EN:
https://www.elnacional.com/opinion/geopolitica-latinoamericana/
Destinado a publicar materiales relacionados con la presencia de los Latinoamericanos en el territorio de Estados Unidos, desde que Cristobal Colón descubrió a América en 1492
El gobierno argentino sugirió el jueves pasado que todos sus nacionales abandonasen el país, después de la operación militar lanzada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en la madrugada de ese mismo día....
El sector público es un actor clave en el desarrollo de la tecnología 5G como habilitador de las palancas necesarias para fomentar su despliegue y acelerar su adopción....
Nicolás Abrew, ejecutivo principal de comunicación en CAF.
Visiones del desarrollo es una sección promovida por CAF -banco de desarrollo de América Latina- que analiza los principales temas del desarrollo de la región. Los artículos que contiene se publican simultáneamente en los principales medios de América Latina.
EN: https://www.elnacional.com/visiones-desarrollo/red-5g-inversion-por-un-mejor-futuro/
EN:
Omar Estacio Z.:
Niño venezolano, asesinado en Trinidad-Tobago, fue víctima de crimen de odio
Teodoro Ribera:
Magallanes en la ecuación energética global
Edgar Romero
Nava: El control del Estado en petróleo y gas
Juan Guaidó:
implacable tenacidad democrática, por León Sarcos
Luis Manuel
Aguana: Las deficiencias estructurales de una tiranía
Luis Alberto Perozo Padua: En 1835 Florencio Jiménez atacó y sitió Barquisimeto
En
pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.
La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.
El objetivo
de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves
textos adicionales encontrados en Intenet, sobre temas y personajes mencionados
en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada
tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se
mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en itálicas,
en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este centésimo
tercer artículo se refiere a temas y personajes que van desde Esteban
Echeverría (1801-1851) hasta José Victorino Lastarria (1817-1888). Veamos:
Esteban
Echeverría (412) – “….José Esteban Echeverría Espinosa fue un
escritor y poeta argentino, que introdujo el romanticismo en su país. Perteneciente
a la denominada Generación del 37, es autor de obras como Dogma Socialista, La
cautiva y El matadero, entre otras…..
Esteban Echeverría nacio en Buenos Aires el 2
de septiembre de 1805. Era hijo de la argentina doña María Espinosa y del vasco
español José Domingo Echeverría. Durante su primera infancia perdió a su madre.
Estudia varios años en el Colegio de Ciencias Morales; lo abandona a fines de
1823, a pesar de haber sido estudiante aplicado. Ingresa como dependiente en la
fuerte casa comercial Lezica Hermanos. Como su primera juventud fue en extremo
borrascosa y desarreglada, resuelve regenerarse moralmente y completar su
educación en Europa…..
Esa ausencia de la patria (1825-1830) le es muy
provechosa. En París sigue los cursos más variados, se familiariza con las
tendencias literarias ideológicas en boga, forma una sólida cultura de carácter
enciclopédico y se asimila infinidad de obras en francés e inglés. Con ese
importante bagaje retorna a la ciudad natal (junio de 1830) totalmente
transformado. Introduce en el Plata el romanticismo literario, suscitando una
fecunda renovación, y formula la doctrina del liberalismo político, impregnado
de altas preocupaciones sociales y pedagógicas….
En 1831 publica
sus primeros versos en diarios porteños, por más que en el viejo continente se
ejercitara en escriEn 1831 publica sus primeros versos en diarios porteños, por
más que en el viejo continente se ejercitara en escribirlos. En 1832 aparece
anónimamente su poema Elvira. La indiferencia con que se le recibe contrasta
con el desbordante entusiasmo y la cálida simpatía que suscitan después los
Consuelos (1834) y sus Rimas (1837), donde inserta la Cautiva, su mejor obra en
verso.
En 1837 se
abre el Salón Literario en la librería de don Marco Sastre, el futuro
educacionista y autor de Tempe Argentino. En el Salón se leen trabajos, se
diserta y discute. Echeverría es uno de sus grandes animadores…..
Como
Rosas ordena la clausura del Salón, Echeverría funda en su reemplazo una
sociedad secreta, la Asociación de Mayo, a la manera de la Joven Italia, de
Mazzini. El propio Echeverría y otros miembros conspicuos señalan el año 1837
como el de la fundación de la nombrada sociedad, pero investigaciones recientes
permites establecer que tal cosa acaece recién el 8 de julio de 1838. La
Asociación tiene filiales en las provincias de Córdoba, Tucumán y San Juan. En
sus filas militan la mayoría de los hombres que volvieron a organizar la
República después de Caseros, sobre la base de los principios expuestos en su
seno por Echeverría, y desarrollados en el Dogma Socialista obra publicada en
el Indicador, de Montevideo, el 1° de enero de 1839, y tirada aparte, con
algunas modificaciones, en 1846, en la capital uruguaya, precedida de la Ojeada
Retrospectiva.
Durante
algún tiempo Echeverría se dedica a las tareas rurales en su estancia "Los
Talas", cerca de Luján. Era una temeridad quedarse por más tiempo en el
país. Entonces emigra al Uruguay (fines de 1840). Inicia también en entre
nosotros los estudios de sociología y economía americanas y los de estética
literaria. Del resto de su producción cabe mencionar especialmente su
espléndido cuanto realista El matadero, el primero en su género escrito en el
Plata, y su Manual de Enseñanza Moral para las escuelas primarias (1846)….
Desde
la adolescencia tiene que luchar contra la enfermedad. Sufre continuamente de
los nervios y lo persigue su afección cardíaca. Su salud se agrava
considerablemente en 1851. Una dolencia pulmonar lo lleva a la tumba en
Montevideo el 19 de enero de dicho año. Las obras completas de Echeverría
fueron compiladas por su entrañable amigo, don Juan María Gutiérrez, en Buenos
Aires (1870-1874)…”
(https://www.todo-argentina.net/biografias-argentinas/esteban_echeverria.php?id=312(. También puede verse:
(http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/esteban-echeverria-y-la-fundacion-de-una-literatura-nacional/html/51a23f9a-5257-11e1-b1fb-00163ebf5e63_3.html, por Carlos Damaso Martínez);
(http://www.cervantesvirtual.com/portales/esteban_echeverria/autor_vida_obra_trayectoria/);
(https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/433/Esteban%20Echeverria);
(http://www.uwosh.edu/faculty_staff/cortes/classes/Spring2005/420/Echeverria.html);
(https://www.britannica.com/biography/Esteban-Echeverria-Argentine-writer);
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/echeverria_esteban.htm#:~:text=(Jos%C3%A9%20Esteban%20Echeverr%C3%ADa%3B%20Buenos%20Aires,de%20padre%20a%20temprana%20edad., por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004));
España culpable de males de hispanoamérica? (411) – “….Un reciente discurso pronunciado por Gonzalo Anes en el Banco de España (con motivo de la entrega PREMIO DE ECONOMÍA REY JUAN CARLOS) afirma lo siguiente: 1) Que la época colonial española fue mejor, más rica y más respetuosa con los indígenas que la colonización inglesa en América y 2) Que es un error (y una tergiversación de la historia) culpar al reino de España, durante los siglos XVI al XIX, de los fracasos que América Latina viene cosechando durante los dos últimos siglos (siglos XX y XXI); además, asevera Gonzalo Anes que no hubo por parte de España una explotación colonial mayor en América que la realizada por Inglaterra en lo que luego fueron los EEUU. Vamos a desarrollar brevemente estas 2 afirmaciones de Anes.
Para la primera
afirmación Anes compara el grado de urbanización en los virreinatos de El Perú
y de la Nueva España con la franja occidental de lo que son hoy los Estados
Unidos de América (la ocupada por las que habían sido las trece colonias antes
de su independencia). En aquella franja atlántica, a finales del siglo XVIII,
solo había seis ciudades con más de 8.000 habitantes, en las que vivía el tres
por ciento de la población total del país. De esas ciudades, las más pobladas
eran Nueva York y Filadelfia, con alrededor de 30.000 habitantes cada una.
Ninguna de ellas podía equipararse en carácter urbano y en monumentalidad a
ciudades como México, la Puebla de los Ángeles, Veracruz, Zacatecas,
Guanajuato, La Habana, o Lima, Quito, Santa Fe y Buenos Aires, porque el
desarrollo económico alcanzado era menor en los ya independientes Estados
Unidos.
Para la segunda
afirmación, más importante que la primera, Gonzalo Anes señala que las grandes
diferencias de hoy, entre EEUU e Hispanoamérica no se generaron en la llamada
«época de la colonia» (en las Indias jamás se organizó un régimen colonial,
sino virreinal, análogo al de otros territorios de las Coronas de Castilla y de
Aragón). Esas diferencias se generaron desde que se desintegraron los
virreinatos en las naciones de hoy, ya que, desde entonces y muy gravemente en
el siglo XX, no gozaron de regímenes parlamentarios estables, ni se respetaron
preceptos constitucionales que, como en Estados Unidos, asegurasen el respeto a
la propiedad privada y que hubiera una justicia independiente que garantizara
el cumplimiento de los contratos. La diferencia es que EEUU goza de un alto
nivel de vida y América Latina tiene una buena parte de la población que sufre.
¿Es cierto o
falso lo que dice Anes? ¿Se admite como cierto que España es la culpable de los
problemas de Hispanoamérica, cuando parece que es falso? ¿Los movimientos
revolucionarios e independentistas en la América Hispana desde finales del
siglo XVIII hasta los actuales que lideran Fidel Castro, Rafael Correa, Hugo
Chavez, Evo Morales, se fundaron y se fundan en versiones del pasado que no se
corresponden con la realidad histórica? ¿Fue la colonización inglesa en América
mejor que la española? ¿Debe España pedir perdón por la colonización como
pretende Fray Bartolomé de las Casas?....”
