Thursday, November 18, 2021

Temas y personajes (89) en “El espejo enterrado” de Carlos Fuentes: Desde Juan Martín de Pueyrredon hasta José de San Martín, por Javier J. Jaspe

 En pocas palabras. Javier J. Jaspe

Washington D.C.  

La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el  descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.

El objetivo de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este octogésimo noveno artículo se refiere a temas y personajes que van desde Juan Martín de Pueyrredon (1777-1850) hasta José de San Martín (1778-1850). Veamos:

Pueyrredon (368) –  “….Juan Martín de Pueyrredón fue uno de los hombres clave del período revolucionario. Masón y liberal, ilustrado y unitario, nació en 1777, hijo de un adinerado comerciante francés y de una austera criolla hija de irlandeses. Como tantos otros patriotas del período, estudió en el Colegio San Carlos, antes de seguir su destino por Europa, Cádiz y París, estudiando el arte y la filosofía de la ilustración.

Regresó a Buenos Aires poco antes de la primera invasión inglesa. Ya radicado aquí, asumió el control de los negocios familiares y se transformó en un próspero comerciante. Contrajo su primer y frustrado matrimonio con una prima que, al poco tiempo de casados, fue tomada por loca y, posteriormente, falleció.

Por entonces, Pueyrredón participó como prácticamente toda Buenos Aires de la defensa frente a las invasiones inglesas, tomando hacia el final la titularidad del regimiento de húsares y siendo enviado con posterioridad a España para informar sobre la derrota inglesa. Fue entonces cuando observó la decadencia de la monarquía española y le sobrevino la idea de que un cambio radical era inevitable.

Hacia 1810, Pueyrredón participó de los acontecimientos de Mayo, siendo pronto encargado de la gobernación de la gran Córdoba y, tras el avance del ejército patriota hacia el Alto Perú, de la intendencia de Charcas (hoy Sucre).

En 1812, cuando se entretejían las mayores intrigas en torno a la conducción del proceso revolucionario, Pueyrredón dejó el mando del Ejército del Norte a cargo de Manuel Belgrano y viajó a Buenos Aires para reemplazar a Juan José Paso en el Triunvirato. Pero duró poco esta etapa, siendo disuelto el Triunvirato y él detenido.

Sin embargo, al poco tiempo había retomado la actividad en las provincias del Cuyo y, ya en 1816, el Congreso de Tucumán lo designó Director Supremo de las Provincias Unidas, con el apoyo de Martín Miguel de Güemes y José de San Martín. Desde aquel cargo, que conservó durante tres años, apoyó la campaña a Chile de San Martín, aunque le aconsejó “pordiosear cuando no hay otro remedio”, pero también combatió el proyecto artiguista y otros líderes federales.

Entre 1816 y 1819, su carácter aristocratizante, unitario y porteño se fue acentuando lentamente. Con posterioridad a su rol como Director Supremo, en la década de 1820, atenuó su participación política, dedicándose a la vida familiar, a su segunda esposa -una joven de 14 años, con la que se casó en 1815, cuando ya se acercaba a los 40- y a su hijo Prilidiano.

Juan Martín de Pueyrredón, tío de José Hernández, el autor del Martín Fierro, vivió su vejez en Montevideo, primero, y en París, después. Tras su regreso a Buenos Aires, falleció en marzo de 1850, a los 72 años de edad….”.

(https://www.elhistoriador.com.ar/juan-martin-de-pueyrredon/, por Alejandro Jasinski). También puede verse:

(https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2017-7-10-11-45-0-pueyrredon-el-que-se-quedo-para-siempre-en-san-luis);

(https://comunicaciontucuman.gob.ar/2016/08/pueyrredon-un-hombre-de-la-revolucion/);

(http://www.laprensa.com.ar/490926-Pueyrredon-El-hombre-del-momento.note.aspx, por Roberto L. Elissalde);

(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pueyrredon.htm#:~:text=(Buenos%20Aires%2C%201776%20%2D%20id,Congreso%20de%20Tucum%C3%A1n%20(1816)).

(https://www.infobae.com/2016/05/01/1808243-moldes-vs-pueyrredon-como-fue-la-competencia-el-cargo-director-supremo/, por Juan Thames).

