociendo que estamos frente a una familia de pueblos con una historia y un acervo cultural comunes, y diferencias regionales o nacionales que no fragmentan sino matizan aquella unidad, hoy planteada como el horizonte ineludible de una reintegración política.

Podríamos intentar el siguiente esquema de las oleadas sucesivas de modernización, con fechas y conceptos aproximativos. Primera modernización (1492-1810). El continente, nombrado como América por el cartógrafo europeo Waldessemüller, era habitado por pueblos de disímil grado de evolución. Algunos de ellos eran nómades y recolectores, mientras otros habían producido civilizaciones de cierto grado de avance, con la construcción de ciudades más grandes que otras europeas contemporáneas y adelantos en su conocimiento del mundo, una concepción del tiempo y los ciclos cósmicos, una ética de vida basada en el respeto a la naturaleza…. Algunos de los pueblos autóctonos eran ágrafos, otros tuvieron una escritura pictórica o ideográfica. Los colonizadores españoles y portugueses, a partir de la llegada del Almirante Colón, introducen la Modernidad europea, incipiente en la Península. Traían el hierro, las armas de fuego, el caballo para la guerra, los instrumentos de medición, la brújula, el vidrio, los objetos manufacturados, el alfabeto. Implantaron su idioma (español, portugués) de origen latino y con él cierta manera racional de mirar el mundo. Las lenguas del conquistador fueron incorporando el vocabulario indígena, y manteniendo algunos arcaísmos hasta conformar la lengua que hablamos, cuya sintaxis racional latina ha persistido. Los españoles instalaron muy prontamente imprentas e introdujeron el libro, instrumento de la colonización y la evangelización –un objeto extraño para los indígenas, que pintaban sobre cortezas de árboles– fundaron escuelas, universidades, conventos. Trasladaban a los pueblos aborígenes –y no es un dato menor– la tradición judeocristiana, si bien la fe popular se encargaría de matizarla con creencias indígenas. Al incorporarse, en forma oprobiosa, al esclavo africano, se amplió la base antropológica multiétnica de los pueblos del Nuevo Mundo. Llegó a crearse el Reino de Indias, que formaba parte del estado español con sus características propias, y fue destruido por el propio estado español con el advenimiento de los Borbones. Segunda modernización (1810-1860). Las colonias españolas (no así las portuguesas) se emancipan a partir de 1810, bajo la tutela ideológica de Francia y los Estados Unidos, y con el control comercial de Inglaterra, como ha sido suficientemente demostrado por el revisionismo histórico de varias generaciones. Las minorías libertarias esgrimían instrumentos ideológicos liberales, netamente europeos, aunque era reconocible en el territorio un americanismo ancestral, gestado en la población mestiza. Las consecuencias de esta distancia se verían en las décadas subsiguientes, a través de guerras internas –nunca totalmente resueltas– que expresaron la confrontación de las minorías europeizadas con grandes masas populares herederas de la cultura indiana. Tercera modernización (1860-1930). Con el triunfo de las minorías liberales se inicia la organización de las naciones, que tomaron como modelos a la joven nación norteamericana, emancipada de Inglaterra en 1776, y a Francia, cuya revolución (1789) había abolido el régimen monárquico, y declarado los derechos universales del hombre. Se hizo evidente, a partir de la década del 80, la rápida europeización de las ciudades, y el contraste con las masas campesinas, “criollas” y en gran medida analfabetas, los cual no significa carentes de cultura (Los caudillos eran hombres cultos que fueron mostrado como bárbaros). La América hispánica había quedado como un subcontinente agrario dependiente del comercio con Gran Bretaña. Algunos intelectuales, especialmente la generación del 900, iniciaron una fuerte denuncia, desarrollando un nacionalismo latinoamericano que tuvo consecuencias años después. Cuarta modernización (1930-1990). A partir de 1930, se inicia la parcial industrialización de los países latinoamericanos y la emergencia de losmovimientos nacionales. Las minorías dirigentes se dividieron, y se dio el surgimiento de posiciones de revisión histórica y revaloración de la cultura propia. En la Argentina el brote nacionalista del 43 abre paso al líder popular Juan D. Perón, que avanzó la Tercera Posición entre las potencias que polarizaban el mundo. Pese al accionar de los movimientos nacionales, América Latina sufrió, innegablemente, a partir de los años 50, una penetración del american way of life. Quinta Modernización (1990 - …). Pero la historia occidental había de producir aún una última “revolución”, de carácter implosivo, que arranca de los años 60. La invención delmicrochip abrió la era cibernética, puso en marcha la robotización e inauguró la revolución de las comunicaciones, generando como consecuencia la destrucción del estado socialista y la expansión del capitalismo a buena parte de la tierra, dentro del llamado “nuevo orden mundial”. Este imperfecto esquema apunta solamente a señalar la necesidad de una toma de conciencia de lo que ha significado y significa el proceso de la Modernidad, que viene durando cinco siglos, tantos como la etapa propiamente histórica de América……