( https://economy.blogs.ie.edu/archives/2007/02/se_puede_culpar/ Escrito el 5 febrero 2007 por Rafael
Pampillón en América Latina).
También puede verse:
(https://disidentia.com/espana-el-actual-culpable-de-los-males-de-hispanoamerica/, por Alberto Garín);
(https://www.abc.es/espana/20150428/abci-mito-genocidio-america-201504271956.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F, por César Cervera);
(https://www.jstor.org/stable/40977930?seq=1);
(https://elpais.com/elpais/2016/05/02/opinion/1462213464_344053.html, por María José Villaverde);
(https://www.youtube.com/watch?v=t918VibrmI8&feature=youtu.be, Academia Play);
(https://www.abc.es/cultura/abci-verdad-espanoles-fueron-malos-conquista-america-201810151736_video.html, Atlas España);
(https://www.elespanol.com/cultura/historia/20181012/genocida-conquista-america-desmontando-leyenda-dia-hispanidad/344716027_0.html, por David Barreira);
(https://www.historiadelnuevomundo.com/en/the-black-antispanish-legend/);
Vacío cultural ante el rechazo de hispanoamérica independiente a la tradición española (411, 412) – “….La reflexión sobre el tema de la cultura hispanoamericana comenzó con los próceres de la Independencia hacia finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Mientras sus países no lograran la emancipación de la monarquía española, sus pensadores y escritores difícilmente pudieron haber discutido o escrito sobre el tema, porque todavía vivían sofocados bajo la cultura del coloniaje español, vicario del Vaticano1. La legislación de este sistema se encargó muy pronto de limitar no sólo el conocimiento y la lectura, sino que, por la cédula de 4 de abril de 1531, refrendada por otras posteriores, prohibió en los territorios americanos, denominados erróneamente entonces Indias, «libros de romances de historias vanas o de profanidad» por considerar su lectura mal ejercicio condenable, como lo recuerda incluso Menéndez y Pelayo (1856-1912) quien comentó en 1893: «No sorprende, en verdad, la falta de libros de caballerías y otras invenciones novelescas, puesto que sobre ellos pesó algún tiempo en las colonias dura proscripción» (1893, I: xviii)2. De ahí que también el mismo crítico literario español introdujera en su vocabulario los términos antagónicos de «literatura sagrada», que debía seguir la imaginación sobrenatural del sistema oficial, y la «literatura profana», que seguía la imaginación natural. El historiador argentino Vicente G. Quesada (1830-1913) tuvo una visión mucho más cercana de las consecuencias de las cédulas de la monarquía católica, que a su vez se orientaban por las bulas de los pontífices: «[...] la persecución contra los libros llamados prohibidos, era una verdadera persecución contra los medios de instruirse y emanciparse de la rutina vergonzante de la enseñanza y de la opresión teocrática sobre el espíritu de los americanos» (1917: 240)3. Por otra parte, también señala que en previsión del futuro, los sacerdotes predicaban especialmente entre los niños una nueva «divisa moral: pensar es una tentación demoníaca» (1917: 20). Sin embargo, a despecho de esos esfuerzos de los religiosos. Quesada hacer ver que los americanos pensaron muy diferentemente de los españoles, pues «las ideas nuevas penetraron en las colonias en las postrimerías del siglo XVIII para estallar en el movimiento de emancipación de tan menguadas reglas de gobierno, y constituirse naciones independientes en los comienzos del siglo XIX» (1917: 240). Sólo entonces comienza en algunos de los más preclaros escritores hispanoamericanos una reflexión sobre la realidad, la historia y la cultura hispanoamericana. En ese nuevo ambiente, e inmediatamente después de la Independencia política, se puede percibir el esfuerzo solitario del humanista venezolano Andrés Bello (1781-1865), que echaba los fundamentos para edificar lo que sería la cultura hispanoamericana. Y de otro venezolano, Simón Rodríguez (1769-1853), maestro del libertador Bolívar. Del empeño de estos grandes humanistas se ocupará en el siglo XX otro venezolano, Mariano Picón-Salas (1902-1965). De la obra del primero señaló: «[...] traza los lineamientos de lo que debería ser la Cultura hispano-americana en aquel instante alboral en que nuestros países rompían el enclaustramiento de la Colonia» (Picón-Salas 1952: 315)4. Del segundo, a su vez, afirmo que fue «el más revolucionario y el más americano de los pensadores», en cuyos breves escritos en los que «asoma entre desconcertantes apotegmas una sonrisa socrática, marcan una inspiración educativa que quiere arraigarse en la tierra nuestra» (1949: 135)5…..
(http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/andres-bello-y-mariano-picon-salas-de-la-cultura-egocentrica-y-narcisista-a-la-cultura-democratica/html/13bf55ab-f809-48bd-84ef-07c446f043a5_5.html, por Oscar Rivera Rodas)
(http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/64269/Documento_completo.pdf-PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y, Osvaldo Barreneche, Andrés Bisso, Jorge Troissi
Meleán, Coordinadores)
(https://digitalrepository.unm.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1033&context=abya_yala, Guillermo Boccara, Editor)
(https://www.fundacionareces.es/fundacionareces/es/actividades/las-consecuencias-economicas-de-las-independencias-de-los-paises-de-iberoamerica.html, por Leandro Prado de la Escosura)
(https://www.monografias.com/trabajos/indephispa/indephispa.shtml, enviado por axemt)
(https://www.youtube.com/watch?v=m9Insp6H1pA, unProfesor)
Liberales y conservadores en hispanoamérica independiente… (412, 413) – “….Tras la superación del yugo colonial español, las jóvenes naciones de América Latina asumieron de modo diferente tanto el ejercicio de la política como la implementación de disposiciones jurídicas y administrativas para funcionalizar al Estado. A su vez, una economía precaria y el progresivo endeudamiento con las potencias capitalistas, terminaron por entorpecer el progreso romántico que idealizaron los héroes independentistas, quienes fungían como dioses protectores de las repúblicas. Con la emancipación, de acuerdo con Marcos Kaplan:
“América Latina perdió aquella unidad
político-administrativa que de modo formal y precario gozara en la era
colonial, y terminó por fragmentarse en dos decenas de repúblicas
independientes y divorciadas entre sí. El atraso heredado, la perduración de
estructuras arcaicas, el desarrollo capitalista incumplido o insuficiente, la
consiguiente generación de tendencias centrífugas de todo tipo, la dependencia
externa y la acción deliberada de las grandes potencias, contribuyeron
poderosamente a crear y a consolidar esta división, que subsiste hasta la
fecha” (129).
Así, pues, una de las consecuencias más graves del proceso de
separación regional fue el exacerbamiento de hegemonías políticas y económicas
revestidas con cuestionables altruismos y sentimientos nacionalistas. Los
grupos hegemónicos -conformados principalmente por hombres letrados, religiosos
adscritos al alto clero, militares de alto rango, poderosos comerciantes y
dirigentes políticos- preservaron la estructura conservadora y católica
establecida desde la Colonia con el fin de mantener la homogeneización
ideológica conveniente a los intereses de España.
Las hegemonías establecieron “pequeñas soberanías” (Kaplan,
131) que acrecentaron fragmentaciones nacionales y regionales en defensa de
intereses propios y partidistas. Esta dinámica animó cruentas guerras
intestinas en los primeros años de las independencias en América Latina, y
enfrentó entre sí a las facciones conservadoras y liberales; ambas con
diferencias sustanciales en lo concerniente a la estructuración de una política
nacional. Si bien la empresa independentista fue sinónimo de un proyecto
liberal, inspirado por el librepensamiento europeo, no resultó fácil evitar la
caracterización de “una sociedad jerárquica e inflexible” (Orrego Penagos,
70).
A la pugna entre conservadores y liberales por el poder se
sumaron, de manera creciente y negativa, factores como la continuación de la
dependencia externa, importantes fracturas administrativas interinas y la no
concreción de un proyecto político unificado. La conjunción de estos fenómenos
fue perjudicial puesto que surgió un escenario nacional “centrífugo y
divergente” (Kaplan,
133) que dificultó progresos sociales, civiles y, desde luego, económicos. Así
el panorama, el fortalecimiento del Estado, entendido como “aparato político
diferenciado, especializado y permanente de acción política y administrativa,
dotado de una organización que se caracteriza cada vez más por la
centralización, la complejidad y las grandes dimensiones” (Kaplan,
44), sufrió graves perjuicios.
El alcance de la pugna entre poderes es todavía
más grave si se evalúa el referido Estado como una entidad cuya naturaleza lo
conduce también a “aspirar a la autonomía, la supremacía y la capacidad
totalizadora” (Kaplan, 44). ¿Cómo se vieron afectadas estas características de
cara a la concreción de repúblicas modernas e independientes si se querían
mantener valores conservadores en torno a la tierra y la fe? ¿Cómo se vieron
afectadas si se pretendía, también, imponer nuevas perspectivas civiles según
los intereses de las élites liberales? Intrínsecamente, las contiendas
partidistas en América Latina han legitimado y deslegitimado formas de
dirección política y procedimientos constitutivos de la vida institucional
nacional, muchos de ellos simbólicos. Desde esa perspectiva, cabe preguntarse,
por ejemplo, ¿cómo fue la relación entre Estado e Iglesia en las naciones de
América Latina en medio del enfrentamiento entre conservadores y liberales? Es
decir, ¿cómo se dieron los procesos de secularización de los estados? Responder
los mencionados interrogantes implica, en primera instancia, y desde lo
general, entender grosso modo algunas de las características definitorias de
los conservadores y los liberales en América Latina durante el siglo XIX…….”
