En
pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington
D.C.
La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.
El objetivo
de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves
textos adicionales encontrados en Internet, sobre temas y personajes
mencionados en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado
de cada tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el
cual se mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en
itálicas, en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente.
Este centésimo décimo artículo se refiere a temas y personajes que van desde Alphonse de Lamartine
(1790-1869) hasta Auguste Comte (1798-1857). Veamos:
Lamartine
(423) – “… Lamartine, Alphonse de – (1790-1869)…. Con
iniciadores como Chateaubriand y Nodier, a Lamartine (aun
con ciertas reservas) se le incluye ya en esa generación romántica de poetas
que vendrán a ilustrar pocos años después Vigny, Hugo y Musset. Alphonse Marie
Louis de Prat de Lamartine nacía en Mâcon (Borgoña), el 21 de octubre de 1790,
iniciada ya la Revolución, en el seno de un familia de pequeña nobleza
provinciana, en cuyo hogar han nacido ya Marie Cécile et Césarine, y nacerán
luego Jean Marie Félix, Susanne y Sophie. Y eran sus progenitores Pierre de
Lamartine (1752-1840), chevalier de
Pratz, capitán de caballería, realista y ferviente católico, y Alix des Roys,
hija del intendente de Louis-Philippe, duque de Orleáns (luego “Philippe Égalité” que morirá bajo la cuchilla).
Los agitados años que vivió Francia golpearon también a su familia, como a
tanta otras, señaladas por los orígenes, las opiniones o el simple apellido; y
el joven adolescente hubo de visitar a su padre en las mazmorras del Terror
revolucionario…..
http://www.miscelaneasdeculturafrancesa.es/2019/04/23/lamartine-alphonse/,,,. Cuando
finalizó los estudios se trasladó a Italia, concretamente a Nápoles; esta
experiencia quedó fielmente reflejada en su obra, que va desde El golfo de Baia (1813) a Graziella (1849), y en su vida
sentimental. A su regreso a París, ejerció la carrera de diplomático. Su
encanto personal le condujo a llevar una vida frívola, con amores como el de
Julie Charles y Lena de Larche. Las primeras misiones diplomáticas le llevaron
a Nápoles y Florencia. La obra Meditaciones
poéticas (1820) tuvo muy buena acogida en ambientes tanto
románticos como conservadores, inauguró un modelo lírico capaz de unir al
lector con su obra en una efímera complicidad. Su lenguaje es pobre en
instrumentos; redujo la complejidad del mito en favor de la comunicación, y es
la musicalidad del verso lo que destaca realmente en el talento de Lamartine.
Se casó con Elisa Birch y se dedicó a la política. Compuso en 1830 Armonías poéticas y religiosas, en la
que introdujo poemas religiosos y lírica amorosa, convirtiéndola en unas de sus
mejores obras, junto con Jocelyn (1836)
y La caída de un ángel (1838).
Por esta época fue elegido diputado y alcanzó un gran renombre por sus
discursos sobre la paz universal, los expósitos y la libertad de expresión. Con
la publicación en 1847 de Historia
de los girondinos, Lamartine anticipó los sucesos de 1848, año en que
fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno republicano.
Abandonó la política tras el golpe de Estado propiciado por Napoleón III.
Durante los años siguientes, para poder comer, tuvo que hacer reediciones,
escribir memorias y un Curso
familiar de literatura por entregas….” (http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=lamartine-alphonse-de, por MCV). También puede verse: (https://www.literaturaeuropea.es/autores/lamartine/); (https://www.lecturalia.com/autor/10353/alphonse-de-lamartine); (https://www.epdlp.com/escritor.php?id=1907); (http://www.cervantesvirtual.com/obras/autor/lamartine-alphonse-de-1790-1869-1885); (http://www.escolar.com/biografias/l/lamartine.htm); (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lamartine.htm, por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004)); (https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/5217/Alphonse%20de%20Lamartine);
El concepto de
cultura bárbara lo definiremos aquí como una symploké en la cual las relaciones constitutivas, si bien
han alcanzado la simetría, no han alcanzado la transitividad y, por tanto,
tampoco la reflexividad. Si utilizamos el esquema matricial de los géneros
combinatorios combinado con el criterio de la transitividad, como mecanismo de
transformación del nivel de barbarie al nivel de civilización, podemos obtener
un conjunto de resultados interesantes. Gordon Childe, en su análisis, percibe
un aspecto esencial del proceso: la necesidad de un excedente de reserva, en
los poblados neolíticos, para poder alimentar a los “forjadores, artesanos o
sacerdotes” especialistas full
time. Pero es preciso considerar también el aspecto recíproco del
proceso: que, aun cuando una comunidad haya llegado a un nivel demográfico y
económico que le permite alimentar a equipos de especialistas full time, en cambio no puede
absorber la totalidad del
proceso especializado. Esto obliga a pensar en la necesidad de que el forjador
o el sacerdote viaje a otras comunidades. De este modo la Ciudad aparece como
la “negación de una negación”: el aislamiento (i.e., la no transitividad,
incluso intransitividad) de las comunidades que se mantenían “a la defensiva”
o, a lo sumo, dispuestas a emprender agresiones físicas biológicas, pero no
“agresiones culturales”, como puedan serlo el proselitismo religioso, o el
comercio que busca nuevos mercados, es decir, que realiza la transitividad
recurrente de una simetría.
