En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.
La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.
El objetivo de la serie no es realizar un análisis
de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en
Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se
indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y
personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los
textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea
el caso, con indicación de su fuente. Este octogésimo noveno artículo se
refiere a temas y personajes que van desde Juan Martín de Pueyrredon (1777-1850)
hasta José de San Martín (1778-1850). Veamos:
Pueyrredon (368) – “….Juan Martín de Pueyrredón fue uno de los hombres clave del período revolucionario. Masón y liberal, ilustrado y unitario, nació en 1777, hijo de un adinerado comerciante francés y de una austera criolla hija de irlandeses. Como tantos otros patriotas del período, estudió en el Colegio San Carlos, antes de seguir su destino por Europa, Cádiz y París, estudiando el arte y la filosofía de la ilustración.
Regresó a Buenos Aires poco antes de la
primera invasión inglesa. Ya radicado aquí, asumió el control de los negocios
familiares y se transformó en un próspero comerciante. Contrajo su primer y
frustrado matrimonio con una prima que, al poco tiempo de casados, fue tomada
por loca y, posteriormente, falleció.
Por entonces, Pueyrredón participó como
prácticamente toda Buenos Aires de la defensa frente a las invasiones inglesas,
tomando hacia el final la titularidad del regimiento de húsares y siendo
enviado con posterioridad a España para informar sobre la derrota inglesa. Fue
entonces cuando observó la decadencia de la monarquía española y le sobrevino
la idea de que un cambio radical era inevitable.
Hacia 1810, Pueyrredón participó de los
acontecimientos de Mayo, siendo pronto encargado de la gobernación de la gran
Córdoba y, tras el avance del ejército patriota hacia el Alto Perú, de la
intendencia de Charcas (hoy Sucre).
En 1812, cuando se entretejían las mayores
intrigas en torno a la conducción del proceso revolucionario, Pueyrredón dejó
el mando del Ejército del Norte a cargo de Manuel Belgrano y viajó a Buenos
Aires para reemplazar a Juan José Paso en el Triunvirato. Pero duró poco esta
etapa, siendo disuelto el Triunvirato y él detenido.
Sin embargo, al poco tiempo había retomado la
actividad en las provincias del Cuyo y, ya en 1816, el Congreso de Tucumán lo
designó Director Supremo de las Provincias Unidas, con el apoyo de Martín
Miguel de Güemes y José de San Martín. Desde aquel cargo, que conservó durante
tres años, apoyó la campaña a Chile de San Martín, aunque le aconsejó
“pordiosear cuando no hay otro remedio”, pero también combatió el proyecto
artiguista y otros líderes federales.
Entre 1816 y 1819, su carácter
aristocratizante, unitario y porteño se fue acentuando lentamente. Con
posterioridad a su rol como Director Supremo, en la década de 1820, atenuó su
participación política, dedicándose a la vida familiar, a su segunda esposa
-una joven de 14 años, con la que se casó en 1815, cuando ya se acercaba a los
40- y a su hijo Prilidiano.
Juan Martín de Pueyrredón, tío de José
Hernández, el autor del Martín
Fierro, vivió su vejez en Montevideo, primero, y en París, después. Tras
su regreso a Buenos Aires, falleció en marzo de 1850, a los 72 años de edad….”.
(https://www.elhistoriador.com.ar/juan-martin-de-pueyrredon/, por Alejandro
Jasinski). También puede verse:
(https://comunicaciontucuman.gob.ar/2016/08/pueyrredon-un-hombre-de-la-revolucion/);
(http://www.laprensa.com.ar/490926-Pueyrredon-El-hombre-del-momento.note.aspx, por Roberto L.
Elissalde);
(https://www.infobae.com/2016/05/01/1808243-moldes-vs-pueyrredon-como-fue-la-competencia-el-cargo-director-supremo/, por Juan
Thames).