Declaración de guerra a muerte (364) –  “…Decreto de guerra a muerte….Célebre documento dictado por Simón Bolívar y dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego de la caída de la Primera República. La matanza de los republicanos por parte de los jefes españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos a la causa monárquica. Uno de ellos fue el abogado fue el abogado Francisco de Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió en distintas formas que cesaran las ejecuciones, lo cual no sucedió. Según el testimonio del propio Heredia relatado en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno de los partidarios de Monteverde, exhortó en una ocasión «... en alta voz a los soldados, de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie...» Bolívar en su Campaña Libertadora de 1813 recibió información de la consumación de hechos como el relatado por Heredia, lo que le llevó a expresar el 8 de junio en Mérida: «Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte».

Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio siguió la proclama el 15 de junio en Trujillo del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: «...Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables». En una primera instancia esta manifestación fue considerada por Bolívar como ley fundamental de la República, que luego ampliaría y ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante una proclama del 6 de septiembre del mismo año 1813, acto que según algunos historiadores puede ser considerado como un «Segundo Decreto de Guerra a Muerte». Posteriormente, cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, la matanza se hace más intensa por parte de los realistas y la respuesta de los republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a muerte». Derivado de esto se produjo la ejecución de los presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira ordenada por Bolívar en febrero de 1814. En este último año la «guerra a muerte» se recrudece, perdiéndose numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este contexto de destrucción en el que cae la Segunda República.

Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a muerte» se extiende a la Nueva Granada, en donde el general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad. Entre las numerosas víctimas de Morillo se pueden destacar el científico Francisco José de Caldas, los estadistas neogranadinos Camilo Torres y Manuel Rodríguez Torices y los patriotas venezolanos Andrés Linares y Francisco José García de Hevia. A pesar de haber sido Bolívar el autor del decreto de guerra sin cuartel, en varias ocasiones consideró la posibilidad de la derogación de dicho instrumento. En tal sentido, en su proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que: «...La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla»; lo cual obviamente buscaba humanizar la contienda militar. Finalmente, el 26 de noviembre de 1820 se celebró en Trujillo, en el mismo lugar donde se proclamó la «guerra a muerte», el Tratado de Regularización de la Guerra, el cual derogaba el decreto de 1813…..”

(https://www.venezuelatuya.com/historia/guerra_muerte.htm). También puede verse:

https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/d/decreto-de-guerra-a-muerte/, por Mario Briceño Perozo);

(https://rodrigomorenog.files.wordpress.com/2012/01/bolc3advar-decreto-guerra-a-muerte-1813.pdf);

(https://www.youtube.com/watch?v=5eKinO9a5-Q);

(https://librepensador.uexternado.edu.co/wp-content/uploads/sites/5/2014/08/Comentario-de-Texto-Simon-Bolivar.pdf, por Andrea Rueda Alarcón).

Proclamación de la libertad de los esclavos a cambio de su participación en el ejército rebelde (364) –“….El 2 de junio de 1816 Simón Bolívar decretó la libertad absoluta a todos los esclavos que se alistaron en las filas del Ejército Patriota (EP), conjunto de milicias que luchó en las guerras de independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela contra el imperio español.

Esta medida constituyó el primer intento de eliminación de la esclavitud en Venezuela y significó el reconocimiento de la participación de los negros, pardos e indios en el EP. La acción cambió el escenario de la guerra de independencia a su favor. 

La parte sustantiva del decreto decía que  “…la justicia, la política, y la Patria reclaman imperiosamente los derechos imprescindibles de la naturaleza, he venido en decretar, como decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados…”

En 1819, tres años más tarde en el célebre Discurso de Angostura, El Libertador actuando como jefe supremo de la República solicitó al Congreso que decretara la abolición de la esclavitud, pero los intereses de los dueños de los esclavos se impusieron sobre la justicia que demandaba la libertad de los miles de hombres y mujeres desarraigados de manera violenta de su natal África.

El objetivo del decreto se materializó 38 años después. El 24 de marzo de 1854 el presidente José Gregorio Monagas autorizó el ejecútese a la ley que en uno de sus artículos señala: “Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela”.