(https://www.redalyc.org/pdf/279/27928910013.pdf, por Graciela Maturo, páginas 154,155 y 156). También puede verse:

(https://www.viceversa-mag.com/la-identidad-hispanoamericana/, por Gabrielle Van Weilie.ver también apéndice abajo);

(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182010000100003, por Samuel Sosa Fuentes);

(https://hispanidad.tripod.com/identid.htm, por Germán Doig Klinge);

(https://journals.openedition.org/polis/4122, por Carlos Tünnermann Berheim, ver también apéndice abajo);

(https://www.eumed.net/rev/cccss/20/sgdb.html, Marisol Sánchez Gutiérrez y José Manuel Dalama Bonachea);

(https://estelasocias.cl/2019/03/10/una-aproximacion-a-la-identidad-en-hispanoamerica/, por Estela Socías Muñoz);

(https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-identidad-hispanoamericana-nid1158658/, por Carlos Escudé);

(https://www.alquiblaweb.com/2012/08/24/la-cultura-hispanoamericana-contemporanea/);

(https://journals.openedition.org/polis/4011?lang=en, por Antonio Elizalde).

 

Luis de Bavaria (431) – “….Luis II de Baviera…. (1845/01/07 - 1886/06/13)… Ludwig Otto Frederik Wilhelm von Wittelsbach… Rey de Baviera (1864-1886)…. Nació el 7 de enero de 1845 en Nymphenburg. Hijo y sucesor del rey Maximiliano II.
Apoyó a 
Austria durante la Guerra Austro-prusiana en 1866, pero luchó aliado a Prusia en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871…..

En 1871 aceptó la incorporación de Baviera al II Imperio (ReichAlemán.
Fue un gran 
mecenas del arte y de la música; ayudó económicamente a Richard Wagner en los primeros años de su carrera, además de encargar la construcción de diversos castillos.
El de
 Neuschwanstein, fue su obra cumbre. Situado en la cumbre de un cerro rodeado de precipicios y en medio de densos bosques de pinos y abetos, este castillo de hadas despliega su arquitectura de fantasía. Como en todas sus demás obras, el proyecto nació de su imaginación y aunque fue construido por un grupo de arquitectos, el rey supervisó a pie esta monumental obra en la que se inspiró Walt Disney para crear el castillo de La Bella Durmiente.
Se le declaró incapacitado mentalmente para gobernar en 1886 y su tío 
Leopoldo (hijo del rey Luis I) fue nombrado príncipe regente.

Luis II de Baviera murió el 13 de Junio de 1886, junto a su médico personal. Fueron encontrados ahogados en el lago Starnberg, cercano al castillo de Berg en el que había sido recluido. La versión más romántica del suceso dice que pretendía escapar de su confinamiento. Como era un notable nadador, quiso huir a nado hasta donde le esperaba con un coche de caballos su prima Sissí…..”

(https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/6082/Luis%20II%20de%20Baviera). También puede verse:

https://www.britannica.com/biography/Louis-II-king-of-Bavaria

https://www.elespanol.com/cultura/historia/20210117/luis-ii-baviera-rey-atormentado-acostaba-soldados/551445989_0.html

https://www.disfrutamunich.com/rey-loco

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/luis_ii.htm, por Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004));

(https://www.neuschwanstein.de/spanisch/luis/biograf.htm);

(https://www.youtube.com/watch?v=HtLJOAg7pDk, BioPic Channel);

(https://www.youtube.com/watch?v=PN1wWM2xekE), Sisi el Mito).

(https://www.youtube.com/watch?v=8skpWQeeLDM, DW Español)

 

Apéndice 

 

Sobre la identidad hispanoamericana, por Gabrielle Van Weilie

Marzo 28, 2016

 

EN: https://www.viceversa-mag.com/la-identidad-hispanoamericana/

 

¿Qué significa ser hispanoamericano? Hablando conforme a los diccionarios, un hispanoamericano es una persona que proviene de un país americano que haya sido colonizado por España o sus gentes. Hablando coloquialmente, un hispanoamericano suele hablar bien alto, llegar tarde a todas partes y andar siempre sobrevestido en comparación con otros grupos étnicos. El hispanoamericano también tiene un paladar que anhela la carne roja y al que le gusta la sazón y el picante. Al hispanoamericano le gusta la música alta, los bailes movidos y todo aquello que invite a una mayor cercanía entre él y los suyos. También, gracias a su pobreza y tercermundismo, es excesivamente creativo y siempre piensa «fuera de la caja» porque simplemente casi nunca posee la famosa caja.