Declaración de guerra a muerte (364) – “…Decreto de guerra a muerte….Célebre documento dictado por Simón Bolívar y dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego de la caída de la Primera República. La matanza de los republicanos por parte de los jefes españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos a la causa monárquica. Uno de ellos fue el abogado fue el abogado Francisco de Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió en distintas formas que cesaran las ejecuciones, lo cual no sucedió. Según el testimonio del propio Heredia relatado en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno de los partidarios de Monteverde, exhortó en una ocasión «... en alta voz a los soldados, de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie...» Bolívar en su Campaña Libertadora de 1813 recibió información de la consumación de hechos como el relatado por Heredia, lo que le llevó a expresar el 8 de junio en Mérida: «Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte».
Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio
siguió la proclama el 15 de junio en Trujillo del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: «...Españoles
y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis
activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la
vida, aun cuando seáis culpables». En una primera instancia esta manifestación
fue considerada por Bolívar como ley fundamental de la República, que luego
ampliaría y ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante una
proclama del 6 de septiembre del mismo año 1813, acto que según algunos
historiadores puede ser considerado como un «Segundo Decreto de Guerra a
Muerte». Posteriormente, cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en
escena José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, la matanza se hace más
intensa por parte de los realistas y la respuesta de los republicanos es radicalizar
la aplicación de la «guerra a muerte». Derivado de esto se produjo la ejecución
de los presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira ordenada por Bolívar
en febrero de 1814. En este último año la «guerra a muerte» se recrudece,
perdiéndose numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este contexto de
destrucción en el que cae la Segunda República.
Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a
muerte» se extiende a la Nueva Granada, en donde el general Pablo Morillo la
ejecuta con la mayor crueldad. Entre las numerosas víctimas de Morillo se
pueden destacar el científico Francisco José de Caldas, los estadistas
neogranadinos Camilo Torres y Manuel Rodríguez Torices y los patriotas
venezolanos Andrés Linares y Francisco José García de Hevia. A pesar de haber
sido Bolívar el autor del decreto de guerra sin cuartel, en varias ocasiones
consideró la posibilidad de la derogación de dicho instrumento. En tal sentido,
en su proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que: «...La guerra a
muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos
a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte
fuera del campo de batalla»; lo cual obviamente buscaba humanizar la contienda
militar. Finalmente, el 26 de noviembre de 1820 se celebró en Trujillo, en el
mismo lugar donde se proclamó la «guerra a muerte», el Tratado de
Regularización de la Guerra, el cual derogaba el decreto de 1813…..”
(https://www.venezuelatuya.com/historia/guerra_muerte.htm). También puede verse:
https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/d/decreto-de-guerra-a-muerte/, por Mario Briceño Perozo);
(https://rodrigomorenog.files.wordpress.com/2012/01/bolc3advar-decreto-guerra-a-muerte-1813.pdf);
(https://www.youtube.com/watch?v=5eKinO9a5-Q);
(https://librepensador.uexternado.edu.co/wp-content/uploads/sites/5/2014/08/Comentario-de-Texto-Simon-Bolivar.pdf, por Andrea
Rueda Alarcón).
Proclamación de la libertad de los esclavos a cambio de su participación en el ejército rebelde (364) –“….El 2 de junio de 1816 Simón Bolívar decretó la libertad absoluta a todos los esclavos que se alistaron en las filas del Ejército Patriota (EP), conjunto de milicias que luchó en las guerras de independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela contra el imperio español.
Esta medida
constituyó el primer intento de eliminación de la esclavitud en Venezuela y
significó el reconocimiento de la participación de los negros, pardos e indios
en el EP. La acción cambió el escenario de la guerra de independencia a su
favor.
La parte
sustantiva del decreto decía que “…la justicia, la política, y la Patria
reclaman imperiosamente los derechos imprescindibles de la naturaleza, he
venido en decretar, como decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han
gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados…”
En
1819, tres años más tarde en el célebre Discurso de Angostura, El Libertador
actuando como jefe supremo de la República solicitó al Congreso que decretara
la abolición de la esclavitud, pero los intereses de los dueños de los esclavos
se impusieron sobre la justicia que demandaba la libertad de los miles de
hombres y mujeres desarraigados de manera violenta de su natal África.
El objetivo del
decreto se materializó 38 años después. El 24 de marzo de 1854 el
presidente José Gregorio Monagas autorizó el ejecútese a la ley que
en uno de sus artículos señala: “Queda abolida para siempre la esclavitud en
Venezuela”.