Con el decreto, El Libertador cumplió la promesa que le hizo a su amigo y protector en Haití, Alejandro Petión, de otorgarle la libertad a todos esos hombres y mujeres traídos por la fuerza desde África a  América…….”

(https://www.telesurtv.net/news/Hace-200-anos-Simon-Bolivar-decreto-la-libertad-de-los-esclavos-20160601-0047.html#:~:text=El%202%20de%20junio%20de,Venezuela%20contra%20el%20imperio%20espa%C3%B1ol.).

 También puede verse:

(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/l/ley-de-abolicion-de-la-esclavitud/, por Manuel Pérez Vila);

(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292011000300003, por Ana Vergara);

http://www.scielo.org.co/pdf/cohe/v16n31/1794-5887-cohe-16-31-79.pdf, por José Enrique Conde Calderón);

(http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/esclavos-y-negros-en-la-independencia);

Boyacá (365) – “….El Puente de Boyacá, ubicado a 14 kilómetros de Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá, fue lugar de uno de los combates más grandes que se han librado en territorio colombiano por nuestra independencia: La Batalla de Boyacá....

Ocurrida el 7 de agosto de 1819, esta batalla marcó no sólo el punto final en las disputas guerreristas por el poder en territorio colombiano, sino que fijó el triunfo independentista que había trazado el país el 20 de julio de 1810. Ésta confrontación posee una gran importancia histórica en la independencia de Colombia, pues garantizó el éxito de la liberación del imperio español con la caída definitiva del Virreinato de Nueva Granada...

Todo comenzó con una serie de luchas libradas por la Campaña Libertadora que —liderada por Simón Bolívar— hacía resistencia a la reconquista española en 1819. Después de superar diversos obstáculos, el ejército patriota salió victorioso en los combates de Gámeza  (11 de julio) y el Pantano de Vargas (25 de julio), que fueron claves en el resultado de la Batalla del Puente de Boyacá.

Tras de 77 días de conformación de la Campaña Libertadora, ese 7 de agosto fue decisivo. La estrategia de Bolívar era clara: tomar por sorpresa al ejército realista que, sin remedio alguno, tenía que pasar por el río Teatinos para dirigirse a Santafé, donde estaría a salvo de los ataques patriotas.

Bajo el mando de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoátegui, la tropa patriota conformada por 2.850 combatientes (criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros) asaltó al ejército realista que contaba con 2.670 hombres liderados por el coronel José María Barreiro.

En un combate que duró cerca de seis horas, la tropa libertadora se llevó la victoria y logró la rendición de los españoles, que fueron tomados como prisioneros.

Tras ser tomado como prisionero, Barreiro intentó sobornar al soldado de quince años Pedro Pascacio Martínez, que se negó y lo entregó a Bolívar.

En cuanto se supo de la derrota realista, el virrey Juan Sámano huyó de Santafé, ciudad que quedó bajo el mando de los criollos….

Esta batalla no sólo marcó un paso definitivo en nuestra independencia, sino que influyó en las victorias de Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador y Junín y Ayacucho en Perú. El puente, que sufrió graves daños, fue reconstruido el 7 de agosto de 1919 por el presidente Marco Fidel Suárez.

Ahora el puente es uno de los sitios más emblemáticos de la historia colombiana, y se encuentra rodeado por monumentos que recuerdan la gesta independentista como las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Pedro Pascasio Martínez. A su lado también reposan símbolos como la Plaza de Banderas, el Arco del Triunfo, el Atril de Piedra, la Llama de la Libertad, la Piedra de la Legión Británica y el Obelisco. ¡Revive la ruta libertadora!....”