(https://nexus.univalle.edu.co/index.php/nexus/article/view/8191/11196, por Alejandro Alzate Méndez). También puede verse: (https://www.redalyc.org/pdf/937/93700806.pdf, por Juan Luis Orrego Penagos); (http://ccat.sas.upenn.edu/romance/spanish/219/10sigloxix/resumen.html);
(http://hispanianova.rediris.es/6/articulos/6a004.pdf, por Rafael Rubiano Muñoz);
(https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-65682011000300025, Iván Jacksic y Eduardo Posada Carbó
(editores), Jorge Gaete Lagos);
(http://revistas.uned.es/index.php/ETFV/article/viewFile/3034/2894, por Sonia Alda Mejías);
(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-69162016000200022, por Jaime Espejel Mena); (http://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/virtual/bicentena/doc_hist_inde/04_BB_liber_cons_mod.pdf). Igualmente, puede verse
Apéndice abajo sobre los casos de guerra entre liberales y conservadores en
Venezuela y México en el siglo XIX.
José Victorino Lastarria (412) – “….(1817 – 1888) …José Victorino Lastarria fue uno de los intelectuales liberales más destacados del siglo XIX y prolífero hombre de letras. Nació el 22 de marzo de 1817 en Rancagua. Realizó sus estudios en el Liceo deualme Chile, dirigido por José Joaquín de Mora y egresó del Instituto Nacional, perteneciendo así, a la primera generación de chilenos formados en la vida republicana. En 1836 recibió el grado de Bachiller en Sagrados Cánones y Leyes. Tres años más tarde fue nombrado profesor de Legislación y Derecho de Gentes en el Instituto Nacional. Durante este período Lastarria comenzó a creer en un liberalismo fundado en el desarrollo del individuo y de la libertad, lo cual implicaba una reforma de las conciencias, un plan de regeneración que suponía la des-españolización de la sociedad chilena y por ende, su descolonización cultural. Sus planteamientos respecto de la necesidad de crear una identidad propiamente chilena se cristalizaron en el ahora célebre discurso inaugural de la Sociedad Literaria de 1842, de la cual fue director.
En 1843 Lastarria ganó el certamen anual por el cual la Universidad
de Chile premiaba una memoria histórica. En
esa oportunidad presentó Investigaciones sobre la influencia
social de la conquista i el sistema de los españoles en Chile,
documento en que realizó una dura crítica a la herencia hispana presente en la
sociedad chilena de la época y al autoritarismo del sistema político legitimado
en la Constitución
de 1833.
En 1849 fue elegido diputado por Rancagua y encabezó la
oposición parlamentaria al gobierno de Manuel
Bulnes, creando un partido liberal nuevo,
ajeno a la división entre pipiolos y pelucones.
En octubre del mismo año redactó junto a Federico
Errázuriz su programa liberal,
titulado Bases de la reforma.
En este periodo, Lastarria se mostró incluso a favor de unir fuerzas con
la Sociedad
de la Igualdad, por lo que apoyó en 1851 al coronel Pedro
Urriola para evitar la elección de Manuel
Montt. El movimiento fue sofocado y varios
líderes de la oposición fueron detenidos y deportados a Lima, entre ellos
Lastarria. Regresó a Chile tres años después, trabajando como abogado y
reasumiendo sus actividades políticas.
En 1858 José Victorino Lastarria era diputado por Copiapó y
apoyó la fusión liberal-conservadora que
respaldaba la candidatura a la presidencia de José
Joaquín Pérez. Cuando éste fue electo, Lastarria
participó en su gobierno durante 1862 como ministro de Hacienda y más tarde
como diplomático en Perú y Argentina. Sin embargo, después de 1864, Lastarria
rechazó la fusión liberal-conservadora y criticó duramente al gobierno de
Pérez. Seis años más tarde se opuso decididamente a la candidatura de Federico
Errázuriz Zañartu, representante de la fusión. En 1875 fue designado ministro
de la Corte de Apelaciones y, al año siguiente, fue elegido senador por
Coquimbo. El mismo año, el Presidente Aníbal
Pinto lo designó ministro del Interior.
José Victorino Lastarria fue senador y ocho veces electo
diputado, presentando diversos proyectos
legislativos. También fue ministro y diplomático,
siendo incluso enviado a Río de Janeiro para impedir la participación del
Brasil en la Guerra
del Pacífico.
Hombre de ideas avanzadas en el contexto de la época, su obra
como ensayista y literato estaba
íntimamente ligada a su actividad política como diputado liberal y promotor de
reformas políticas que acabaran con el estricto control estatal de la vida
pública y abrieran el camino a una mayor participación de la ciudadanía en la
toma de decisiones. Su vida y obra han sido objeto de diversos estudios por
parte de destacados intelectuales chilenos, lo que reafirma la importancia
insoslayable de su producción estética y política en la construcción de nuestra
historia nacional…..” (http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-31493.html).
También puede verse: (https://www.bcn.cl/historiapolitica/resenas_parlamentarias/wiki/Jos%C3%A9_Victorino_Lastarria_Santander);
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lastarria.htm, Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004));
(http://webs.ucm.es/info/especulo/numero30/jvlastar.html), por Graciela Rubio)
Apéndice
Venezuela: Guerra Federal, por Nikita
Harwich Vallenilla
EN: https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/g/guerra-federal/
“….20.2.1859-24.4.1863……..
….Guerra civil venezolana, también conocida con el nombre
de Guerra Larga, Revolución Federal o Guerra de los Cinco Años, utilizada esta
última denominación por aquellos historiadores que sitúan el comienzo de la
guerra con los primeros alzamientos ocurridos contra el recién instaurado
gobierno de Julián Castro (mayo-julio 1858). Fue, después de la Guerra de
Independencia, la más larga contienda civil que haya asolado el territorio
nacional; y fue, para Venezuela, una prolongación de la Guerra de Independencia,
en cuanto a los problemas de carácter social y político dejados sin resolver
una vez lograda definitivamente la emancipación de España con las victorias de
1821 y 1823 y la separación de la Gran Colombia bolivariana en 1830……
Antecedentes: ……
Los
prolegómenos de la guerra:……
Consideraciones
generales: A pesar de
ser un fenómeno de crucial importancia para la comprensión histórica de
Venezuela, la Guerra Federal ha sido poco estudiada por la historiografía
nacional. Fuera de la importante obra de Lisandro Alvarado, Historia de la revolución federal en
Venezuela, publicada por primera vez en 1909, la mayoría de los
estudios sobre la guerra se han centrado sobre sus aspectos puramente
militares, o sobre la figura de Ezequiel Zamora, la cual ha sido objeto de una
polémica, aún no resuelta, acerca del carácter revolucionario de sus ideas y de
su acción política (según lo expone Federico Brito Figueroa en Tiempo de Ezequiel Zamora), en
contraposición con otra visión que lo sitúa dentro del contexto tradicional del
caudillismo decimonónico (tal como lo expresa Adolfo Rodríguez en Ezequiel Zamora). En todo caso,
debido a la falta de un estudio sistemático del fenómeno, se puede afirmar que
la Guerra Federal ha generado toda una mitología a su alrededor que ilustra la
complejidad de los problemas que planteó y aún plantea en la actualidad. Sin
pretender resolver estos problemas, se puede, en todo caso, señalar algunas
líneas directrices.
En primer lugar, la Guerra Federal no involucró a todo el
territorio venezolano. Los combates más importantes quedaron circunscritos a la
zona de los llanos altos y bajos (el territorio de los actuales estados
Barinas, Portuguesa, Cojedes, Apure y Guárico); varios brotes se registraron en
la zona central (estados Falcón, Lara, Yaracuy, Carabobo y Aragua), así como en
el oriente (principalmente en el territorio de los estados Anzoátegui y Sucre),
pero se trataba en estos casos de actividades de guerrilla que solo lograron
cobrar importancia en los últimos meses de la contienda. Regiones enteras del
país, como los Andes, Guayana y el Zulia se mantuvieron prácticamente al margen
de la lucha. En los Andes, particularmente, se rechazaron, en varias
oportunidades, las incursiones de los «vándalos de Apure». En segundo lugar,
los efectos de la guerra sobre la economía del país han carecido de una
evaluación precisa. Si bien es cierto que la ganadería quedó disminuida
(resultado lógico de la concentración de los combates en las zonas de tradición
pecuaria), aunque las estimaciones dadas de 7.000.000 de cabezas de ganado
perdidas han sido fuertemente cuestionadas, con toda la razón, por el
historiador Eduardo Arcila Farías en vista de su falta de verosimilitud, otros
rubros de la producción no sufrieron igual mengua. El café, en particular, extiende
su predominio en la zona andina y, en Guayana, se inicia el ciclo del «boom algodonero» provocado por
las incidencias de la Guerra de Secesión de Estados Unidos (1860-1865). El
problema aquí surge, en gran parte, debido a la carencia de cifras, producto
del desbarajuste de los organismos de control y fiscalización de las aduanas;
pero la falta de documentación estadística no equivale siempre a una ausencia
de producción.
Para lograr una comprensión del fenómeno, conviene
analizar la Guerra Federal desde el triple aspecto militar, político y social.