Con el decreto,
El Libertador cumplió la promesa que le hizo a su amigo y protector en
Haití, Alejandro Petión, de otorgarle la libertad a todos esos hombres y
mujeres traídos por la fuerza desde África a América…….”
También puede
verse:
(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/l/ley-de-abolicion-de-la-esclavitud/, por Manuel Pérez Vila);
(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292011000300003, por Ana
Vergara);
http://www.scielo.org.co/pdf/cohe/v16n31/1794-5887-cohe-16-31-79.pdf, por José
Enrique Conde Calderón);
(http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/esclavos-y-negros-en-la-independencia);
Boyacá (365) – “….El Puente de Boyacá, ubicado a 14 kilómetros de Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá, fue lugar de uno de los combates más grandes que se han librado en territorio colombiano por nuestra independencia: La Batalla de Boyacá....
Ocurrida el 7 de agosto
de 1819,
esta batalla marcó no sólo el punto final en las disputas guerreristas por el
poder en territorio colombiano, sino que fijó el triunfo
independentista que había trazado el país el 20 de julio de 1810. Ésta
confrontación posee una gran importancia histórica en la independencia de
Colombia, pues garantizó el éxito de la liberación del imperio español con la
caída definitiva del Virreinato de Nueva Granada...
Todo comenzó con una serie de luchas
libradas por la Campaña
Libertadora que
—liderada por Simón Bolívar— hacía resistencia a la reconquista
española en 1819. Después de superar diversos obstáculos, el ejército
patriota salió victorioso en los combates de Gámeza (11 de julio) y el
Pantano de Vargas (25 de julio), que fueron claves en el resultado de la
Batalla del Puente de
Boyacá.
Tras de 77 días de conformación de
la Campaña Libertadora, ese 7 de agosto fue decisivo. La estrategia de
Bolívar era clara: tomar por sorpresa al ejército realista que,
sin remedio alguno, tenía que pasar por el río Teatinos para dirigirse a
Santafé, donde estaría a salvo de los ataques patriotas.
Bajo el mando de Simón Bolívar, Francisco de
Paula Santander y José Antonio Anzoátegui, la tropa patriota conformada
por 2.850 combatientes (criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y
negros) asaltó al ejército realista que contaba con 2.670
hombres liderados por el coronel José María Barreiro.
En un combate que duró cerca de seis horas, la
tropa libertadora se llevó la victoria y logró la rendición de los españoles, que
fueron tomados como prisioneros.
Tras ser tomado como prisionero, Barreiro
intentó sobornar al soldado de quince años Pedro Pascacio Martínez, que se negó
y lo entregó a Bolívar.
En cuanto se supo de la derrota realista, el
virrey Juan Sámano huyó de Santafé, ciudad que quedó bajo el mando de los
criollos….
Esta batalla no sólo marcó un paso
definitivo en nuestra independencia, sino que influyó en las victorias de
Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador y Junín y Ayacucho en Perú. El
puente, que sufrió graves daños, fue reconstruido el 7 de agosto de
1919 por el presidente Marco Fidel Suárez.
Ahora el puente es uno de los sitios
más emblemáticos de la historia colombiana, y se encuentra rodeado
por monumentos que recuerdan la gesta independentista como
las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula
Santander y Pedro Pascasio Martínez. A su lado también reposan símbolos como la
Plaza de Banderas, el Arco del Triunfo, el Atril de Piedra, la Llama de la
Libertad, la Piedra de la Legión Británica y el Obelisco. ¡Revive la
ruta libertadora!....”
(https://www.colombia.co/pais-colombia/historia-colombiana/la-batalla-de-boyaca-gesta-definitiva-de-la-independencia-de-colombia/). También puede verse:
(https://enciclopediadehistoria.com/batalla-de-boyaca/);
(https://blogs.loc.gov/international-collections/2019/07/para-el-bicentenario-de-la-batalla-de-boyac/);
(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/b/boyaca-batalla-de/, por Héctor Bencomo Barrios);
(https://www.youtube.com/watch?v=jT9sim1uiCY, Colombia);
(https://www.youtube.com/watch?v=b8vIZBBSTZQ, Noticias Caracol);
(https://www.youtube.com/watch?v=M9tv9dWDOIk, el club de motas);.