La Teoría de la
Transitividad que proponemos permite ofrecer un esquema materialista, pero no
empírico, de la conexión entre la universalidad propia
de la civilización y la constitución de la ciudad. La Idea de Ciudad implica la pluralidad de ciudades para que pueda tomarse
como línea divisoria entre la Barbarie y la Civilización. La pluralidad de
ciudades es una condición dialéctica de la ciudad y no una resultante
acumulativa de ciudades ya constituidas. Cada una de las ciudades implica a
otras en virtud de su propia estructura interna –en virtud de la división del
trabajo en el sentido del especialista full time, división que hacía posible que los invidivuos se
desprendan de la comunidad a la que pertenecen y puedan, en principio,
encajarse en cualquier otra ciudad erigiéndose en “individuos virtualmente
cosmopolitas”; por ejemplo, los metalúrgicos considerados por Gordon Childe.
Según esto, la estructura lógica que conviene a la “ciudad”, en cuanto
“conjunto de ciudades”, no es la estructura de una clase porfiriana (“Ciudad”
como concepto clase cuyos elementos sean Chatal Hüyük, Tell-es-Sultan,
Babilonia o Atenas) sino la estructura matricial de los géneros combinatorios [817]. La
utilización del esquema clase porfiriana, obliga a Childe a enfocar el proceso
de transformación de un poblado en ciudad como un proceso de evolución interna (teoría del
excedente alimenticio, controlado por una casta sacerdotal, etc.).
Pero el esquema
matricial nos ofrece la posibilidad de comprender el carácter “cerrado” de la
etapa bárbara, de suerte que, por sí mismo, un poblado bárbaro no contiene la
“transformación” capaz de elevarlo al nivel de Ciudad. Es la estructura
matricial de los conjuntos de ciudades la que realiza la forma de la
transitividad idéntica que instaura círculos concéntricos de radio creciente y
cuyo modelo más elaborado, en la antigüedad, nos lo darían las ciudades
mediterráneas, fenicias o helénicas. Sólo en la medida en que determinadas
agrupaciones empíricas (Sidón, Babilonia, Mohenjo-Daro) pueden ser
interpretadas como nudos de
una red social de la Historia Universal [722],
podremos llamar ciudades a estas agrupaciones empíricas, ciudades en sentido
abstracto-funcional. Solamente procesos de orden muy distinto –de orden externo a cada aldea: la presión de unas aldeas sobre
otras vecinas en el ámbito de una región de regadío (el Éufrates, el Indo, el
Nilo)– pueden dar cuenta de la consitución de realidades de una nueva
categoría: la ciudad. La Ciudad no aparece, por tanto, por crecimiento
acumulativo de la aldea, sino por la interacción de unas aldeas sobre otras.
Mientras la Idea de Barbarie es, desde el punto de vista lógico, un concepto
“clase”, la Idea de Civilización, en cambio –en cuanto correlato de la
Historia– no podría ser utilizada como concepto clase (“civilización azteca”,
“civilización helénica”, etc.). Se trata más bien de una expresión que designa
a un “individuo” –o clase de un solo elemento– a un concreto individual que
contiene como partes integrantes [28-33] (no
como partes lógicas), por ejemplo, el “área de difusión helénica”, el sistema
decimal o binario, la escritura silábica, etc. En la medida en que unos
pueblos, o unos rasgos culturales –incluida la escritura– permanecen aislados, abstractos (es decir,
permanecen marginados de la “corriente central” de la Civilización) recaen en
el espacio de la barbarie. Las sociedades bárbaras, por cuanto en ellas no
reconocemos la transitividad efectiva de sus procesos culturales, permanecen
fuera del tiempo histórico, tal como lo hemos definido.