Durante el tiempo en que duró la contienda armada, el debate político, centrado
en Caracas, giró en torno a la oposición tradicional entre los sectores
liberales y conservadores. Roto el consenso inicial de la Revolución de Marzo
de 1858, Julián Castro buscó la alianza de uno u otro bando con el fin de
lograr su propia permanencia en el poder. Sus maniobras, sin embargo, solo
lograron acelerar su caída (1.8.1859); el establecimiento de un efímero
Gobierno provisional federalista que dura menos de 24 horas y después del
episodio de La Sampablera (2.8.1859) es reemplazado por un nuevo Gobierno de
tendencia conservadora. Sin embargo, dentro del propio Partido Conservador, se
enfrentan 2 tendencias: la de los «constitucionalistas» o «legalistas», voceros
de un Gobierno civilista y que apoyan a Manuel Felipe de Tovar y Pedro Gual; y
la de los «dictatoriales», encabezados por Pedro José Rojas, quienes promueven
la figura de José Antonio Páez como única salida para restablecer la paz. El
segundo regreso de Páez a Venezuela, en marzo de 1861, sirve para agudizar
estas tensiones que resultan en el derrocamiento del presidente Pedro Gual
(29.8. 1861) y la proclamación de una dictadura, encabezada por Páez, pero
dirigida, en realidad, por Pedro José Rojas. Con la instauración de este
gobierno dictatorial, el partido conservador quedó formando agrupaciones sin
dirección y sin programa específico; y es dentro de este contexto que debe
entenderse el documento redactado y firmado por representantes de la burguesía
comercial caraqueña (el sector civilista del conservadurismo), quienes,
dirigiéndose a la Cancillería británica -a través de la misión diplomática
inglesa en Caracas- imploraban la intervención de Inglaterra, a cambio de la
oferta de «desprenderse del territorio de la Guayana y negociarlo con la Gran
Bretaña, pagando con él la deuda extranjera contraída con súbditos ingleses, y
además la deuda externa de la República» (22.11.1861). Se trataba, en ese
sentido, de pedir una intervención, tanto contra los insurgentes federalistas
como contra el Gobierno paecista que había iniciado, para esa fecha, unas
conversaciones con Falcón en busca de un entendimiento político. Estas
conversaciones, llevadas a cabo en la sabana de Carabobo (diciembre 1861), no
lograron resultado favorable, prolongándose la lucha hasta las negociaciones
del Tratado de Coche, en abril de 1863.
En el plano militar, la Guerra Federal fue,
esencialmente, una guerra de guerrillas. Fue, también, en sus inicios por lo
menos, la primera contienda armada en que se utilizó la recién instalada red
del telégrafo eléctrico como medio de información; pero, al poco tiempo, la
destrucción de los cables y de las estaciones telegráficas paralizaría este
servicio. Solo durante el primer año (febrero 1859-febrero 1860), se puede
hablar de una unidad de mando en el seno del Ejército federalista, en el
desempeño de la cual Ezequiel Zamora, hasta su muerte inesperada en San Carlos
(10.1.1860), demuestra unas destacadas cualidades como estratega. Tres grandes
batallas constituyen hitos de excepción en el desarrollo de los combates: la de
Santa Inés (10.12.1859) en que Zamora, al mando de 3.400 hombres, derrota al
Ejército del Gobierno, fuerte de 2.300 hombres, bajo el mando del general Pedro
Ramos, con un saldo de 1.200 bajas entre ambos bandos aproximadamente; la de
Coplé (17.2.1860), en que las fuerzas gubernamentales del
general León de Febres Cordero derrotan al Ejército federalista de 4.500
hombres, bajo el mando del propio Falcón; y la batalla de Buchivacoa
(26-27.12.1862), en que los generales federalistas Manuel Ezequiel Bruzual y
José González, al mando de unos 3.000 hombres, derrotaron a los 2.500 soldados
del general Facundo Camero. Pero, en realidad, fue la batalla de Coplé la que
decidiría el curso general de la guerra. Después de la derrota sufrida, Falcón
resuelve dispersar su ejército y, prácticamente hasta la negociación final,
salvo en la batalla de Buchivacoa antes mencionada, el resto de los encuentros
armados no involucró, en promedio, a más de 300 combatientes en uno y otro
bando. Según los datos compilados por Manuel Landaeta Rosales, entre 1859 y
1863, se libraron 2.467 acciones guerrilleras y 327 «batallas» que conforman el
marco de referencia para la cronología militar de la Guerra Federal. El saldo
en vidas de la contienda no se ha podido determinar con precisión: las
estimaciones varían entre 150.000 y 200.000 muertos (sobre una población total
de aproximadamente 1.800.000 habs., o sea entre un 8% y un 11% de la población
del país), aunque es necesario señalar que la malaria y las disenterías
cobraron probablemente un número mucho mayor de víctimas que los combates
propiamente dichos. Desde un punto de vista demográfico, además de la pérdida
en vidas humanas, la Guerra Federal generó un importante proceso de movimiento
de poblaciones, tanto por los combatientes que desplazó dentro de los teatros
de operaciones guerrilleras, como por las migraciones que suscitó,
particularmente desde los llanos de Barinas y Portuguesa hasta la zona andina.
Pero es desde un punto de vista social que la Guerra
Larga ofrece mayor complejidad en cuanto a un intento de interpretación. Como
lo señala Federico Brito Figueroa: «En la Guerra Federal, la dirección política
[de la insurrección], especialmente después de la muerte de Ezequiel Zamora, la
desempeñan los terratenientes, capas sociales de la pequeña burguesía urbana y
caudillos militares ideológicamente aburguesados, oprimidos pero no explotados
por el orden político dominante». Este hecho ayuda a entender el desfase,
particularmente durante los inicios de la contienda, entre los manifiestos que
justifican la rebelión y la reacción popular que suscitan. El programa del
propio Zamora era de naturaleza esencialmente intelectual, primordialmente
político y más bien moderado que radical: exigía la abolición de la pena de
muerte, la prohibición perpetua de la esclavitud y el sufragio universal
combinado con el principio alternativo de gobierno. Pero, el «Grito de la
Federación» traía consigo nuevamente la irrupción violenta en el escenario
venezolano de las masas llaneras. Al igual que en 1813-1814, con las huestes de
José Tomás Boves, el ansia igualitaria de la «sociedad llanera» se enfrenta a
la «sociedad jerárquica» que de hecho han mantenido las instituciones
republicanas del país. Más que una «insurrección campesina», en el sentido
europeo de la palabra, la Guerra Federal presenció un renovado intento de
fusión entre 2 realidades sociales y raciales -blancos contra razas mezcladas-
de la Venezuela agraria. Por ello, el período de 1859 a 1860, cuando la
insurrección se concentra y cobra fuerza en los llanos apureños, portugueseños
y barineses, es visto como el año de la gran amenaza, de la grande peur. De allí la
insistencia de muchos autores en destacar los aspectos de «barbarie» que
caracterizaron muchos episodios de la contienda. Pero ya muerto Zamora y
dispersado el Ejército federalista después de Coplé, el impacto social del
movimiento se atomiza. Las tropas federales, armadas de formularios en blanco,
firmados por Falcón o por otros jefes, otorgaban ascensos y títulos militares a
lo largo y ancho del país. Como señala José Gil Fortoul: «había coroneles y
capitanes analfabetos, y antiguos esclavos convertidos en generales; ellos no
sabían leer ni escribir, pero todos tenían licencia para saquear, destruir y
matar». Sin embargo, en términos de sus consecuencias, la Guerra Federal no
modificó las estructuras de una sociedad agraria tradicional. La solución
conciliatoria adoptada con la firma del Tratado de Coche, en abril de 1863,
consagró el triunfo nominal de la Federación, aunque en la práctica este
principio político nunca pasó de ser una ficción. Falcón distribuyó
liberalmente los frutos de la victoria entre él mismo y sus compañeros más
allegados. Se le atribuye en ese sentido al general federalista José Loreto
Arismendi la cínica o desencantada declaración: «luchamos cinco años para
sustituir Ladrones por Ladrones, Tiranos por Tiranos». Al lado del «blancaje»
que seguía en la cúspide del poder político y económico, comenzaron a figurar
apellidos de «origen oscuro», surgidos de la lucha. Pero, dentro de la realidad
histórica concreta de la Venezuela de mediados del siglo XIX, el fundamento
material de una sociedad oligárquica continuaba intacto. «Crisol de la igualdad
social», «insurrección campesina», «guerra revolucionaria», «guerra racial»,
han sido algunos de los calificativos con los cuales se ha intentado
caracterizar la Guerra de los Cinco Años. El debate en torno al federalismo
nunca pasó de ser un intercambio ideológico entre las élites políticas del
país. Quizás, entonces, deba buscarse el significado más profundo de la Guerra
Federal en el proceso integrador que representó para 2 sociedades venezolanas
antagónicas y en pugna…..”.
También puede verse:
(https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/t/tratado-de-coche/, por Elías Pino Iturrieta);
https://www.monografias.com/trabajos12/guefed/guefed.shtml, enviado por barbozaelizabeth);
(https://www.redalyc.org/pdf/622/62223471007.pdf, por Félix Roque Rivero);
(https://www.youtube.com/watch?v=Y-gbPjP8AHk); Andrés Torres
México: La guerra de reformas
“….Se considera que la Guerra de Reforma o de los Tres Años,
inició a partir del 17 de diciembre de 1857, con la promulgación del Plan de
Tacubaya, hasta el 1/o. de enero de 1861, con la entrada a la Ciudad de México
del General Jesús González Ortega, este conflicto se libró entre los grupos
conservador y liberal, los primeros buscaban la permanencia del estado de cosas
de la Colonia, en tanto favoreciera sus privilegios y que la economía primero
se consolidara al interior del país; por su parte, los liberales buscaban la
transformación social hacía una estructura política moderna, con énfasis en el
mercado externo…..