 

En fin, que lo que quiero decir es que un hispanoamericano no es única y exclusivamente un tipo Sofía Vergara con grandes proporciones y un acento quebrado. Venimos de todos tamaños y colores. Algunos somos más indígenas, otros somos más africanos y otros preservamos un españolismo casi intacto. Con el tiempo muchos nos hemos ligado con árabes, con europeos nórdicos, con otros tipos de hispanos, o cómo en mi caso, nos hemos fusionado con todo. En República Dominicana venden muñecas «tradicionales» sin rostros debido a que no existen «rasgos dominicanos», pero esa misma filosofía puede ser empleada a toda Hispanoamérica.

El hispanoamericano tiene más de latino que de dominicano, de argentino, de colombiano. Esto lo intuí de muchos autores y lo confirmé a través de vivencias propias. He vivido por casi cuatro años en un campus lleno de latinoamericanos, y la verdad es que no existe mucha diferencia entre unos y otros salvo que por los acentos y un que otro rasgo físico. Es decir, aunque tengamos nuestras propias identidades nos reconocemos sin prejuicio en el océano global. Un latinoamericano es siempre un hermano porque el latinoamericano, a diferencia de un europeo o un estadounidense, sabe lo que significa ser huérfano de padre y madre.

 

Y cuando digo latinoamericano incluyo naciones como Brasil y Haití, que han pasado por lo mismo. Desde la época colonial con sus esclavos, a la United Fruit Company, a los dictadores títeres que nos convirtieron en peones de la Guerra Fría, hasta el sol de hoy donde abundan la violencia, la pobreza, y sobre todo la corrupción hemos velado y sufrido cada primer paso que nuestras naciones han tratado de dar.

 

El tema es que independientemente de lo que piense Donald Trump, o hasta de lo que pensemos nosotros mismos sobre qué significa ser hispanoamericano, mejor que antes sí estamos aunque vayamos a un paso tan parsimonioso ante lo insólito que nos sintamos como que vamos en retroceso.

 

El 2016 es año de elecciones y de tomas de posesión para muchos gobiernos hispanos, y no es que repentinamente van a cambiar los candidatos y los partidos se van a enderezar y vencerá la paz y la unidad, pero un nuevo ciclo da cabida a más introspección y menos retrospección, porque quejarse de gobiernos pasados y dejarnos llevar por el presente que es lo único que, aunque poco, podemos controlar resuelve muy poco. Vamos a pensar fuera de la única caja que tenemos: la del tercermundismo. En otras palabras, por volver a la coloquial, no es posible que después de tanto nadar sinceramente nos dejemos ahogar en la orilla. Sí, la orilla del renacer hispanoamericano parece a veces tan inalcanzable como el horizonte, pero debe existir algún consuelo en pensar que ya llevamos más de quinientos años nadando y no es hora de quedarnos a la deriva.…..

América Latina: identidad y diversidad cultural. El aporte de las universidades al proceso integracionista, por Carlos Tunnermann Berheim

EN: https://journals.openedition.org/polis/4122

 

“….La expresión América Latina comprende una realidad sumamente compleja, donde se dan casi por igual las diversidades y similitudes.  De ahí que si se pone el acento en las diferencias y regionalismos, es posible negar la existencia de América Latina y de la unidad esencial que brota de su misma diversidad.  Si seguimos esa línea, se llega a afirmar que no existe una América Latina, sino tantas como países o subregiones la componen, por lo que cualquier pretensión de reducirla a una sola entidad no es más que aceptar, a sabiendas, un mito o una ficción…..

A pesar de más de siglo y medio que llevan nuestros países en ensayar, aislados los unos de los otros, su propia vida independiente, la Nación latinoamericana, “subyacente en la raíz de nuestros Estados Modernos, persiste como fuerza vital y realidad profunda”. Aun reconociendo las diferencias, a veces abismales, que se dan entre nuestros países, no cabe hoy día negar la existencia de América Latina como entidad ni las posibilidades que encierra su unidad esencial.  Tampoco es válido aceptar su existencia como simple ficción…..
Por el lado del futuro es donde más cabe afirmar su identidad y unidad, en lo que éste tiene de promisorio para una región en busca de un destino común.  Este es el criterio de quienes como Darcy Ribeiro han examinado, desde distintos ángulos, las posibilidades de una América Latina integrada o integrable: “Latinoamérica, afirma Ribeiro, más que una entidad sociocultural diferenciada y congruente, es una vocación, una promesa.  Lo que le confiere identidad es fundamentalmente el hecho de ser el producto -tal como se presenta actualmente- de un proceso común de formación que está en curso y que puede, eventualmente, conducir  a un congraciamiento futuro de las naciones latinoamericanas en una entidad sociopolítica integrada”…..