Las sociedades
bárbaras están fuera del Tiempo histórico. Esto, en principio, no tiene mayor
misterio: también lo están las sociedades de insectos. El campo o Universo de
la Etnología es el campo constituido por las “culturas bárbaras”. Entre ellas
existen relaciones de comunicación simétricas (pero no conexas: no se
estrablecen entre dos cualesquiera), tal como se revelan en el comercio
intertribu, en los cambios de mujeres, en la guerra. Esta simetría es la que define a
la barbarie. La no
transitividad, por tanto, no es un concepto meramente negativo. Contiene algo
positivo, a saber, el aislamiento de las comunidades. (La Civilización [409] es
la negación de este
“aislamiento” transitivo y sólo entonces la Barbarie aparecerá como la negación
de esta negación). La ausencia de la escritura se conecta ahora con la
no-transitividad que comentamos. En ausencia de escritura, los contactos
simétricos entre A y B, entre B y C, no tienen por qué ser transitivos….”.
(https://www.filosofia.org/filomat/df242.htm, Gustavo Bueno). También puede verse:
(https://www.elhistoriador.com.ar/sarmiento-entre-su-civilizacion-y-su-barbarie/, Fuente:
Felipe Pigna, adaptación para El
Historiador del libro Los
mitos de la historia argentina 2,
Buenos Aires, Planeta, 2005.);
(https://www.redalyc.org/jatsRepo/3794/379446149005/html/index.html, por Ariel de la Fuente);
(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632012000300004, por Patricio Lope-Carrión);
La propiedad
comunal del pueblo no se podía vender, regalar y/o
traspasar, sólo heredar; la tierra debía ser trabajada por todas las familias y
los frutos de ella les pertenecían. Reconocida por el gobierno español, le
impuso el pago de tributo, en especie y en trabajo. La Corona impulsó la
formación de pueblos de nueva creación con el propósito de mantener el control
de las comunidades indígenas y de incrementar los tributos, realizadas por
medio de las congregaciones, que reunieron
a indígenas dispersos por las persecuciones y maltratos. La administración de
las tierras comunales y la asignación de las parcelas estuvieron a cargo del ayuntamiento
indígena. En los primeros años de la colonización los indígenas conservaron
(salvo algunas excepciones) sus tierras, pero a medida que la población
indígena fue disminuyendo por las epidemias, los trabajos forzados y la
desnutrición, y que las actividades agrícolas-ganaderas cobraron mayor
importancia, los españoles empezaron a presionar para apoderarse de las tierras
de los indígenas.
La propiedad
privada.
En los primeros
años de la conquista, el medio para obtener la tierra fue a través de las Mercedes de tierra
de labranza; otorgadas por el rey de España a los soldados, como recompensa por
los servicios en la conquista y pacificación.
Las Mercedes de
sitio o estancias fueron posteriores y se otorgaron para apacentar el ganado.
Entre 1591 y 1616, debido a la crisis financiera de la Corona española, se
implementó una nueva forma de regular la propiedad de la tierra consistente en:
la adjudicación (venta de
tierras baldías en subasta pública), la composición (reglamentación
de propiedades indebidamente poseídas) y la confirmación (reglamentación
de propiedades legales pero sin títulos), estimulando la concentración de
grandes propiedades agrícolas y ganaderas en latifundios.
La hacienda,
o latifundio es
una gran extensión de tierra privada (en muchas ocasiones de varios miles de
hectáreas) que cuenta con diferentes tipos de tierra: de riego, de temporal y
de pastoreo, de recursos naturales ilimitados; bosques, ríos, manantiales,
canteras.
Las actividades
económicas que se desarrollan en las haciendas fueron la agricultura y la
ganadería, cuya producción satisfacía las necesidades internas. Se convirtió en
una unidad autosuficiente y desempeñó un importante papel en los mercados
regionales imponiendo los precios de los granos. Absorbió gran parte de la
fuerza de trabajo mestiza e indígena mediante el peonaje por deudas, tuvo una
organización económica, política y social propia e independiente de las
autoridades civiles, al grado de contar con grupos de hombres armados para
defender las tierras e imponer el orden. La hacienda permaneció más de tres
siglos, perdiendo su importancia hasta los años cuarenta del siglo XX.