También
puede verse:
(https://www.despertaferro-ediciones.com/2019/la-guerra-de-reforma-de-mexico-1858-1861/, Ismael López
Domínguez);
(https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Guerra_de_Reforma.pdf);
(https://www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/independence-sp.html);
(http://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/virtual/bicentena/doc_hist_inde/04_BB_liber_cons_mod.pdf);
(https://www.youtube.com/watch?v=QF_5LlrY4l0, 3museosNL);
(https://www.youtube.com/watch?v=m_N_hGLK5Po, Krismar Educación);
(https://www.youtube.com/watch?v=fe2w1wYCclU, Historia del Punto).
En todo el país y en algunos estados, el Fondo Educativo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados prevé que el voto no hispano caiga 3,8% en 2022 en comparación con 2018....
En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington
D.C.
El objetivo
de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves
textos adicionales encontrados en Intenet, sobre temas y personajes mencionados
en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada
tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se
mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en itálicas,
en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este centésimo
segundo artículo se refiere a temas y personajes que van desde Franz Xaver
Winterhalter (1805-1873) hasta
Guillermo II (1859-1941). Veamos:
Winterhalter
(406) – “….Franz Xaver Winterhalter nació en un pequeño pueblo en la Selva
Negra de Alemania, el 20 de abril de 1805 y fue uno de los pintores de retratos
más conocidos de su época. Su talento artístico fue descubierto muy temprano y
en 1819 practicó el dibujo y la litografía con Charles Louis Schuler en
Friburgo. Recibió el apoyo del industrial David von Eichthal, quien le ayudó a obtener
una beca para estudiar pintura en la Real Academia de Bellas Artes de Munich.
También trabajó con Joseph Karl Stieler. Después de terminar sus estudios, se
mudó a Karlsruhe en 1828 y comenzó a trabajar como profesor. En 1833, se quedó
en Italia y compartió un estudio con Johann Baptist Kirner. Después de regresar
a Alemania en 1834, Winterhalter fue nombrado pintor de la corte por el Gran
Duque Leopold de Baden. Entre 1836 y 1837, sus obras de inspiración italiana se
convirtieron en el centro de atención en el Salón de París (exposición de arte
regular para promover el arte predilecto de la corte oficial). Winterhalter se
dio a conocer en 1837 con su exposición "Decamerone", por la que
recibió su primera medalla. Pintó retratos de toda la familia real y de los
principales miembros de la corte. También recibió órdenes de muchos
aristócratas europeos y casas gobernantes (Gran Bretaña, España, Bélgica y
Austria). Entre sus obras más famosas figuran las pinturas de la emperatriz
austriaca Elisabeth (Sisi). Además de los retratos individuales, también pintó
retratos de grupo. Sus pinturas eran tan populares que a menudo se le pedía que
hiciera copias de algunas de sus obras. Éstos eran hechos a menudo por su
hermano Hermann, que era también un pintor y tenía una técnica casi idéntica
del golpe del cepillo.
Franz Xaver
Winterhalter murió de fiebre tifoidea en Frankfurt am Main el 8 de julio de
1873…..”
(https://www.reprodart.com/a/franz-xaver-winterhalter.html). También puede verse:
(http://www.realacademiabellasartessevilla.com/wp-content/uploads/2019/06/2.4-Art%C3%ADculos_Franz-Xaver-Winterhalter-Pintor-De-Las-Cortes-Europa-ARMANDO-DEL-R%C3%8DO-LLABONA.pdf, por Armando del Río Llabona);
(https://nobilified.com/collections/franz-xaver-winterhalter/empress);
(https://www.metmuseum.org/art/collection/search/437944);
Indochina (405) – “….Indochina o península de Indochina, es la parte continental del sudeste asiático, y está situada al este de India y sur de China. Comprende el territorio de los actuales países de Camboya, Vietnam, Laos, Birmania y Tailandia, así como Singapur y la parte continental de Malasia, estos dos últimos en la península de Malaca. En sentido más estricto, solo se denomina Indochina a los territorios que fueron colonias francesas de Asia, -la Indochina francesa-, constituida por: Laos, Camboya, Annam, Tonkín y Cochinchina.1 Está ubicada aproximadamente entre los 25º de latitud norte y la línea del ecuador, y los 90º de longitud este y los 110º de longitud este.
Limita, al norte, con los montes de Assam, la meseta de Yun-yaya y los montes de Kwang-si; al este,
con la provincia de Kwang-si (Cantón), el golfo de Tonkin, el mar de la China Meridional, el golfo de Siam y el estrecho de Malaca; y, al
oeste, con el golfo de Martaban y el golfo de Bengala.
Las principales montañas son las de Assam (la montaña Azul, de 2170 m), y
las Arakan-Yoma, entre
los ríos Brahmaputra e Irawadi; las Shañ-Yoma, que se elevan a unos de 3.200 m, entre
el Irawadi y el Salween; y las montañas Tanen-taung-gyi, entre el Mekong y el Salwin (Lai-pang-ngoun, 2460 m de altura)….
El término Indochina se suele
atribuir conjuntamente al geógrafo danés-francés Conrad Malte-Brun, quien se refirió al área como indo-chinois en 1804, y al lingüista escocés John Leyden, quien
usó el término Indo-Chinese para
describir a los habitantes de la zona y sus idiomas en 1808.2 Actualmente se suele usar como sinónimo Mainland Southeast Asia (Sudeste
Asiático Continental) en la bibliografía en inglés…..
Los franceses
tomaron Saigón y sus
alrededores en 1859, Camboya en 1863, la Cochinchina en 1867, Annam y Tonkín en 1883 y finalmente Laos, estableciendo una de las colonias de
Francia.
La Indochina francesa se formó en octubre de 1887 con Annam, Tonkín, Cochinchina, y la República Jemer; Laos se agregó en 1893. La federación duró hasta 1954. La capital de Indochina era Hanói. Cada
territorio mantuvo nominalmente cierta autonomía al tener a su frente a
distintos monarcas, aunque el poder real estuviera en manos de las autoridades
francesas.
En septiembre
de 1940, durante
la Segunda Guerra Mundial, la Francia derrotada por el III Reich sufrió la
ocupación del territorio por Japón tras una breve resistencia de las tropas
francesas allí estacionadas. Esto permitió al Japón un acceso
a China por el sur
en la Segunda Guerra Sino-Japonesa, contra las
fuerzas de Chiang Kai-shek (véase Ocupación japonesa de Indochina).
Adicionalmente, esto también era parte de la estrategia del Japón para la
dominación del océano Pacífico. Los japoneses mantuvieron la burocracia francesa
en Indochina.
Después de la
guerra, Francia procuró reafirmarse
en el país, pero llegó el conflicto con el Viet Minh, una
organización de nacionalistas comunistas vietnamita bajo el mando de Hồ Chí Minh, quien había sido educado en Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos habían
apoyado al Viet Minh en su resistencia contra los japoneses. Después de
persuadir al Emperador Bao Dai para que abdicara en su favor, el 2 de septiembre de 1945,
Hồ Chí Minh —como presidente— declara la independencia para la República Democrática de Vietnam. Pero antes de
finales de septiembre, una fuerza británica, francesa e hindú, restauraron el
control francés. Comenzaron entonces amargas luchas. En 1950, Hồ Chí Minh declara otra vez la
independencia de la República Democrática de Vietnam, que fue
reconocida por los gobiernos comunistas de China y de la Unión Soviética.
La lucha duró
hasta marzo de 1954, cuando
el Viet Minh tuvo una victoria decisiva contra las fuerzas
francesas en la batalla de Dien Bien Phu. Esto condujo a
la partición de Vietnam en dos países: el norte, bajo el control de Viet Minh,
y el sur, que se llamó República de Vietnam (más conocido como "Vietnam
del Sur") y que contaba con el apoyo de los Estados Unidos, Francia y
el Reino Unido. Los acontecimientos de 1954 también
marcaron el final de la dominación francesa en la región, y el principio del
creciente compromiso de los Estados Unidos con Vietnam del Sur que condujo a
la Guerra de Vietnam.
La separación
fue convenida en la Conferencia de Ginebra. Fue en esta conferencia que Francia
abandonó cualquier intención de reclamo del territorio en la península de
Indochina…..”
( https://es.wikipedia.org/wiki/Indochina).
También puede verse:
(https://www.wdl.org/es/item/11929/);
(https://www.britannica.com/place/Indochina);
(https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/09/130830_vietnam_diez_datos_finde_mr);
(http://www.gees.org/articulos/espana-en-indochina-durante-el-siglo-xix, por Jesús María Ruiz Vidondo)
(https://www.youtube.com/watch?v=y3MkA6EYEEA, Iberoasiática asociación cultural – Iberasia);
(https://www.youtube.com/watch?v=cy7_8qn8Y1Q, Artehistoria);
Ho Chi Min (405) – “….Ho Chi Minh was born Nguyen Sinh Cung on May 19, 1890, in a village in central Vietnam (then part of French Indochina) in Nghe province to Hoang Thi Loan, his mother, and Nguyen Sinh Sac. Ho attended the National Academy in Hue before being expelled for protesting against emperor Bao Dai and French influence in Indochina. In 1911, he found work as a cook on a French steamer and spent the next several years at sea, traveling to Africa, the United States and Britain, among other locations. (https://www.history.com/topics/vietnam-war/ho-chi-minh-1).....Ho Chi Minh fue un líder revolucionario quien vio en el comunismo el camino para liberar a Vietnam de los más de cien años de dominación francesa. La colonia de Indochina era para los franceses, guardando las proporciones, lo que para los ingleses eran las Indias británicas.
Comenzando el siglo XX, al padre de Ho Chi Minh lo
desterraron de Indochina por estar en contra, precisamente, de los regidores
franceses. Luego de ser cocinero en un barco que recorrió Asia, África y
Europa, Ho Chi Minh llegó a París donde vivió por varios años. Posteriormente
se trasladó a Moscú donde se empapó de las doctrinas de Marx y de Lenin. Poco a
poco, vio que el comunismo era el camino ideal para que su nación se
independizara.