(https://www.colombia.co/pais-colombia/historia-colombiana/la-batalla-de-boyaca-gesta-definitiva-de-la-independencia-de-colombia/). También puede verse:

(https://enciclopediadehistoria.com/batalla-de-boyaca/);

(https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/batalla-de-boyaca-cual-fue-el-apostol-espanol-que-ayudo-a-los-colombianos-a-ganarla-526314);

(https://blogs.loc.gov/international-collections/2019/07/para-el-bicentenario-de-la-batalla-de-boyac/);

(https://www.banrepcultural.org/proyectos/bicentenario-de-una-nacion-en-el-mundo/la-batalla-de-boyaca-en-la-biblioteca-virtual);

(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/b/boyaca-batalla-de/, por Héctor Bencomo Barrios);

(https://www.youtube.com/watch?v=jT9sim1uiCY, Colombia);

(https://www.youtube.com/watch?v=b8vIZBBSTZQ, Noticias Caracol);

(https://www.youtube.com/watch?v=M9tv9dWDOIk, el club de motas);.

 

Carabobo (365) – “….Acción bélica dada en la sabana de Carabobo, cerca de la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821, entre el ejército realista del mariscal de campo Miguel de la Torre y el republicano mandado por el general en jefe Simón Bolívar. La victoria lograda por este último resultó decisiva para la liberación de Caracas y del resto del territorio venezolano. El campo de batalla está constituido por una sabana de unos 4 km de longitud, de este a oeste y 3 km de norte a sur. Limita por el norte con las filas del Algarrobal y de Las Manzanas; por el este con la fila de Las Manzanas; por el sur con el plan de Cartanal y por el oeste con la quebrada de Carabobo. Durante la ejecución de su movimiento retrógrado desde Araure, el mariscal de campo Miguel de la Torre se detuvo en esta sabana y distribuyó sus fuerzas en forma tal que cubrían, por el oeste, el camino de San Carlos, y por el sur el de El Pao. La primera línea defensiva fue confiada a la primera división (teniente coronel Tomás García), la cual se organizó de la manera siguiente: el primer batallón del Valencey (teniente coronel Andrés Riesco) ocupó la parte sur del camino; a su derecha se situó el batallón ligero del Barbastro (teniente coronel Juan N. Montero); el batallón ligero del Hostalrich (teniente coronel Francisco Illas), en columna de marcha, detrás de los anteriores. Las 2 piezas de artillería fueron emplazadas en una pequeña altura, delante de la línea formada por Valencey, y Barbastro. La posición correspondiente a la vía de El Pao fue ocupada por la división de Vanguardia (brigadier Francisco Tomás Morales), la cual constituyó una avanzada de unos 100 hombres (capitán Juan Casals); a continuación tomó posiciones el batallón ligero del Infante (teniente coronel Simón Sicilia); e inmediatamente detrás de esta unidad, se situó el batallón ligero del Príncipe. La reserva quedó integrada por el segundo batallón del Burgos (teniente coronel Joaquín Dalmar) y 4 regimientos de caballería. El Burgos se situó cerca del camino de El Pao y la caballería, en las vegas de la quebrada de Las Manzanas. El cuartel general quedó establecido cerca del batallón Burgos. El 15 de junio de 1821, el Libertador reorganizó el ejército en 3 divisiones: la primera (general de división José Antonio Páez) estaba formada por los batallones Bravos de Apure (teniente coronel Francisco Torres), Cazadores Británicos (coronel Thomas Ilderton Ferriar) y 7 regimientos de caballería. La segunda (general de división Manuel Cedeño), constituida por los batallones Tiradores (teniente coronel José Rafael de las Heras), Boyacá (teniente coronel Ludwig Flegel) y Vargas (teniente coronel Antonio Grávete) y un escuadrón de caballería. La tercera (coronel Ambrosio Plaza) contaba con 4 batallones: Rifles (teniente coronel Arturo Sandes), Granaderos (coronel Francisco de Paula Vélez), Vencedor en Boyacá (coronel Juan Uslar) y Anzoátegui (coronel José M. Arguindegui) y un regimiento de caballería. En total, 6.500 hombres. A tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, el Libertador hizo un reconocimiento de la posición realista y llegó a la conclusión de que esta era inabordable por el frente y por el sur. En función de esta apreciación ordenó que las divisiones convirtiesen su marcha por la izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; es decir, Bolívar ordenó una maniobra desbordante del ala derecha realista, maniobra ejecutada por las divisiones Páez y Cedeño, en tanto que la división Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición defensiva. El movimiento de estas unidades se ejecutó con rapidez, a pesar de la dificultad que ofrecía el terreno. Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los republicanos, ordenó al Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la cual se dirigían las divisiones de Bolívar. Al llegar el Burgos al área indicada abrió fuego contra el batallón Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual, después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse por 2 veces consecutivas. En ese momento, la unidad que le seguía, el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó al Burgos y lo obligó a ceder terreno. Entraron los batallones Infante y Hostalrich en apoyo del Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure, se unió al Cazadores Británicos para reanudar el ataque, auxiliado por 2 compañías del batallón Tiradores. Mediante una carga a la bayoneta, estas unidades entraron a la sabana y rechazaron al ejército realista. Para detener el repliegue de las unidades que había empeñado, la Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea, pero solo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división entró por el norte de la sabana. Para hacer frente a este nuevo ataque, la Torre ordenó al regimiento Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería republicana, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas. Atacados de frente por la infantería patriota y por la derecha por la caballería, los batallones realistas optaron por la retirada. Del batallón Burgos había perdido la mayor parte de su fuerza y duramente castigados los otros 4 que intervinieron. Como último recurso, la Torre le ordenó al regimiento Lanceros del Rey que atacara a la caballería contraria, pero esta unidad no solo desobedeció la orden sino que volvió caras ante el ataque de los republicanos. El primer batallón del Valencey, que no había tomado parte activa en la batalla, al ver el giro de la situación, inició la retirada, bajo la presión de la tercera división. Sobre la marcha se le incorporaron la Torre, su Estado Mayor y los restos de las unidades que habían escapado a las cargas de los patriotas. El batallón ligero del Barbastro trató de unirse a los que se retiraban, pero fue rendido por unidades de la segunda y tercera división. El batallón del Infante, una parte huyó por el bosque y la otra cayó en manos de los patriotas. Al entrar la batalla en su fase final, los patriotas iniciaron una tenaz persecución, la cual fue llevada hasta Valencia. De los 4.279 efectivos presentes en la batalla, los realistas perdieron 2 oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 individuos de tropa. Las bajas de los republicanos también fueron cuantiosas. Los restos del ejército español se refugiaron en Puerto Cabello…..”