El rancho es una
pequeña y mediana propiedad privada, apareció a principios del siglo XVII, en
regiones poco pobladas del norte del territorio donde el incremento de ganado
fue abriendo la posibilidad de asentamiento y aprovisionamiento para los
mineros y algunos españoles pobres, que venían a las nuevas tierras en busca de
mejores condiciones de vida. El gobierno virreinal otorgó las tierras, las
cuales eran trabajadas por la familia y, en menor medida, por algunos
trabajadores asalariados, la producción fue para consumo familiar o para
comerciarlas localmente…..”
(https://e1.portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiademexico1/unidad3/economianovohispana/propiedaddelatierra), También puede verse:
(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-65312017000201923, por Emilio Kouri);
(http://www.fao.org/forestry/13017-0582583ff7555a791ab39835763a7d42f.pdf);
(https://www.researchgate.net/publication/244995685_Propiedad_comunal_vs_propiedad_privada_e_intereses_estatales, por Oswaldo Ruiz-Chiriboga);
(https://www.redalyc.org/pdf/3675/367539027010.pdf, por Corina Luchía);
(https://grain.org/es/article/entries/1035-redefiniendo-la-propiedad-acerca-de-la-propiedad-privada-lo-comunal-y-el-dominio-publico, por Brewster Kneen. Ver también Apéndice abajo);
(https://search.proquest.com/openview/93beb595677c6b4f78d5550096f3ce22/1?pq-origsite=gscholar&cbl=29341, por Edda O. Samudio)
(https://red.pucp.edu.pe/ridei/wp-content/uploads/biblioteca/040210.pdf, por Enrique Mayer);
(https://www.ine.es/DEFIne/es/concepto.htm?c=5029&tf=&op=30040);
Orden y progreso (425) – “….El período iniciado en 1870, y prolongado hasta la Primera Guerra Mundial o hasta la crisis de 1930, se puede sintetizar con el lema "Orden y progreso" que figura en el centro de la bandera del Brasil. Esos años se caracterizaron por el rápido crecimiento económico y por la importancia de las transformaciones estructurales que se realizaron, tal como indican los principales indicadores macroeconómicos. Fueron las grandes transferencias de capital monetario y humano provenientes del extranjero las que en buena medida hicieron posible todos estos cambios. La población pasó de 4 a 10 millones, los ingresos públicos aumentaron catorce veces y el producto nacional se multiplicó por diez. En 1889 ya se habían construido más de 8.000 kilómetros de vías férreas y sólo en ese año llegaron a los puertos del país más de 100.000 inmigrantes europeos. La inmigración fue el principal impulsor del crecimiento demográfico, mucho mayor que el crecimiento vegetativo. Esta afectó especialmente a los grande estados del Sur, como Sáo Paulo o Río Grande, que eran los que estaban expandiendo su frontera agrícola. La inmigración comenzó a aumentar considerablemente después de la abolición de la esclavitud, debido a la necesidad de incorporar mano de obra asalariada a numerosas empresas productivas, especialmente en el sector del café. Una de las consecuencias de la inmigración fue la modificación registrada en la distribución étnica de la población brasileña, con un aumento relativo en el número de blancos, a costa del retroceso de negros e indios…… Después de la crisis de 1929, y ante el aumento del paro en los principales centros urbanos y en la industria del café, se tomaron una serie de importantes medidas con el fin de limitar la inmigración. De todas formas, es posible estimar en 2,2 millones la inmigración neta entre 1872 y 1930. La apertura del país y el desarrollo del sector exportador fueron decisivos para el crecimiento económico. Tanto la Europa nórdica y occidental, como los Estados Unidos, inmersos en procesos de plena industrialización, demandaban cantidades crecientes de alimentos, materias primas y otros productos tropicales, a lo que hay que sumar el abaratamiento de los costes de transporte. Entre 1870 y 1930 se produjo el apogeo del sector primario exportador en Brasil y entre la década 1870 y la de 1920 las exportaciones crecieron a una tasa anual del 1,6 por ciento.Durante las décadas de 1850 y 1860 se sentaron las bases para la gran transformación de los años siguientes. El