Luego de 28 años de estar en el exilio, Ho Chi Minh regresó
en 1941 a Vietnam en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Los franceses ya no
estaban allí. En su reemplazo se encontraban los japoneses, quienes invadieron
desde la Manchuria hasta Birmania. A su llegada, Ho Chi Minh fundó un partido
comunista y los primeros grupos de vietnamitas revolucionarios que combatieron
a los japoneses, conocidos como Viet minh.
Luego de pelear contra los nipones, Ho Chi Minh luchó
contra los franceses quienes al final de la guerra buscaron recuperar su
colonia de Indochina. Pero finalmente en 1954, con la batalla de Dien Bien Phu,
el Viet Mihn liderado por el General Nguyen Giap, socio revolucionario de Ho
Chi Minh, venció a los galos y se declaró la independencia de Vietnam.
Sin embargo, la nación quedó dividida en dos: Vietnam del
Norte y Vietnam del Sur, la primera comunista y bajo la presidencia de Ho Chi
Minh, y la segunda no comunista. A esta última nación llegó Estados Unidos para
librar una guerra contra la comunista del norte, llamada la Guerra de Vietnam.
En plena guerra murió Ho Chi Minh, el 2 de septiembre de
1969, sin llegar a ver unos años después una vietnam libre, unificada y
comunista…..”
(https://www.france24.com/es/20190907-historia-ho-chi-minh-vietnam, por Andrea Suárez Jaramillo). También puede verse:
(https://www.youtube.com/watch?v=76mRueCZdfw, Barricada TV);
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/ho_chi_minh.htm, por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004);
(https://www.clarin.com/politica/ho-chi-mihn-elogio-cfk_0_Bk9er3osD7e.html);
(https://www.elhistoriador.com.ar/ho-chi-minh/, por Felipe Pigna);
(https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/672/Ho%20Chi%20Minh);
(https://www.britannica.com/biography/Ho-Chi-Minh);
(https://www.greelane.com/es/humanidades/historia-y-cultura/ho-chi-minh-195778);
(http://www.historiasiglo20.org/BIO/hochiminh.htm).
Rodolfo Usigli (407) – “….Rodolfo Usigli Wainer (Ciudad de México, 1905-1979) fue un escritor, novelista, poeta, dramaturgo, teórico teatral y diplomático mexicano. Llevó a cabo una renovación del teatro y de la teoría dramática en nuestro país. Su experiencia abarca la actuación, la dirección de escena y la crítica; además, fue empresario y productor. Destacó por sus piezas dramáticas que desmitifican el discurso oficialista e intentan desentrañar la verdad acerca del pueblo mexicano. Es considerado el padre del teatro nacional por su dedicación y entrega, por indagar acerca de la naturaleza de la sociedad y por ser el primero en tocar abiertamente varios temas que eran tabúes en su época.
Su obra influyó
en toda una generación de dramaturgos, que a su vez se convirtieron en maestros
de generaciones posteriores: Emilio Carballido, Sergio Magaña y Jorge Ibargüengoitia, entre otros. Fue uno de los más grandes
impulsores de la enseñanza del arte teatral en el país y de la consolidación de
una escena propiamente mexicana. Como narrador es autor de Obliteración (1942) y
de Ensayo de un crimen (1944), novela fundacional del
género policiaco en México. Asimismo, tiene una importante y poco estudiada
producción poética reunida en un solo volumen por José Emilio Pacheco, la cual lleva por título Tiempo
y memoria en conversación desesperada (1981). Generacionalmente, Usigli
comparte época con los Contemporáneos, aunque su personalidad solitaria lo alejó
del resto del mundo intelectual de su época, a pesar de ser uno de los
escritores más importantes del país….”
(http://www.elem.mx/autor/datos/1886#:~:text=Rodolfo%20Usigli%20Wainer%20(Ciudad%20de,teor%C3%ADa%20dram%C3%A1tica%20en%20nuestro%20pa%C3%ADs.). También puede verse:
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/usigli.htm, por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004));
(http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/rodolfo-usigli-ensayista-poeta-narrador-y-dramaturgo-0/html/8691abf4-6e2e-4b14-9cb9-adb4accc4309_12.html, por Guillermo Schmidhuber de la Mora);
(https://digitalcommons.lsu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=3630&context=gradschool_disstheses, por Robert Raymond Rodríguez);
(https://www.elsoldemexico.com.mx/cultura/teatro/a-40-anos-de-la-muerte-de-rodolfo-usigli-el-padre-del-teatro-mexicano-3778957.html, por David Palma);
Bartolomé Mitre (407) – “….(Buenos Aires, 1821 - 1906) Político e historiador argentino, presidente de la República entre 1862 y 1868 y una de las figuras más ilustres de Hispanoamérica. Su infancia transcurrió en Carmen de Patagones; residió luego en Buenos Aires y en Montevideo, donde inició sus estudios. Bartolomé Mitre desarrolló simultáneamente su formación militar y periodística, participando en las campañas de espada y pluma contra el régimen de Juan Manuel de Rosas. Corría el año 1846 cuando ofreció sus servicios al ejército del general José María Paz, asentado en Corrientes….
No obstante, el desplazamiento de las milicias lo obligó
a instalarse en Bolivia, país en el que ejerció como director del Colegio
Militar; allí publicó su novela Soledad (1847).
Pasó luego a Perú y Chile, donde residían ya numerosos exiliados antirrosistas.
Se incorporó al llamado Ejército Grande y fundó en Buenos Aires el
periódico Los Debates. Realizó una ascendente
carrera política y fue electo diputado, pero su oposición a Justo José de Urquiza, manifestada a
través de un violento discurso contra el acuerdo de San Nicolás, le acarreó la
expulsión del país.
Amnistiado, regresó y ocupó los cargos de ministro de
Gobierno y Relaciones Exteriores del gobierno de Adolfo Alsina. Fue derrotado
en la batalla de Cepeda (1859), pero un año más tarde fue elegido gobernador de
la provincia de Buenos Aires. Venció a las tropas de Urquiza en Pavón (1861),
tras lo cual unificó el país bajo su autoridad y fue designado presidente para
el período 1862-1868. Formalizó con Brasil y Uruguay el Tratado de la Triple
Alianza y abandonó el ejercicio presidencial para ocupar la jefatura del triple
ejército en la guerra contra Paraguay.
En 1874 se presentó nuevamente como candidato a
presidente, pero fue vencido por Nicolás Avellaneda; alegó fraude,
se alzó en armas y debió capitular. Anteriormente había ya fundado el
diario La Nación. Bartolomé Mitre ocupó
una banca de diputado nacional entre 1878 y 1880 e intentó una vez más (sin
éxito) ganar la presidencia del país. A pesar de su retiro de la vida política
activa, siguió ejerciendo notable influencia en los asuntos nacionales.
En el ámbito estrictamente literario, el
valor de la obra de Mitre es muy relativo. No
es muy estimable el poeta romántico de las Rimas,
que publicó en 1854 con un prólogo dedicado a Domingo Faustino Sarmiento, pese a que
incorporó a la literatura argentina el tema del gaucho Santos Vega; tales
poesías eran obra de juventud, y habían sido elogiadas por Esteban Echeverría. Mayor interés
tienen sus traducciones de Horacio, Henry Wadsworth Longfellow, Lord Byron, Víctor Hugo y, sobre todo,
de la Divina Comedia de Dante.
Pese a su formación poco menos que autodidacta, en el
campo de la erudición escribió trabajos acerca de Ollantay y sobre Las ruinas de Tihahuanaco,
un Catálogo razonado de las Lenguas
americanas y una Bibliografía
lingüística americana. Tampoco pueden más que mencionarse sus intentos
dramáticos (Las cuatro épocas y Policarpa Salavarrieta, dedicado
a la heroína colombiana Policarpa Salavarrieta, ejecutada en
1817) y novelescos (Historia de un botón de rosa y la citada Soledad).
Destacó en cambio como orador fogoso, apasionado y
convincente, y como incansable periodista. En 1852 fundó El Debate para combatir a
Urquiza, y posteriormente, La
Nación Argentina, que se convirtió con el tiempo en el famoso
diario La Nación. Sus artículos
periodísticos abundan, además, en la prensa de Uruguay y de Chile.
El prestigio literario de Bartolomé Mitre está ligado a su obra como historiador, con dos títulos esenciales: Historia de Belgrano y de la independencia argentina e Historia de San Martín y de la emancipación americana, dedicados a las figuras de Manuel Belgrano y José de San Martín. Dicha labor está relacionada con la organización de los archivos de Belgrano (diez volúmenes) y de San Martín (doce), además del suyo propio, que ha servido de base para la organización del museo que lleva su nombre, y está complementada por otros trabajos: Páginas de Historia, Belgrano y Güemes y Comprobaciones históricas, en polémica éstas con la Refutación que hizo Vicente Fidel López de la obra sobre Belgrano. Bartolomé Mitre fue un historiador ilustre y objetivo, con una clara y humana comprensión de la obra colonizadora de España, y un político liberal de honda raíz argentina….”
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mitre.htm, por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004));
También puede verse:
(https://www.britannica.com/biography/Bartolome-Mitre);
(https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/3540/Bartolome%20Mitre);
(https://www.elhistoriador.com.ar/bartolome-mitre/, por Felipe Pigna);
(https://www.todo-argentina.net/biografias-argentinas/bartolome_mitre.php?id=622);
(http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=mitre-bartolome, por José Ramón Fernández de Cano).