Carabobo (365) – “….Acción bélica dada en la sabana de Carabobo, cerca de
la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821, entre el ejército realista del
mariscal de campo Miguel de la Torre y el republicano mandado por el general en
jefe Simón Bolívar. La victoria lograda por este último resultó decisiva para
la liberación de Caracas y del resto del territorio venezolano. El campo de
batalla está constituido por una sabana de unos 4 km de longitud, de este a
oeste y 3 km de norte a sur. Limita por el norte con las filas del Algarrobal y
de Las Manzanas; por el este con la fila de Las Manzanas; por el sur con el
plan de Cartanal y por el oeste con la quebrada de Carabobo. Durante la
ejecución de su movimiento retrógrado desde Araure, el mariscal de campo Miguel
de la Torre se detuvo en esta sabana y distribuyó sus fuerzas en forma tal que
cubrían, por el oeste, el camino de San Carlos, y por el sur el de El Pao. La
primera línea defensiva fue confiada a la primera división (teniente coronel
Tomás García), la cual se organizó de la manera siguiente: el primer batallón
del Valencey (teniente coronel Andrés Riesco) ocupó la parte sur del camino; a
su derecha se situó el batallón ligero del Barbastro (teniente coronel Juan N.
Montero); el batallón ligero del Hostalrich (teniente coronel Francisco Illas),
en columna de marcha, detrás de los anteriores. Las 2 piezas de artillería
fueron emplazadas en una pequeña altura, delante de la línea formada por
Valencey, y Barbastro. La posición correspondiente a la vía de El Pao fue
ocupada por la división de Vanguardia (brigadier Francisco Tomás Morales), la
cual constituyó una avanzada de unos 100 hombres (capitán Juan Casals); a
continuación tomó posiciones el batallón ligero del Infante (teniente coronel
Simón Sicilia); e inmediatamente detrás de esta unidad, se situó el batallón
ligero del Príncipe. La reserva quedó integrada por el segundo batallón del
Burgos (teniente coronel Joaquín Dalmar) y 4 regimientos de caballería. El
Burgos se situó cerca del camino de El Pao y la caballería, en las vegas de la
quebrada de Las Manzanas. El cuartel general quedó establecido cerca del
batallón Burgos. El 15 de junio de 1821, el Libertador reorganizó el ejército
en 3 divisiones: la primera (general de división José Antonio Páez) estaba
formada por los batallones Bravos de Apure (teniente coronel Francisco Torres),
Cazadores Británicos (coronel Thomas Ilderton Ferriar) y 7 regimientos de
caballería. La segunda (general de división Manuel Cedeño), constituida por los
batallones Tiradores (teniente coronel José Rafael de las Heras), Boyacá
(teniente coronel Ludwig Flegel) y Vargas (teniente coronel Antonio Grávete) y
un escuadrón de caballería. La tercera (coronel Ambrosio Plaza) contaba con 4
batallones: Rifles (teniente coronel Arturo Sandes), Granaderos (coronel
Francisco de Paula Vélez), Vencedor en Boyacá (coronel Juan Uslar) y Anzoátegui
(coronel José M. Arguindegui) y un regimiento de caballería. En total, 6.500
hombres. A tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, el
Libertador hizo un reconocimiento de la posición realista y llegó a la
conclusión de que esta era inabordable por el frente y por el sur. En función
de esta apreciación ordenó que las divisiones convirtiesen su marcha por la
izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba
descubierto; es decir, Bolívar ordenó una maniobra desbordante del ala derecha
realista, maniobra ejecutada por las divisiones Páez y Cedeño, en tanto que la
división Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición defensiva.