sector financiero se expandió, gracias a la creación de nuevos bancos. El crecimiento de la demanda interna y la apertura de algunas fábricas favoreció el inicio de una temprana industrialización….. El sector financiero, al igual que otras actividades vinculadas con la exportación, se desarrolló rápidamente, especialmente entre los años 1888 y 1895, 1905 a 1913 y 1924 a 1929. Las inversiones británicas y estadounidenses, mayoritarias entre las extranjeras, pasaron de 53 millones de libras esterlinas en 1880 a 385 millones en 1929…..Las inversiones más importantes se dirigieron a la construcción ferroviaria, destacando la Minas & Rio Railway Company y la Sáo Paulo Railway Company, entre las empresas dedicadas a esta labor. Otras inversiones se canalizaron a la construcción de infraestructura, urbana y de transportes, como la construcción de puertos o la instalación de servicios públicos urbanos (gas, electricidad, agua o tranvías). La mejora en las comunicaciones, tanto internacionales como internas, fue otro hecho decisivo que favoreció la expansión de las exportaciones. En este proceso fue clave el tendido de muchos miles de kilómetros de vías férreas y líneas telegráficas, así como la incorporación de buques de vapor y cascos de acero a la navegación…... El café había sido introducido en el Brasil en el siglo XVIII y se adaptó perfectamente a las condiciones climáticas y al suelo del sudeste del país. Recién tras la independencia su explotación alcanzó una cierta envergadura y en las décadas siguientes se produciría el verdadero boom……. Las exportaciones de café pasaron de 60.000 toneladas anuales en la década de 1830, a 216.000 en los años 70 y en 1901 se exportaron 880.000 toneladas. De acuerdo con su valor, entre 1870 y 1875 el promedio anual de las exportaciones de café fue de 400 millones de libras esterlinas y de 1.130 millones entre 1895 y 1900. También se incrementó su participación en el valor total de las exportaciones, que de representar el 46 por ciento en 1901 aumentaron al 53 por ciento en 1908, lo que llevó a numerosos autores a hablar de un país monoexportador. Muy pronto Brasil estuvo en condiciones de controlar el mercado mundial de café, de modo que pudo incidir activamente sobre los precios. En la primera década del siglo XX su producción era el 77 por ciento del total mundial y sus cafetos eran los dos tercios del total de arbustos cultivados en el mundo. El avance de otros competidores, americanos y extraamericanos, marcó el retroceso de la producción brasileña que sólo alcanzó el 60 por ciento de la producción mundial en 1940…... El caucho se transformó en el segundo rubro de las exportaciones, llegando al 25 por ciento en valor de las mismas. El crecimiento continuado del sector no pudo proseguir durante mucho tiempo y la caída fue espectacular y catastrófica, debido a la competencia de nuevas áreas productoras y al desarrollo de la goma sintética, de modo que en 1930 (en plena crisis mundial) las exportaciones cayeron a 6.000 toneladas (una cantidad inferior a la de 1870), desde las 38.500 que se habían exportado en 1911. Otros productos exportables, aunque de una incidencia menor en el volumen de las exportaciones, eran el cacao (Brasil abastecía el 10 por ciento del mercado mundial), la carne vacuna, la madera y otros productos forestales. El Nordeste había logrado mantener su hegemonía mientras duraron las exportaciones de azúcar y algodón, y en el caso de estas últimas hubo un incremento bastante considerable durante los años que duró la Guerra de Secesión de los Estados Unidos. Las exportaciones de azúcar tuvieron una breve expansión en las dos últimas décadas del siglo XIX, pero no pudieron resistir a la presión de nuevos y viejos competidores ni la introducción de la remolacha azucarera. A partir de 1898 la situación se agravó porque la producción de Cuba y Puerto Rico tuvo un acceso privilegiado en el mercado estadounidense. El avance del café, centrado en los estados de Sáo Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro, terminó de apuntillar a la economía de los territorios nordestinos…..”