Guillermo II (405) – “….GUILLERMO II, emperador del Sacro Imperio (1859-1941; 1888-1918). [IV] Rey de Prusia (1888-1918). Rey de Bohemia y de Hungría. El tercero y último emperador del segundo Reich tuvo una influencia muy notable en la política interior y exterior de Alemania durante su reinado. Hijo de Federico III y de Victoria, princesa de Inglaterra, nacido en Berlín el 27-I-1859, demostró desde su juventud un temperamento decidido, tal vez propenso a las exageraciones, y una afición extraordinaria a los asuntos de gobierno. Como los príncipes Hohenzollern, fue adscrito a la vida militar desde que llegó a su mayoría de edad en 1877, y su contacto íntimo con la oficialidad despertó en él las mismas inclinaciones espirituales que en sus antecesores, esto es, la convicción de que la supremacía de Alemania en Europa se debía exclusivamente al ejército. No obstante, frecuentó los cursos de enseñanza pública en el instituto de Cassel (1874-1877) y en la universidad de Bonn (1877-1879), sin que su formación política y cultural llegara a ser completa.
En 1882 intervino en la administración de la provincia de
Brandeburgo y en 1866 su padre le permitió entrar en el secreto de las
relaciones internacionales. A la muerte de Guillermo I, seguida a
pocos meses de distancia por la de Federico III (15-VI-1888),
ascendió al trono imperial de Alemania y real de Prusia. Con él llegaba al
poder la generación de Sedán,
esto es, la generación que había visto resolver el problema de la unidad
alemana en el marco de la potencialidad de los ejércitos germánicos.
Guillermo II representa, pues, una segunda etapa en la
evolución política de Alemania, caracterizada por una mayor cohesión interna y
por el deseo de plasmar la hegemonía europea del segundo Reich en una
trepidante acción de política internacional. Deseoso de imponer su criterio en
los asuntos del Estado, Guillermo II, después de un viaje por Europa, que
produjo un vivo revuelo político, logró que el canciller Bismarck presentara
su dimisión el 20-III-1890. Guillermo discrepaba de su ministro tanto en la
política social del Estado, como en las orientaciones de su diplomacia.
Desde entonces intervino personalmente en los asuntos
públicos, respaldado sucesivamente por los cancilleres Caprivi (1880-1894),
Hohenlohe (1894-1900), Bülow (1900-1909) y Bethmann-Hollweg (1909-1917). Se
ocupó de modo activo del desarrollo del ejército y de la marina de guerra, lo
que procuró a Alemania la hostilidad de Inglaterra. Beneficiándose de la
prosperidad económica, llevó a su país al mayor grado de esplendor conocido, e
incluso obtuvo territorios coloniales en África y Oceanía. Sin embargo, su
diplomacia distó mucho de alcanzar la perfección de la de Bismarck.
Partidario de una política de prestigio, Guillermo II se
acarreó enemistades por actos muy poco prudentes. En 1896 felicitó al presidente
Krüger del Transvaal por su resistencia contra Inglaterra; en 1898, en un viaje
a Palestina, expuso la política imperialista de Alemania en el Próximo Oriente,
también poco grata a la Gran Bretaña; en 1905, en otro viaje a Tánger, se
declaró protector del Islam y opuesto a la política de Francia en Marruecos.
Por último, pese a sus tentativas de mantener la
tradicional amistad entre Rusia y Alemania, su apoyo incondicional a la
política austríaca en los Balcanes motivó el alejamiento definitivo del Imperio
de los zares. Así, Guillermo fue, en cierta manera, el creador de la política
de acorralamiento de Alemania de la que él mismo era el primero en lamentarse.
Al estallar la crisis internacional de julio de 1914,
Guillermo II contribuyó a agudizarla, al dejar el camino libre a la imprudente
política del gabinete de Viena. Sin embargo, no se le puede considerar
responsable directo de la guerra de 1914 a 1918. En el transcurso de la misma
la personalidad del emperador no se demostró a la altura de las circunstancias;
su carácter inquieto, exagerado y mudable, se acentuó al compás de la mayor
dureza de la lucha, Ni supo resistir a las exigencias, desorbitadas en algunos
casos, del Estado Mayor, ni poner coto a la efervescencia socialista.
Después del fracaso de la ofensiva de verano de 1918, la
situación llegó a ser muy difícil para la monarquía. La misma oficialidad le
aconsejó su abdicación en el gran consejo de Spa (29-X-1918). Proclamada la
República en Berlín, Guillermo II abdicó, abandonó Alemania el 9 de noviembre y
se refugió en Holanda, Desde esta fecha hasta su muerte, acaecida el 4-VI-1941,
Guillermo II residió en Dorn…..”
(https://www.nubeluz.es/europa/alemania/hohenzollern/guillermoII.html, por Vincens Vives, Jaimes). También puede verse:
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/guillermo_ii_alemania.htm, por Ruiza, M.,
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004);
(https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20191221/472301463711/guillermo-ii-alemania-gran-guerra.html, por Francisco Martínez Hoyos);
(https://www.wdl.org/es/item/19323/);
(https://www.dw.com/es/guillermo-ii-en-medio-pero-al-margen/a-17510702);
(https://althistory.fandom.com/es/wiki/Guillermo_II_de_Alemania_(Gran_Imperio_Alem%C3%A1n));
https://althistory.fandom.com/es/wiki/Guillermo_II_de_Alemania_(Gran_Imperio_Alem%C3%A1n)
(https://www.estambul.net/historia/guillermo-ii-de-alemania/);
(https://www.semana.com/gente/articulo/el-autocrata-de-la-primera-guerra-mundial/404281-3/);
(https://www.revistavanityfair.es/realeza/articulos/guillermo-ultimo-kaiser-de-alemania-caida-100-anos-primera-guerra-mundial/34594, por Darío Silva D’Andrea);
(http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=guillermo-ii-emperador-de-alemania2, Enciclonet);
Apéndice
Restauración de la república liberal (407)
Liberalismo y poder, Latinoamérica en el siglo XIX
Iván Jacksic y Eduardo Posada Carbó* (editores), Jorge
Gaete Lagos
Santiago. Fondo de Cultura Económica. Primera edición.
2011. 342 páginas.
Magíster (c) en Historia, Universidad Nacional Andrés Bello
EN: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-65682011000300025
“…La emancipación de las colonias
latinoamericanas fue un proceso que tuvo la influencia directa del liberalismo
europeo, cuyo contenido ideológico formó parte primordial de la base que sirvió
para organizar los Estados, los regímenes políticos y la construcción civil de
estas jóvenes naciones. Sin embargo, este pensamiento se desarrolló de manera
diferente y tuvo adaptaciones diversas en cada una de ellas, debido a que
poseían necesidades y realidades diferentes.
Pues bien, este tema corresponde al eje
central del presente texto, el cual está compuesto de una serie de artículos que
analizan al liberalismo político europeo, además de su presencia en España, y
su impacto en Venezuela, Perú, México, Chile, Argentina, Colombia y Brasil
durante el siglo XIX. En conjunto a esto, los autores que forman parte de este
libro abordan las distintas variantes que este pensamiento tuvo en los países
señalados, y hacen hincapié en la situación interna de estos, como una manera
de comprobar que a pesar de los obstáculos esta ideología logró sobrevivir.
Los dos primeros capítulos del libro
logran introducirnos de muy buena manera a la problemática del liberalismo. En
el primero de ellos, Iván Jacksic y Eduardo Posada Carbó nos hablan, entre
otros temas, del renovado interés historiográfico que hay para estudiar a este
pensamiento, y resaltan el papel que juegan las ideas para su comprensión. Por
su parte, H.S. Jones rescata en su apartado los matices que tuvo esta ideología
a lo largo de esta centuria, junto a algunos aportes hechos por la
historiografía y por otras corrientes humanistas, y sugiere que el liberalismo
debe ser comprendido como un estilo político más que como una doctrina, lo que
permite ver de mejor forma las diversas corrientes que fluyen en su interior.
En el tercero de estos artículos, Roberto
Breña estudia al primer liberalismo español y la proyección que tuvo en
Hispanoamérica. Comienza mencionando que luego del arresto de Fernando VII y la
posterior instauración de José I, hubo una mutación ideológica y una nueva idea
de individuo, lo que se plasmó en la Constitución de Cádiz del 19 de marzo
de 1812, la cual reunió principios políticos como la libertad e igualdad y
viejas tradiciones como el pactismo, el iusnaturalismo y la neoescolástica.
Luego de esto, señala que si bien Latinoamérica apoyó en un inicio a Fernando
VII, la lealtad se empezó a perder cuando se instauraron la Junta Central y el
Consejo de Regencia, lo que dio comienzo al proceso de instalación del
liberalismo en el debate político.
Roberto Breña concluye su análisis
indicando que en Latinoamérica no hubo un grupo "liberal", a pesar de
que las ideas que comenzaron a gestarse influyeron en los sectores
intelectuales y políticos de la región. A su vez, indica que en Latinoamérica
el liberalismo se mantuvo dentro de la teoría, y fue aplicado por sus
gobernantes de manera trabajosa, pausada y vacilante, debido a los contextos de
estas naciones.
Posteriormente, Joseph Straka busca
dilucidar lo que entendieron los venezolanos decimonónicos por liberalismo,
como una manera de fundamentar la idea existente en ese país, la que afirma que
en esa época todos compartían este pensamiento. Para lograr aquello, el autor
se centra en el período comprendido entre 1810 y 1840, con el fin de rescatar
los cambios ocurridos luego de la independencia, y menciona algunos referentes
del liberalismo que hubo en Venezuela.