El movimiento de estas unidades se ejecutó con rapidez, a pesar de la
dificultad que ofrecía el terreno. Al darse cuenta la Torre de la maniobra de
los republicanos, ordenó al Burgos que marchase al norte a ocupar la altura
hacia la cual se dirigían las divisiones de Bolívar. Al llegar el Burgos al
área indicada abrió fuego contra el batallón Bravos de Apure, cabeza de la
primera división, el cual, después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba
de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan
violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que
replegarse por 2 veces consecutivas. En ese momento, la unidad que le seguía,
el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó al Burgos y lo obligó a ceder
terreno. Entraron los batallones Infante y Hostalrich en apoyo del Burgos, pero
reorganizado el Bravos de Apure, se unió al Cazadores Británicos para reanudar
el ataque, auxiliado por 2 compañías del batallón Tiradores. Mediante una carga
a la bayoneta, estas unidades entraron a la sabana y rechazaron al ejército
realista. Para detener el repliegue de las unidades que había empeñado, la
Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron
sostener la línea, pero solo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería
de la primera división entró por el norte de la sabana. Para hacer frente a
este nuevo ataque, la Torre ordenó al regimiento Húsares de Fernando VII que
cargase contra la caballería republicana, pero esta unidad se retiró después de
disparar sus carabinas. Atacados de frente por la infantería patriota y por la
derecha por la caballería, los batallones realistas optaron por la retirada.
Del batallón Burgos había perdido la mayor parte de su fuerza y duramente
castigados los otros 4 que intervinieron. Como último recurso, la Torre le
ordenó al regimiento Lanceros del Rey que atacara a la caballería contraria,
pero esta unidad no solo desobedeció la orden sino que volvió caras ante el
ataque de los republicanos. El primer batallón del Valencey, que no había
tomado parte activa en la batalla, al ver el giro de la situación, inició la
retirada, bajo la presión de la tercera división. Sobre la marcha se le
incorporaron la Torre, su Estado Mayor y los restos de las unidades que habían
escapado a las cargas de los patriotas. El batallón ligero del Barbastro trató
de unirse a los que se retiraban, pero fue rendido por unidades de la segunda y
tercera división. El batallón del Infante, una parte huyó por el bosque y la
otra cayó en manos de los patriotas. Al entrar la batalla en su fase final, los
patriotas iniciaron una tenaz persecución, la cual fue llevada hasta Valencia.
De los 4.279 efectivos presentes en la batalla, los realistas perdieron 2
oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 individuos de tropa. Las bajas de
los republicanos también fueron cuantiosas. Los restos del ejército español se
refugiaron en Puerto Cabello…..”
https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/carabobo-batalla-de/, por Héctor
Bencomo Barrios).
También
puede verse:
(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/carabobo-batalla-de-1/, por Héctor
Bencomo Barrios),
(https://www.venezuelatuya.com/historia/carabobo.htm);
(https://enciclopediadehistoria.com/batalla-de-carabobo/);
(https://www.monografias.com/docs/Importancia-batalla-de-carabobo-F3XE5JK699CF);
(https://www.ivenezuela.travel/batalla-de-carabobo-historia/);
(https://www.youtube.com/watch?v=AQ5aVNymaSE, TelesurTV);
(https://www.youtube.com/watch?v=b7wrBaLLXUs);
Campaña de los Andes (366) – “….Este 7 de agosto se celebró una fecha histórica en la gesta libertaria de Bolívar, al arribar a los 200 años de una de las decisiones estratégicas más importantes del Libertador, al derrotar al ejército del brigadier Barreiro en la batalla de Boyacá, luego del paso de los Andes…..
Explicó el
historiador y parlamentario venezolano, Walter Márquez, que fue desde la
población de Guasdualito, en el estado Apure, en las cercanías del río Arauca,
en la frontera colombo-venezolana, donde Simón Bolívar, el 3 de junio de 1819,
decidió el paso de los Andes por la cordillera oriental colombiana, lo que
realizo entre el 1 y el 5 de julio, para llegarle por la retaguardia al
ejército del brigadier José María Barreiro para librar la batalla de Boyacá, el
7 de agosto de 1819, con lo cual selló la independencia de la Nueva Granada,
actual Colombia…..