(https://www.artehistoria.com/es/contexto/orden-y-progreso). También puede verse:
(https://www.youtube.com/watch?v=5bwFver2WDE, Letras Libres)
(https://www.letraslibres.com/mexico-espana/porfirio-diaz-paz-orden-y-progreso);
(http://www.unl.edu.ar/ingreso/cursos/sociales/wp-content/uploads/sites/3/2016/10/Reflexiones-sobre-la-form-del-E_Oszlak.pdf, por Oscar Oszlak);
(https://www.perfil.com/noticias/columnistas/orden-y-progreso-0104-0078.phtml);
(http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2016/08/orden-y-progreso-la-ideologia-de-la.html);
(http://200.23.188.74/sites/estados/libros/nayarit/html/sec_51.html);
(https://core.ac.uk/download/pdf/35146002.pdf, por Miguel Ángel Forte);
(https://lsd.com.mx/artwork/orden-y-progreso/, por Héctor Zamora);
(https://diariojudio.com/opinion/orden-y-progreso/267388/, por David Malowany);
Auguste Comte….positivismo… (425, 448) - “….Auguste Comte fue el padre del positivismo y el primer teórico que empezó a hablar del término “sociología”. Su obra estuvo muy ligada a Saint-Simon, al principio, pero acabó variando hasta ser algo completamente distinto, incluso opuesto en algunos términos.
Nació el 19 de
enero de 1798 en Montpellier y desde pequeño siempre se interesó por los asuntos
relacionados con la filosofía. Tras finalizar sus estudios en 1817,
empezó a trabajar como secretario del conde Henri
de Saint-Simon.
Con él, Comte
expandió su conocimiento sobre la filosofía y sobre el mundo que
le rodeaba pero pasados 7 años, decidió que era el momento de romper
definitivamente con la influencia del pensador francés y comenzar una etapa
propia.
Entre 1830 y
1842, Comte pasó una etapa de separación y ruptura frente a las
ideas de Saint-Simon.
Para ello,
trabajó en su obra titulada “Curso de filosofía positiva”. Era un
tratado en el que él elaboró su propia filosofía particular, a la que presentó
como una filosofía de las ciencias.
Por una parte,
Comte clasificó las ciencias según un orden creciente de complejidad y, por
otra, formuló la ley de la historia del espíritu humano, también conocida como
la “ley de los tres estados”…..
Esos
tres estados eran:…..Teológico…Metafísico….Positivo…. Para el filósofo, todos eran sucesivos
y constituían tres etapas distintas del desarrollo del espíritu
humano.
Comte
afirmaba que sólo el espíritu positivo representaba una auténtica
mutación del espíritu, tanto en el objeto de la investigación como en
el método.
Por
tanto, el positivismo consistía en aplicar los métodos utilizados
en las matemáticas y en las ciencias experimentales a los fenómenos sociales y
políticos.
De
esta forma, se podrían extraer las leyes que regían la estructura y el
desarrollo de las sociedades.
Las teorías
que postuló Auguste Comte crearon así una física social, qué él
bautizó como “sociología” y que se clasificó entre las ciencias
experimentales.
La
exigencia del filósofo era la de realizar una reforma de la humanidad que
tuviese un orden más conforme con las aspiraciones humanas. Estas ideas las
formuló sobre todo en “El sistema de la política positivista” en 1854
y en “El catecismo positivista” en 1852.
Poco
antes de su muerte, su obra desembocó en una “religión de la humanidad”
y Comte se erigió en el sumo sacerdote.
Finalmente,
el 5 de septiembre de 1857 falleció en París, dejando tras de sí un legado
filosófico considerable.
El
aspecto más destacable de su positivismo es que influyó
en muchos de los movimientos sociales que azotaron Europa durante la segunda
mitad del siglo XIX y a principios del XX…..
(https://redhistoria.com/biografia-de-auguste-comte-padre-del-positivismo,
por Víctor Muñoz Fernández). : …Cada etapa está integrada, a
su vez, por distintas fases. El estadio teológico pasa por tres momentos
—fetichismo, politeísmo y monoteísmo—, a los que dedica largos análisis, hasta
alcanzar su culmen en el cristianismo. En el plano social, le corresponde el
régimen teológico-militar, basado en el absolutismo de la autoridad, el derecho
divino de los reyes y una presencia dominante del militarismo como eje
estructurante de la sociedad. En el cristianismo, el poder espiritual pertenece
al Papa, que representa a Dios en la tierra; y el poder temporal, a los reyes y
a los emperadores, que son elegidos por Dios. Comte sitúa cronológicamente el
estadio teológico en la Antigüedad y en el Medioevo.