https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/carabobo-batalla-de/, por Héctor Bencomo Barrios).

También puede verse:

(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/carabobo-batalla-de-1/, por Héctor Bencomo Barrios),

(https://www.venezuelatuya.com/historia/carabobo.htm);

(https://enciclopediadehistoria.com/batalla-de-carabobo/);

(https://www.monografias.com/docs/Importancia-batalla-de-carabobo-F3XE5JK699CF);

(https://www.ivenezuela.travel/batalla-de-carabobo-historia/);

(https://www.telesurtv.net/news/Batalla-de-Carabobo-la-historica-batalla-contra-los-espanoles-20160623-0069.html);

(https://www.youtube.com/watch?v=AQ5aVNymaSE, TelesurTV);

(https://www.youtube.com/watch?v=b7wrBaLLXUs);

Campaña de los Andes (366) – “….Este 7 de agosto se celebró una fecha histórica en la gesta libertaria de Bolívar, al arribar a los 200 años de una de las decisiones estratégicas más importantes del Libertador, al derrotar al ejército del brigadier Barreiro en la batalla de Boyacá, luego del paso de los Andes…..

Explicó el historiador y parlamentario venezolano, Walter Márquez, que fue desde la población de Guasdualito, en el estado Apure, en las cercanías del río Arauca, en la frontera colombo-venezolana, donde Simón Bolívar, el 3 de junio de 1819, decidió el paso de los Andes por la cordillera oriental colombiana, lo que realizo entre el 1 y el 5 de julio, para llegarle por la retaguardia al ejército del brigadier José María Barreiro para librar la batalla de Boyacá, el 7 de agosto de 1819, con lo cual selló la independencia de la Nueva Granada, actual Colombia…..