Destacó
Walter Márquez que, el 30 de mayo, Bolívar llegó a Guasdualito, donde estaba el
general José Antonio Páez con los llaneros, y el 3 de junio cambió de
estrategia, la cual manejaba privadamente y decidió continuar, no hacia San
Cristóbal, sino pasar el río Arauca, lo cual realizó el 4 de junio; llegó a El
Amparo, pasó el Arauca y siguió al paso de los Andes, una operación militar de
altísimo riesgo que solamente la intuición del genio de Bolívar podía ordenar,
con el apoyo de los llaneros, la vanguardia dirigida por el general Francisco
de Paula Santander, la retaguardia comandada por el general José Antonio
Anzoátegui, y la legión británica al mando del coronel James Rooke, y
remontaron la zona de alto riesgo, a casi 4 mil metros sobre el nivel del mar,
donde hubo muchísimas bajas de soldados y caballos a lo largo del trayecto,
pero Bolívar aprovechó ese factor sorpresa para llegar por la retaguardia y
derrotar, primero en el Pantano de Vargas, el 28 de julio de 1819, y
posteriormente en la batalla de Boyacá, el 7 de agosto de ese mismo año, a las
tropas realistas que comandaba el brigadier Barreiro”….”
(https://lanacionweb.com/regional/bolivar-triunfo-en-boyaca-con-el-paso-de-los-andes/). También puede verse:
( https://www.youtube.com/watch?v=sYEQTYSzHoU, Tu rincón de pensar);
https://www.youtube.com/watch?v=9lhGrKEHSA8, por TelesurTV
(https://www.pinterest.com/pin/396176098449435320/);
https://lanacionweb.com/regional/bolivar-triunfo-en-boyaca-con-el-paso-de-los-andes/
José de San Martín (367, 378, 403) – “…Este sábado se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de José de San Martín, un militar cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la Argentina, Chile y el Perú. Nacido en Yapeyú el 25 de febrero de 1778, murió a los 72 años en Boulogne Sur Mer, Francia, el 17 de agosto de 1850.
Tras vivir en España, San Martín regresó a Buenos
Aires y puso su vida al servicio de laIndependencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Se le encomendó la creación
del Regimiento de Granaderos a Caballo, que hoy
lleva su nombre, el cual logró el triunfo en el Combate de San
Lorenzo.
Se le encargó también la jefatura del Ejército
del Norte, en reemplazo del General Manuel Belgrano, donde pudo
concebir su plan de emancipación sudamericana, comprendiendo que el triunfo
patriota sólo se consolidaría al eliminar todos los núcleos realistas en el
continente.
El 12 de noviembre de 1812 San Martín -que tenía 34 años-
se casó con María de los Remedios de Escalada. Fruto de
ese matrimonio fue su hija Mercedes, que nació en Mendoza
el 23 de agosto de 1816.
Cruzó la cordillera de los Andes y lideró la liberación
de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú. Luego, utilizando una flota
organizada en Chile, en la ciudad de Lima, declaró la independencia del Perú en
1821….”
(https://diariosanrafael.com.ar/quien-fue-y-que-hizo-el-general-jose-de-san-martin-188508/). También puede
verse:
(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/s/san-martin-jose-de/, por José Luis
Salcedo Bastardo);
(https://www.abc.es/historia/abci-mito-jose-san-martin-soldado-andaluz-apunalo-imperio-espanol-america-201612230350_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F, por César
Cervera);
(https://www.infobae.com/historia-argentina/2019/02/25/una-indigena-una-familia-de-alcurnia-y-un-secreto-detras-del-nacimiento-de-jose-de-san-martin/, por Adrián
Pignatelli);
(https://www.britannica.com/biography/Jose-de-San-Martin);(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/san_martin.htm);
(https://www.youtube.com/watch?v=AC8NllM36XY, Educatina);
(https://www.youtube.com/watch?v=SF3ALu5bIGk,
RPP noticias);(https://www.youtube.com/watch?v=FwipbCz08cI,
unProfesor).