Si el estadio teológico es “orgánico”, en el sentido de estable, el
metafísico es revolucionario y cambiante, con ataques a las instituciones del
pasado. Este tránsito se concreta, en el terreno político, con la decadencia de
los regímenes absolutos y una mayor distribución del poder. Frente a la
autoridad absoluta se levantan ahora los derechos del hombre, la soberanía
popular, el gobierno anónimo de la ley. Es decir, se atenúa el carácter
centralizado del sistema militarista, mientras que va creciendo la fuerza de la
burguesía y los juristas asumen un papel preponderante. Estamos en la época de
las luces, con la disolución del mundo feudal y el desencadenamiento de la
lucha de clases. Comte sitúa el estadio metafísico en el periodo que va del
Renacimiento a la Ilustración.
La historia de la humanidad va encaminándose hacia un nuevo período
estable, esta vez, definitivo, que es el dominio de la mentalidad científica.
La manifestación política de este estadio final de desarrollo de la humanidad
será una sociedad industrial y comercial, gobernada por científicos, que
impondrán esquemas racionales a la convivencia social, garantizando así el
orden y el progreso. El altruismo (ya extendido gracias al cristianismo) se
hará universal (planetario, dice Comte) merced a la ciencia. Quedarán
eliminadas las causas de las guerras y la autoridad asegurará el bienestar
material a todos. La Humanidad habría logrado por fin la madurez, pudiendo
ahora entregarse indefinidamente a sus afanes de dominio y de tecnificación de
la naturaleza. Comte pensó que se llegaría a esta etapa positiva en 1841 y que
se alcanzaría un orden semejante al que produjo el catolicismo en la Edad
Media, pero con un fundamento verdaderamente sólido, es decir, no teológico,
sino científico.
No obstante la neta separación entre las mentalidades propias de los
distintos estadios de desarrollo, Comte se da cuenta de que hay superposiciones
de instituciones y creencias propias de las tres etapas, aunque también
considera que el desarrollo de la ciencia traerá consigo, con el tiempo, la
desaparición de los residuos teológicos y metafísicos…..”
(https://www.philosophica.info/voces/comte/Comte.html). También puede verse:
(https://www.philosophica.info/voces/comte/Comte.html);
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/comte.htm, por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004));
(https://psicologiaymente.com/biografias/auguste-comte, por Óscar Castillero Mimenza);
(https://www.filosofia.org/enc/ros/comte.htm);
(https://www.filosofia.org/enc/dfc/comte.htm);
(https://www.redalyc.org/pdf/294/29406305.pdf, por Christian Velázquez).
Apéndice
Dictaduras de orden y progreso
EN: https://amp.es.what-this.com/538623/1/dictaduras-de-orden-y-progreso.html
“….Dictaduras
de orden y progreso es el nombre que se ha venido dando a los sistemas
políticos de fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX en distintos
países latinoamericanos: inaugura la serie Porfirio Díaz en México, que adopta
orden y progreso como lema. El modelo se difunde con muchos ejemplos más o
menos próximos: Rafael Reyes en Colombia; el general Jorge Ubico Castañeda,
Justo Rufino Barrios y Rufino Cabrera en Guatemala; José Santos Zelaya en
Nicaragua; Bartolomé Mitre en Argentina, Antonio Guzmán Blanco, Juan Vicente
Gómez y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela; Alfredo Stroessner en Paraguay.
También podría incluirse en la misma categoría con poca dificultad la dictadura
del general Primo de Rivera en España.
El
término proviene de una frase de Auguste Comte, en cuyo positivismo se inspiran
como ideología justificativa. También figura en la bandera del Brasil. La idea
de progreso era un tópico cultural del siglo XIX.
Los
enumerados arriba se definen de forma general como sistemas autoritarios, que
restringen la libertad política pero no aspiran a convertirse en el Estado
totalitario que definirá el fascismo. La ideología es vagamente nacionalista.
Económicamente son liberales, defendiendo el mercado libre capitalista y la
propiedad privada, pero claramente intervencionistas: a través de la iniciativa
pública se construyen infraestructuras modernas, pues pretenden consolidar la
unidad nacional a través del progreso material que esas obras facilitan y
visualizan….”.