Destacó Walter Márquez que, el 30 de mayo, Bolívar llegó a Guasdualito, donde estaba el general José Antonio Páez con los llaneros, y el 3 de junio cambió de estrategia, la cual manejaba privadamente y decidió continuar, no hacia San Cristóbal, sino pasar el río Arauca, lo cual realizó el 4 de junio; llegó a El Amparo, pasó el Arauca y siguió al paso de los Andes, una operación militar de altísimo riesgo que solamente la intuición del genio de Bolívar podía ordenar, con el apoyo de los llaneros, la vanguardia dirigida por el general Francisco de Paula Santander, la retaguardia comandada por el general José Antonio Anzoátegui, y la legión británica al mando del coronel James Rooke, y remontaron la zona de alto riesgo, a casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, donde hubo muchísimas bajas de soldados y caballos a lo largo del trayecto, pero Bolívar aprovechó ese factor sorpresa para llegar por la retaguardia y derrotar, primero en el Pantano de Vargas, el 28 de julio de 1819, y posteriormente en la batalla de Boyacá, el 7 de agosto de ese mismo año, a las tropas realistas que comandaba el brigadier Barreiro”….”

(https://lanacionweb.com/regional/bolivar-triunfo-en-boyaca-con-el-paso-de-los-andes/). También puede verse:

( https://www.youtube.com/watch?v=sYEQTYSzHoU, Tu rincón de pensar);

https://www.youtube.com/watch?v=9lhGrKEHSA8, por TelesurTV

(https://www.pinterest.com/pin/396176098449435320/);

https://lanacionweb.com/regional/bolivar-triunfo-en-boyaca-con-el-paso-de-los-andes/

José de San Martín (367, 378, 403) – “…Este sábado se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de José de San Martín, un militar cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la Argentina, Chile y el Perú. Nacido en Yapeyú el 25 de febrero de 1778, murió a los 72 años en Boulogne Sur Mer, Francia, el 17 de agosto de 1850. 

Tras vivir en España, San Martín regresó a Buenos Aires y puso su vida al servicio de laIndependencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, que hoy lleva su nombre, el cual logró el triunfo en el Combate de San Lorenzo. 

Se le encargó también la jefatura del Ejército del Norte, en reemplazo del General Manuel Belgrano, donde pudo concebir su plan de emancipación sudamericana, comprendiendo que el triunfo patriota sólo se consolidaría al eliminar todos los núcleos realistas en el continente.

El 12 de noviembre de 1812 San Martín -que tenía 34 años- se casó con María de los Remedios de Escalada. Fruto de ese matrimonio fue su hija Mercedes, que nació en Mendoza el 23 de agosto de 1816.

Cruzó la cordillera de los Andes y lideró la liberación de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú. Luego, utilizando una flota organizada en Chile, en la ciudad de Lima, declaró la independencia del Perú en 1821….”

(https://diariosanrafael.com.ar/quien-fue-y-que-hizo-el-general-jose-de-san-martin-188508/). También puede verse:

(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/s/san-martin-jose-de/, por José Luis Salcedo Bastardo);

(https://bicentenariodelperu.pe/noticias/biografia-de-jose-de-san-martin-su-paso-por-yapeyu-cadiz-y-buenos-aires-primera-parte/);

(https://www.abc.es/historia/abci-mito-jose-san-martin-soldado-andaluz-apunalo-imperio-espanol-america-201612230350_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F, por César Cervera);

(https://www.infobae.com/historia-argentina/2019/02/25/una-indigena-una-familia-de-alcurnia-y-un-secreto-detras-del-nacimiento-de-jose-de-san-martin/, por Adrián Pignatelli);

(https://www.britannica.com/biography/Jose-de-San-Martin);(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/san_martin.htm);

(https://www.youtube.com/watch?v=AC8NllM36XY, Educatina);

(https://www.youtube.com/watch?v=SF3ALu5bIGk, RPP noticias);(https://www.youtube.com/watch?v=FwipbCz08cI, unProfesor).