Apéndice:
Independencia y
unidad de Hispanoamérica (365)–
Congreso
Anfictiónico de Panamá en 1824 (374) –
Congreso de Panamá,
por Mario Briceño Perozo
EN: https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/congreso-de-panama/
“….Reunión de Repúblicas hispanoamericanas, con asistencia
de observadores de otras naciones, convocada por Simón Bolívar desde Lima el 7
de diciembre de 1824, que se celebró en la ciudad de Panamá del 22 de junio al
15 de julio de 1826. La idea de un congreso anfictiónico se la inspiró a
Bolívar el ejemplo histórico de los antiguos griegos, que acostumbraban
celebrar asambleas con participación de las ciudades para tratar asuntos
generales, de interés para todas. La anfictionía aseguraba soluciones que
contaban con un vigoroso apoyo y contribuían a la concordia entre los pueblos y
a la estabilidad de sus instituciones. En la Grecia clásica, la anfictionía significaba un
conjunto de ciudades o repúblicas hermanas, unidas por el idioma y la cultura
comunes alrededor de un santuario u otro lugar notable. Existió, entre otras,
la anfictionía de Delfos, dirigida por un Consejo de 24 miembros, que
representaba a las 12 tribus de la región de las Termópilas. Fue el propio
Simón Bolívar quien varias veces calificó al Congreso de Panamá de
«anfictiónico», en las instrucciones a Joaquín Mosquera de 1821 y en una carta
dirigida a Manuel Lorenzo de Vidaurre en 1825.
Concluida la gran empresa de la emancipación de
Hispanoamérica, se hacía necesaria la existencia de un congreso en el que
estuvieran representadas las antiguas colonias de España que habían alcanzado
su libertad, a fin de que como hermanas, en torno de una misma mesa, discutieran
acerca de los asuntos que les concernían en el plano internacional; estos
estaban directamente vinculados al afianzamiento de las conquistas alcanzadas
en el campo de la guerra; a la defensa de sus intereses frente a las potencias
que amenazaban con recuperar sus dominios perdidos en el Nuevo Continente; a
robustecer la amistad entre los nuevos Estados y a fundamentar sobre sólidos
principios la posesión del territorio y las relaciones internacionales. En la
mente de Bolívar la idea del Congreso estaba unida al lugar de reunión, y este
no era otro que Panamá, por su posición privilegiada en la geografía de
América: de un lado el océano Pacífico, y del otro el mar de las Antillas, y el
istmo como puente entre los 2 hemisferios. El Libertador destacó la importancia
de Panamá en varios de sus documentos, como ya antes lo había hecho el
Precursor Francisco de Miranda. Además, en los programas de los 2 dirigentes
fue tema fundamental la unidad de América española, vista esta como una sola
gran nación. Desde que Bolívar va a Londres en 1810, en misión de la Junta
Suprema de Caracas, comienza a hablar de una confederación en América; así lo
declara a la prensa británica; en la Sociedad Patriótica de Caracas, en uno de
sus discursos, puntualiza que se debe poner la piedra fundamental de la
libertad suramericana. En 1814 ante los soldados del ejército patriota que
llegó a Pamplona después de su retirada del territorio venezolano, proclama:
«Para nosotros la patria es la América»; esto lo repite en documentos de 1815
especialmente en la Carta de
Jamaica, y en esa misma oportunidad sugiere la reunión en Panamá de un
congreso de Repúblicas; insiste en la unidad americana en sus cartas para Juan
Martín de Pueyrredón (director supremo del Río de la Plata) en 1818 y en todos
los manifiestos y arengas que lanza a los cuatro vientos del continente, e
inclusive en sus cartas particulares……
El Congreso se instaló en Panamá el 22 de junio de 1826…..
La sesión inaugural tuvo lugar el jueves 22 de junio de 1826, con asistencia de
los delegados de 4 Repúblicas: Colombia (la Grande); Guatemala (Centro
América); México, y Perú. En realidad, equivalían a las siguientes naciones
actuales: Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua, México, Perú: 11 en total….. en la noche del 15
de julio de 1826, los plenipotenciarios procedieron a firmar los documentos
emanados del Congreso: un tratado de unión, liga y confederación perpetua, una
convención de contingentes navales y terrestres y un acuerdo para reanudar en
1827 las sesiones en la villa de Tacubaya, muy cercana a Ciudad de México.