El hecho de que nuestra unidad se afinque más en el futuro que en el pasado, no significa desdén por nuestra historia ni adhesión a la actitud de querer vivir en el futuro y no en el  presente.  En realidad, sólo apoyándonos en nuestro pasado, sin negarlo sea cual fuere, es que podremos construir nuestro futuro con los materiales del presente.  Construirlo día a día, no simplemente esperarlo.  Negar el pasado es como negarnos a nosotros mismos. Sin él dejamos de ser lo que realmente somos, sin llegar a ser tampoco algo distinto….

La construcción de nuestro futuro tiene como condición sine qua non un compromiso de autenticidad, en el sentido de que debemos hacer frente a tan extraordinaria empresa partiendo de nosotros mismos: lo que hemos sido, lo que somos y lo que podemos ser, gracias a los esfuerzos de nuestros propios pueblos…..

Para afirmarnos en nosotros mismos tenemos que comenzar por conocernos.  ¿Qué somos en realidad?  ¿Cuáles son las características que configuran el perfil particular de nuestro pueblo y de nuestro continente?  Somos por excelencia un continente mestizo.  Y es que sin negar los distintos componentes étnicos y las diferencias culturales que se dan entre las distintas regiones, el hecho es que, como dice Jacques Lambert, “la América Latina se ha convertido en la tierra del mestizaje”.  Ese es el rasgo más característico de su composición étnica.  ¿Qué queremos decir por “mestizo”?, se pregunta Maradiaga. “¿Mezclado de sangre?”.  Desde luego, así, en general; pero también algo menos y algo más.  Algo menos porque no es menester que Pérez o Fernández tenga sangre india para que sea mestizo; basta que viva en el ambiente hispanoamericano o indiohispano que condiciona su ser físico y moral.  Y algo más, porque la mesticidad de Hispanoamérica es en último término fruto de un injerto del tronco-ramaje español en el tronco-raigambre indio; de modo que el español no arraiga en la tierra americana más que a través del indio”…..
La “Declaración de México” proclamó el derecho de los pueblos, naciones y comunidades a su identidad cultural.  “Cada cultura, se dijo, representa un conjunto de valores únicos e irreemplazables, ya que las tradiciones y formas de expresión de cada pueblo constituyen su manera más lograda de estar presente en el mundo”.  De ahí que la afirmación de la identidad cultural contribuye a la liberación de los pueblos.  Por el contrario, cualquier forma de dominación niega o deteriora dicha identidad…..
La afirmación de la identidad cultural no significa promover el aislamiento ni la confrontación con otras culturas.  En realidad, la identidad cultural de un pueblo se enriquece en contacto con las tradiciones y valores de otras culturas.  “La cultura es diálogo, dice la “Declaración de México” antes citada, es intercambio de ideas y experiencias, apreciación de otros valores y tradiciones; se agota y muere en el aislamiento”….

La UNESCO y sus Estados Miembros han proclamado el principio de que identidad cultural y diversidad cultural son indisolubles.  La esencia misma del pluralismo cultural lo constituye el reconocimiento de múltiples identidades culturales allí donde coexisten diversas tradiciones.  La comunidad internacional ha proclamado que es un deber velar por la preservación y la defensa de la identidad cultural de cada pueblo, partiendo del reconocimiento de la igualdad y dignidad de todas las culturas, así como el derecho de cada pueblo y de cada comunidad a afirmar y preservar su identidad cultural y a exigir su respeto…..

Una cultura de la diversidad implica el respeto al derecho a ser distinto o diferentes, hoy en día considerado como uno de los derechos humanos de tercera generación.  La negación del “otro” conduce a diferentes formas de opresión y desemboca en la violencia.  El “otro” puede ser la mujer, el indio, el negro, el mestizo, el marginal urbano, el campesino, el inmigrante, el extranjero.  Esta cultura de la negación del otro genera la cultura de violencia, que ha sido una de las principales limitantes para nuestros esfuerzos democráticos y para la construcción de una cultura de paz…..

En el caso de América Latina el pluralismo cultural adquiere especial relevancia en relación con los pueblos indígenas, cuya cultura generalmente ha sido menospreciada o marginada, en vez de considerarla como lo que realmente es: uno de los factores raigales de nuestra identidad…..

Nuestras sociedades multiétnicas tienen que institucionalizar el diálogo pluricultural, franco e igualitario, que incluya a los pueblos indígenas, afroamericanos y de origen europeo y asiático.  América Latina puede aportar al concierto de naciones una sensibilidad propia, una especificidad cultural, fruto de ese crisol de razas y culturas que realmente somos.  “Este mensaje de espiritualidad, creatividad artística, vitalismo existencial y convivialidad, son los valores que puede transmitir América a un mundo marcado hoy por la ruptura brutal de las matrices sociales que ligan a los hombres. El nuevo orden tribal fractura naciones, etnias, religiones, clases, partidos, sindicatos, familias, dando lugar al resurgimiento de particularismos beligerantes”2……

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