Apéndice:

Independencia y unidad de Hispanoamérica (365)–

Congreso Anfictiónico de Panamá en 1824 (374) –

Congreso de Panamá, por Mario Briceño Perozo

EN: https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/congreso-de-panama/

“….Reunión de Repúblicas hispanoamericanas, con asistencia de observadores de otras naciones, convocada por Simón Bolívar desde Lima el 7 de diciembre de 1824, que se celebró en la ciudad de Panamá del 22 de junio al 15 de julio de 1826. La idea de un congreso anfictiónico se la inspiró a Bolívar el ejemplo histórico de los antiguos griegos, que acostumbraban celebrar asambleas con participación de las ciudades para tratar asuntos generales, de interés para todas. La anfictionía aseguraba soluciones que contaban con un vigoroso apoyo y contribuían a la concordia entre los pueblos y a la estabilidad de sus instituciones. En la Grecia clásica, la anfictionía significaba un conjunto de ciudades o repúblicas hermanas, unidas por el idioma y la cultura comunes alrededor de un santuario u otro lugar notable. Existió, entre otras, la anfictionía de Delfos, dirigida por un Consejo de 24 miembros, que representaba a las 12 tribus de la región de las Termópilas. Fue el propio Simón Bolívar quien varias veces calificó al Congreso de Panamá de «anfictiónico», en las instrucciones a Joaquín Mosquera de 1821 y en una carta dirigida a Manuel Lorenzo de Vidaurre en 1825.

Concluida la gran empresa de la emancipación de Hispanoamérica, se hacía necesaria la existencia de un congreso en el que estuvieran representadas las antiguas colonias de España que habían alcanzado su libertad, a fin de que como hermanas, en torno de una misma mesa, discutieran acerca de los asuntos que les concernían en el plano internacional; estos estaban directamente vinculados al afianzamiento de las conquistas alcanzadas en el campo de la guerra; a la defensa de sus intereses frente a las potencias que amenazaban con recuperar sus dominios perdidos en el Nuevo Continente; a robustecer la amistad entre los nuevos Estados y a fundamentar sobre sólidos principios la posesión del territorio y las relaciones internacionales. En la mente de Bolívar la idea del Congreso estaba unida al lugar de reunión, y este no era otro que Panamá, por su posición privilegiada en la geografía de América: de un lado el océano Pacífico, y del otro el mar de las Antillas, y el istmo como puente entre los 2 hemisferios. El Libertador destacó la importancia de Panamá en varios de sus documentos, como ya antes lo había hecho el Precursor Francisco de Miranda. Además, en los programas de los 2 dirigentes fue tema fundamental la unidad de América española, vista esta como una sola gran nación. Desde que Bolívar va a Londres en 1810, en misión de la Junta Suprema de Caracas, comienza a hablar de una confederación en América; así lo declara a la prensa británica; en la Sociedad Patriótica de Caracas, en uno de sus discursos, puntualiza que se debe poner la piedra fundamental de la libertad suramericana. En 1814 ante los soldados del ejército patriota que llegó a Pamplona después de su retirada del territorio venezolano, proclama: «Para nosotros la patria es la América»; esto lo repite en documentos de 1815 especialmente en la Carta de Jamaica, y en esa misma oportunidad sugiere la reunión en Panamá de un congreso de Repúblicas; insiste en la unidad americana en sus cartas para Juan Martín de Pueyrredón (director supremo del Río de la Plata) en 1818 y en todos los manifiestos y arengas que lanza a los cuatro vientos del continente, e inclusive en sus cartas particulares……