Además, se centra en los dos mayores
exponentes que tuvo esta ideología durante esa centuria, los que fueron Simón
Bolívar, el cual liberó a este país de la reacción realista (lo que le valió su
apodo de "Libertador"), y el militar y ex Presidente Antonio Guzmán
Blanco (conocido como el "Regenerador"), autor del libro En
Defensa de la causa liberal. Aunque destaca que ambos fueron
liberales, recalca que ambos pertenecieron a los costados distintos de esta
ideología, porque Bolívar fue un liberal "sui géneris", ya que
gobernó de manera autoritaria utilizando un cuerpo neutro de ideas liberales y
conservadoras, para consolidar el orden en la nación, mientras que Guzmán
Blanco buscó enlazar el republicanismo con el liberalismo.
En el quinto artículo, José Antonio
Aguilar analiza el desarrollo que tuvo el liberalismo en México en aquella
centuria, del cual destaca que fue una ideología de combate y de construcción
nacional. A su vez, busca establecer la evolución de la ideología en tres
momentos, los que denomina de consenso liberal (1820-1840), de disenso
extemporáneo (1840-1876), y de ocaso del liberalismo (1876-1900). Junto con
analizarlos, destaca que si bien en México existió la presencia liberal desde
un inicio, hubo una alternativa conservadora luego de la guerra con Estados
Unidos, y con el tiempo el liberalismo se transformó en positivismo, con
ciertos frenos hacia una excesiva apertura al régimen democrático pleno.
Más adelante, Eduardo Posada Carbó analiza
la evolución de esta ideología en Colombia, y menciona a algunos de sus más
connotados representantes, como Ezequiel Rojas, Manuel Ancízar, José María
Samper, y otros. El autor inicia su análisis enfocándose en Francisco de
Paula Santander, quien fuera vicepresidente de Nueva Granada (1821-1827) y
Presidente de la república (1833-1837), del cual señala que fue un civilista y
un liberal moderado, por el respeto que le daba a las leyes. También indica que
Santander fue influenciado por Jeremías Bentham, al que conoció luego de su
exilio en 1830, y quiso acomodar sus ideas al interior del contexto colombiano.
También menciona los cambios que tuvo el
liberalismo durante esta centuria, los que se originaron luego de los sucesos
ocurridos en Francia en 1848, y por la publicación de obras como Los
Girondinos de Lamartine, las que provocaron que los liberales
colombianos radicalizaran su postura. A pesar de esto, la postura evolucionó a
un liberalismo moderado, pero más relativo y tolerante que el de comienzos de
siglo, gracias a la influencia de ideas de Herbert Spencer, las que se alejaban
del dogmatismo al resaltar la importancia de la autoridad y el alejamiento del
dogmatismo. Este autor fue recomendado en la Universidad Nacional por el
profesor Rafael Núñez, y fue expuesto por el destacado escritor, ensayista y
político Carlos Arturo Torres.
En el séptimo de estos ensayos, Iván
Jacksic y Sol Serrano analizan el caso chileno. Destacan que la evolución de
esta ideología no pasó por revoluciones, sino por reformas, gracias a la
tradición política de Chile. Por otra parte, señalan que el liberalismo tuvo
una rápida difusión, porque existió en la época la necesidad de ponerle
cortapisas al Ejecutivo luego del autoritarismo mostrado por Bernardo
O'Higgins, y por algunas disposiciones de la misma índole que contenía la
Constitución de 1833, aunque la instauración de la República Conservadora en
1831 significó un repliegue en el avance que pudo haber tenido el liberalismo.
Junto a esto, los autores abordan una
serie de temas relacionados con los conflictos políticos que hubo luego de las
revoluciones que se generaron en la década de 1850. Entre estos, destacan el
nacimiento de la fusión liberal-conservadora, y su quiebre luego de la
"cuestión del sacristán", de las reformas liberales que impulsó
Federico Errázuriz Zañartu, y de las leyes laicas aprobadas bajo el gobierno de
Domingo Santa María. Todas ellas, implicaron la evolución de un liberalismo
regalista a uno pluralista.
Otro tema que abordan tiene que ver con la
influencia que tuvo el liberalismo chileno en la educación, ante lo cual
indican que la Iglesia fue perdiendo el control en la materia. Es interesante
rescatar que Jacksic y Serrano dan cuenta de la paradójica defensa que los
liberales hicieron sobre el rol del Estado en el ámbito educacional, porque
consideraban que este organismo sería clave para asegurar la igualdad social.
Esto se tradujo en la Ley de instrucción primaria de 1860, la que aseguró
gratuidad y proporción de población por escuela.
Posteriormente, Carmen McEvoy nos expone
en su ensayo un análisis del caso de Perú. Si bien destaca que estas ideas
estuvieron presentes durante la Independencia, resalta que tuvo fallas en su
aplicación, como el exceso del lenguaje doctrinario, además de la inexperiencia
política y del obstáculo que significaba la agenda de Simón Bolívar. De hecho,
destaca que el ideario liberal sólo fue utilizado dentro de la retórica de los
gobernantes posteriores a 1827, luego del fin del régimen bolivariano.
Luego de esto, la autora nos habla de la
"república militarizada", la que se instauró luego del fin del
régimen bolivariano, y fue causada por la pérdida de convocatoria que tuvo el
modelo republicano liberal, y por el surgimiento de una aristocracia militar
que dijo ser salvadora de la república. Esto implicó la construcción del Estado
a través del poder de las armas, con lo que se establecía un espacio para la
existencia de la guerra y para la presencia de un dictador militar, para hacer
frente a los terremotos políticos.
McEvoy menciona que el concepto de
República se consolidó gracias a la guerra de guerrillas de 1834, y a la guerra
de la Confederación (1836-1839), aunque después indica que durante la década de
1840 hubo un hartazgo del predominio militar, el que había traído corrupción, a
lo que se sumaron las diferencias regionales y la fragmentación. La autora
señala que aunque el golpe de 1854 liderado por Ramón Castilla, junto a la
posterior Constitución de 1856 fueron intentos de los liberales por consolidar
su postura, el general conservador Domingo Nieto lo opacó con la promulgación
de una nueva Carta Magna en 1860. Todos estos conflictos finalizaron con la
llegada de Manuel Pardo en 1872, el cual era líder del partido civil, lo que
marcó el inicio de la República Práctica.
En el séptimo apartado, Jeffrey D. Needell
nos habla de las vicisitudes por las que pasó el liberalismo brasileño durante
el período monárquico. Comienza hablando de la instauración de Pedro I, el cual
formó una asamblea constituyente que 1823 para legitimar una monarquía constitucional,
la que estuvo compuesta por monarquistas constitucionales, demócratas radicales
y republicanos, y también indica que Pedro I abdicó en 1831 para evitar el
ataque de la oposición liberal que fue surgiendo paulatinamente.
Posteriormente, el autor nos habla del período de regencia que reemplazó al
antiguo monarca, y se centra en los conflictos políticos que existieron bajo el
reinado de Pedro II, el cual gobernó en conjunto con los liberales y los
conservadores, según lo pidieran las necesidades del momento.
En el último de estos artículos, Paula
Alonso y Marcela Ternavasio nos hablan sobre el liberalismo decimonónico que
hubo en Argentina, del cual señalan que fue vernáculo. Ambas autoras comienzan
destacando un primer momento republicano, el que comenzó con la Independencia
hasta la administración de Juan Manuel de Rosas, período en el que hubo
conflictos por la forma de gobierno que se quería adoptar, y por el surgimiento
de poderes locales que llevarían a repúblicas provinciales.
Más adelante, mencionan que hubo un
momento de liberalismo constitucional, el que predominó durante la segunda
mitad del siglo XIX, y estuvo marcado por los conflictos que tuvo Buenos Aires
con el resto de las provincias por no querer someterse a la Constitución de 1852.
También destacan el surgimiento de los partidos políticos, y abordan temas como
las crisis que hubo en la sucesión presidencial, los conflictos entre el
sistema republicano unificador que pretendió imponer Bartolomé Mitre, y la
consolidación definitiva del federalismo.
La lectura del presente texto permite
comprender al pensamiento liberal de una manera mucho más profunda, porque
todos sus artículos muestran detalladamente las distintas aplicaciones y
enroques que tuvo este pensamiento en las naciones estudiadas. Por otro lado,
cabe destacar que esta obra tiene la virtud de traer a colación un tema muy
vigente hoy en día, porque tal como lo señala Frank Safford en el epílogo, el
liberalismo político fue capaz de sobrevivir a los "naufragios" que
hubo en el siglo XX, como los cuestionamientos que recibió a inicios de esa
centuria, o las posteriores dictaduras latinoamericanas.
De esta manera, podemos concluir afirmando
que los contenidos presentados en este libro representan un valioso aporte
historiográfico, debido a que nos invitan a comprender de mejor manera a los
sucesos que ocurrieron durante el siglo XIX en buena parte de nuestro
continente. Además, los autores logran rescatar el poder que tienen las ideas
en el desarrollo de los procesos históricos, lo cual se transforma en un
elemento interesante que se puede aplicar en futuras investigaciones…..”
También puede verse:
(https://www.significados.com/estado-liberal/); (https://blog.uchceu.es/derecho/que-entendemos-por-liberalismo/); (http://www.iberconceptos.net/wp-content/uploads/2012/10/DPSMI-I-bloque-LIBERAL-LIBERALISMO.pdf, Javier Fernández Sebastián, Editor); (https://panampost.com/jose-azel/2019/04/09/democracia-liberal-y-libre-albedrio, por José Azél); (https://www.jstor.org/stable/26477386?seq=1, por Eduardo Fernández Luiña); (https://www.esglobal.org/democracia-liberal-renovarse-languidecer/, por Luis Peral).
En pocas palabras: Javier J. Jaspe Washington D.C. The 2024 National Book Festival was held in the nation’s capital at the Walter E. Wa...