El tratado constaba de 31 artículos más un artículo adicional. En el artículo
segundo se especificaba del modo siguiente su principal propósito: «...El objeto
de este pacto perpetuo será sostener en común, defensiva y ofensivamente si
fuese necesario, la soberanía e independencia de todas y cada una de las
potencias confederadas de América contra toda dominación extranjera; y
asegurarse desde ahora para siempre los goces de una paz inalterable y promover
al efecto la mejor armonía y buena inteligencia, así entre sus pueblos,
ciudadanos y súbditos, respectivamente, como con las demás potencias con
quienes deben mantener o entrar en relaciones amistosas...». En suma, en este
tratado, el más importante de los aprobados en Panamá, además de declarar la
solidaridad de las naciones firmantes, se afirmaba el carácter irrevocable de
la independencia hispanoamericana; se expresaba el deseo de lograr una paz
justa con la antigua metrópoli; se establecía el principio de la conciliación y
el arbitraje para resolver los conflictos internacionales; se concedía la
ciudadanía común a los habitantes de las naciones contratantes; se rechazaba la
trata de esclavos, que era declarada un crimen contra la humanidad y se
esbozaban los lineamientos de una futura organización internacional que solo
vino a ser realidad en el siglo XX. La delegación mexicana propuso una cláusula
o un tratado especial a fin de que las naciones hispanoamericanas se
concedieran recíprocamente ventajas especiales en su comercio, pero su
consideración fue diferida para el Congreso de Tacubaya. El segundo
instrumento diplomático firmado en Panamá el 15 de julio de 1826 fue la
convención de contingentes, que establecía un ejército y una armada común de
las Repúblicas confederadas y señalaba el aporte en hombres y buques de cada
una de ellas; un acuerdo especial especificaba detalladamente la organización
de esas fuerzas armadas comunes, así como sus escalafones de mando. El tercer
documento declaraba que las sesiones se reanudarían unos meses después en la
villa de Tacubaya. Algunos han considerado que el Congreso de Panamá fue un
fracaso, concepto este que está fuera de la realidad, puesto que si bien no se
alcanzaron todos los objetivos propuestos por Bolívar, es innegable que dentro
del cuadro de esos objetivos, hubo logros de alta significación para
Hispanoamérica y el mundo. En primer término porque es la primera vez que un
puñado de naciones libres se sientan alrededor de una mesa a dialogar como
hermanas sobre los problemas del presente y los programas a llevar a cabo en el
futuro; segundo, porque se suscribe el Tratado de Unión, Liga y Confederación
Perpetua entre las Repúblicas participantes en el Congreso; tercero, porque de
esa memorable asamblea emerge un nuevo derecho para Hispanoamérica, tal como lo
concibió el Libertador: el arbitraje, o sea el procedimiento pacífico de
someter las disidencias entre 2 naciones a un tercero cuyo fallo pone fin al
conflicto. Con esta modalidad no estaban de acuerdo las potencias europeas
acostumbradas a obtenerlo todo por la fuerza; cuarto, porque se creó una
mentalidad hispanoamericanista tendiente a asegurar la integridad de los
respectivos territorios y cooperar a la eliminación del tráfico de
esclavos, y quinto, porque dentro de la mentalidad creada en Panamá se da
singular significación a la amistad y solidaridad que ha de reinar entre las
naciones participantes y la prohibición de intervenir en ligas o tratados con
Estados extraños a la confederación.
Es cierto que en Tacubaya no se logró nada, pues las
sesiones no llegaron a reanudarse formalmente y los tratados de Panamá no
entraron en vigencia oficialmente. Sin embargo, lo de México no ha de tomarse
como base del fracaso del que se ha hablado. Fracasó lo de Tacubaya, pero no lo
de Panamá. Lo del istmo no se perdió. El solo levantamiento de puentes de
amistad entre los hombres y los pueblos que allí tuvo lugar en la primera etapa
del histórico Congreso, basta para asegurar que aquella fue una reunión
exitosa, positiva, que ha servido de simiente para el nacimiento en este siglo
de instituciones internacionales que laboran por la paz, la justicia, el
derecho, la concordia y el progreso de los países que pueblan el mundo….”.
También puede
verse:
(https://www.telesurtv.net/news/congreso-anfictionico-panama-20170621-0073.html);
(https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/72139/1/212717.pdf&origen=BDigital, por Fabián Velarde y Felipe J.
Escobar);
(https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-73292006000100004, por Germán A. de la Reza);
(https://www.jstor.org/stable/3466009?seq=1, por Indalecio Liévano Aguirre);
(http://celbe.bseu.by/materials/El_congreso_de_panama_y_la_unidad_latinoamericana.pdf);
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