El Congreso se instaló en Panamá el 22 de junio de 1826….. La sesión inaugural tuvo lugar el jueves 22 de junio de 1826, con asistencia de los delegados de 4 Repúblicas: Colombia (la Grande); Guatemala (Centro América); México, y Perú. En realidad, equivalían a las siguientes naciones actuales: Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México, Perú: 11 en total….. en la noche del 15 de julio de 1826, los plenipotenciarios procedieron a firmar los documentos emanados del Congreso: un tratado de unión, liga y confederación perpetua, una convención de contingentes navales y terrestres y un acuerdo para reanudar en 1827 las sesiones en la villa de Tacubaya, muy cercana a Ciudad de México. El tratado constaba de 31 artículos más un artículo adicional. En el artículo segundo se especificaba del modo siguiente su principal propósito: «...El objeto de este pacto perpetuo será sostener en común, defensiva y ofensivamente si fuese necesario, la soberanía e independencia de todas y cada una de las potencias confederadas de América contra toda dominación extranjera; y asegurarse desde ahora para siempre los goces de una paz inalterable y promover al efecto la mejor armonía y buena inteligencia, así entre sus pueblos, ciudadanos y súbditos, respectivamente, como con las demás potencias con quienes deben mantener o entrar en relaciones amistosas...». En suma, en este tratado, el más importante de los aprobados en Panamá, además de declarar la solidaridad de las naciones firmantes, se afirmaba el carácter irrevocable de la independencia hispanoamericana; se expresaba el deseo de lograr una paz justa con la antigua metrópoli; se establecía el principio de la conciliación y el arbitraje para resolver los conflictos internacionales; se concedía la ciudadanía común a los habitantes de las naciones contratantes; se rechazaba la trata de esclavos, que era declarada un crimen contra la humanidad y se esbozaban los lineamientos de una futura organización internacional que solo vino a ser realidad en el siglo XX. La delegación mexicana propuso una cláusula o un tratado especial a fin de que las naciones hispanoamericanas se concedieran recíprocamente ventajas especiales en su comercio, pero su consideración fue diferida para el Congreso de Tacubaya. El segundo instrumento diplomático firmado en Panamá el 15 de julio de 1826 fue la convención de contingentes, que establecía un ejército y una armada común de las Repúblicas confederadas y señalaba el aporte en hombres y buques de cada una de ellas; un acuerdo especial especificaba detalladamente la organización de esas fuerzas armadas comunes, así como sus escalafones de mando. El tercer documento declaraba que las sesiones se reanudarían unos meses después en la villa de Tacubaya. Algunos han considerado que el Congreso de Panamá fue un fracaso, concepto este que está fuera de la realidad, puesto que si bien no se alcanzaron todos los objetivos propuestos por Bolívar, es innegable que dentro del cuadro de esos objetivos, hubo logros de alta significación para Hispanoamérica y el mundo. En primer término porque es la primera vez que un puñado de naciones libres se sientan alrededor de una mesa a dialogar como hermanas sobre los problemas del presente y los programas a llevar a cabo en el futuro; segundo, porque se suscribe el Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre las Repúblicas participantes en el Congreso; tercero, porque de esa memorable asamblea emerge un nuevo derecho para Hispanoamérica, tal como lo concibió el Libertador: el arbitraje, o sea el procedimiento pacífico de someter las disidencias entre 2 naciones a un tercero cuyo fallo pone fin al conflicto. Con esta modalidad no estaban de acuerdo las potencias europeas acostumbradas a obtenerlo todo por la fuerza; cuarto, porque se creó una mentalidad hispanoamericanista tendiente a asegurar la integridad de los respectivos territorios y cooperar a la eliminación del tráfico de esclavos, y quinto, porque dentro de la mentalidad creada en Panamá se da singular significación a la amistad y solidaridad que ha de reinar entre las naciones participantes y la prohibición de intervenir en ligas o tratados con Estados extraños a la confederación.

Es cierto que en Tacubaya no se logró nada, pues las sesiones no llegaron a reanudarse formalmente y los tratados de Panamá no entraron en vigencia oficialmente. Sin embargo, lo de México no ha de tomarse como base del fracaso del que se ha hablado. Fracasó lo de Tacubaya, pero no lo de Panamá. Lo del istmo no se perdió. El solo levantamiento de puentes de amistad entre los hombres y los pueblos que allí tuvo lugar en la primera etapa del histórico Congreso, basta para asegurar que aquella fue una reunión exitosa, positiva, que ha servido de simiente para el nacimiento en este siglo de instituciones internacionales que laboran por la paz, la justicia, el derecho, la concordia y el progreso de los países que pueblan el mundo….”.

 

También puede verse:

(https://www.telesurtv.net/news/congreso-anfictionico-panama-20170621-0073.html);

(https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/72139/1/212717.pdf&origen=BDigital, por Fabián Velarde y Felipe J. Escobar);

(https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-73292006000100004, por Germán A. de la Reza);

(https://www.jstor.org/stable/3466009?seq=1, por Indalecio Liévano Aguirre);

(http://celbe.bseu.by/materials/El_congreso_de_panama_y_la_unidad_latinoamericana.pdf);

(https://sites.google.com/site/grancol1819/docs/18260000). 

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