Redefiniendo la 'propiedad'. Acerca de la propiedad privada, lo comunal y el dominio público, por Brewster Kneen
(*) Artículo publicado en la revista
Seedling de GRAIN de enero de 2004. La versión original en inglés pude ser
consultada en http://www.grain.org/seedling/?id=258
“…La
cultura de convertir absolutamente todo en mercancías que puedan comprarse y
venderse está impregnando cada resquicio de la vida, restringiendo el espacio
de la propiedad comunal. La explotación para el beneficio privado ha reducido
sistemáticamente lo comunal y el dominio público. Esto ocurre no solamente en
el caso de bienes tangibles como los servicios y los espacios públicos tal el
caso de parques y carreteras- sino también con los bienes más intangibles de
las ideas y la información, a los cuales ahora cada vez más se les da el nombre
de "propiedad intelectual". El resultado ha sido que todos nos hemos
empobrecido. "Al final", como dice el profesor de leyes James Boyle,
"el dominio público es todo aquello que no es propiedad intelectual".
Continúa diciendo: "Uno tendría que ser un amante incondicional de los
leones o los chacales- y tener muy poca imaginación para argumentar que las
gacelas no son más que los sobrantes de comida de sus adversarios" (1).
Pero
es fundamental reconocer especialmente en una época en la que el
"gobierno" es denostado sistemáticamente y se degrada y deconstruye
su mandato de justicia y bienestar social que la propiedad intelectual es una
construcción social. Esto significa que su sentido, legalidad y aplicación
dependen de un sistema de gobierno central y legal fuerte, que tenga la
voluntad de hacer respetar y ampliar el dominio de la propiedad privada a
expensas del bien público……
Las
cinco categorías de propiedad impersonal en el derecho romano:
Res nullius: son las cosas
que no pertenecen a nadie o de las que simplemente nadie se ha apropiado
todavía. La tierra "sin colonizar", el conocimiento tradicional, las
hierbas y plantas medicinales y las semillas agrícolas y el ADN humano han sido
tratados como res nullius, "el patrimonio común de la humanidad",
abierto a su apropiación por otros reinas, gobiernos y empresas. La creación de
jardines botánicos como Kew y Singapur, con material recogido de colonias de
todo el mundo, fue un aspecto integral del colonialismo británico, al igual que
el Jardín Botánico St. Louis es un aspecto integral del imperialismo de
Monsanto (8). En años recientes ha habido ejemplos innumerables de colecta y
apropiación de ADN humano como si fuera res nullius, desde la línea celular de
una persona indígena Hagahai de Papúa Nueva Guinea, hasta el bazo de John Moore
y toda la población de Islandia.
Res communes: son las cosas
que, por su naturaleza, todos pueden utilizar, como los océanos y los peces que
los habitan, o el aire. Esta es la manera de entender lo comunal que promueve y
denigra Garrett Hardin. Se acerca más a la verdad decir que históricamente lo
comunal ha sido un espacio de acceso limitado manejado por una comunidad
específica conforme a sus normas sociales, que excluyó el beneficio individual
en favor de la comunidad, ya sea con relación a derechos de pastoreo o de
pesca. Boyle comenta que uno podría decir que la función de la propiedad
intelectual es convertir las res communes, las cosas que por su naturaleza no
pueden ser apropiadas, en res nullius, cosas que todavía no tienen dueño pero
de las cuales es posible apropiarse.
Res publicae: son las cosas
que son de propiedad pública y a las cuales todos pueden acceder por ley. La
categoría incluye a los parques, carreteras, puertos, puentes y ríos. Las res
publicae son espacios públicos más que espacios silvestres. Es posible acceder
libremente a ellos, pero se espera que uno se comporte conforme a las normas
sociales y las leyes.
Res universitatis: son las cosas
que pertenecen a un grupo público en su carácter de colectividad. Para el
concepto romano, el "dueño" típico de las res universitatis era una
municipalidad, pero los grupos tanto privados (iglesias, universidades,
hospitales) como públicos (aldeas, comunidades de pescadores) podrían poseer
una propiedad en común, incluso tierras u otros bienes que generaran ingresos.
Esos regímenes de propiedad comunal limitados podrían ser comunales en su
sentido interno, pero en lo exterior son propiedades, es decir, con relación a quienes
no son miembros de dicha colectividad.
Res divini juris: son las cosas
que no están en los bienes de nadie (de derecho divino) por su condición divina
o sagrada. Para muchas personas esta categoría incluiría a las semillas, las
plantas, el conocimiento tradicional e incluso la tierra. Obviamente, todo
depende de la actitud y el contexto cultural de cada uno o una....
Texto
completo puede verse en el enlace indicado arriba al inicio del artículo....”.
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