En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington
D.C.
La serie que
continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor
mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una
obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me
refiero a El espejo enterrado, con el
cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años
transcurridos desde el descubrimiento de
América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera
edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta
reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.
El objetivo de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este septuagésimo séptimo artículo se refiere a temas y personajes que van desde Napoleón Bonaparte (1769-1821) hasta Fernando VII (1784 – 1833). Veamos:
Napoleón Bonaparte (321, 327, 328, 350, 351, 352, 353, 361, 363, 393) – “….Napoleón Bonaparte fue un militar y emperador de Francia, conquistador degran parte del territorio europeo en los inicios de siglo XIX.
Napoleón Bonaparte nació el 15 de agosto de
1769 en Ajaccio, ciudad de la isla italiana de Córcega, que poco antes había
sido convertida en territorio francés. Hijo de una familia perteneciente a la
nobleza local, durante su infancia gustaba de pasar el tiempo sólo y entregado
a sus juegos y meditaciones personales. Es famosa su aversión hacia los
franceses, a quienes consideraba opresores de los corsos, durante sus primeros
días.
Cumplidos los diez años de edad, Napoleón y su
hermano José, se trasladaron a Brienne-le-Château, Francia, para estudiar en la
escuela militar. Tras finalizar los estudios básicos pasó a la “Ecóle Royale
Militaire” de París, en donde estudió artillería.
Durante el estallido de la Revolución Francesa
en 1789, Napoleón se encontraba en Córcega, en donde apoyó a la facción
jacobina y fue nombrado comandante segundo de la Guardia Nacional de
Voluntarios de la isla. Junto con su familia debió refugiarse en Francia hacia
junio de 1793.
Tras demostrar su determinación y frialdad en
los momentos difíciles, como en el sitio de Tolón, fue nombrado general de
brigada. El triunfo obtenido durante la defensa de la Convención en las
Tullerías en Octubre de 1795, le dio una gran fama y poder en el nuevo orden
francés.
Bonaparte tomó el mando del Ejército francés
en la campaña militar sobre Italia. El éxito obtenido le acarreó un gran
reconocimiento por parte del ejército y del estado, impulsándolo a proseguir en
sus ambiciones de conquista. Se hizo de los territorios holandeses, austriacos
y del área del Rin.
Genio militar, aplicó los conocimientos
aprendidos durante sus lecturas y estudios, al tiempo que implementaba sus
propias tácticas dependiendo del escenario que se presentara. Sus campañas
victoriosas lo convirtieron en un personaje muy influyente dentro de la
política de Francia, siendo recibido como un héroe conquistador en su regreso a
París. Dominado ya por su ambición imperialista, ejecutó brutalmente su
invasión sobre Egipto, en donde se enfrentó por primera vez contra los
británicos, antes de asestar un golpe de estado en Francia a finales de 1799,
convirtiéndose en primer Cónsul de Francia y el hombre más poderoso de la nueva
república. En 1804 se autoproclamó monarca del Primer Imperio Francés y dio
inicio a una serie de campañas militares que culminarían con la conquista de
grandes territorios en Europa y África, lo que desembocó inevitablemente en
grandes conflictos bélicos con los otros grandes estados de su tiempo: Rusia y
Gran Bretaña. Una serie de derrotas militares, entre las que se encuentra la
famosa batalla de Waterloo,y la perdida del apoyo francés, culminó en su
abdicación y destierro por parte delejército británico en la isla de Santa
Helena en 1815. Allí moriría el 5 de mayo de 1821,presuntamente envenenado con
arsénico…..(https://latam.historyplay.tv/biografias/napoleon-bonaparte)....También llamadas “Guerras de coalición”, fueron una
serie de conflictos bélicos impuestos a la Francia Imperial por
las sucesivas coaliciones lideradas por Gran Bretaña. No existe consenso
respecto a cuándo iniciaron, pero se piensa que son la continuación de los
conflictos internacionales suscitados tras la Revolución Francesa.
Al menos siete coaliciones enfrentaron a la Francia napoleónica contra el Reino
Unido, Rusia, Austria,
Prusia, Sajonia, Suecia, España, Países Bajos y algunos pequeños estados alemanes. El Imperio
Francés alcanzó su mayor extensión en 1810, cuando
Napoleón contrajo segundas nupcias con la archiduquesa Marie-Louise, hija del
emperador de Austria. Durante estos conflictos se debilitó el
Reino de España lo suficiente como para que las colonias hispanoamericanas
proclamaran su independencia, aprovechando el momento….. ”(https://www.caracteristicas.co/napoleon-bonaparte/).
También
puede verse:
(https://canalhistoria.es/perfiles/napoleon-bonaparte/);
(https://www.biografiasyvidas.com/monografia/napoleon/)
(https://www.youtube.com/watch?v=CI7uROFrqc0, Happy Learning);
https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/quien-fue-napoleon/
(https://historia.nationalgeographic.com.es/personajes/napoleon);
(https://historia.nationalgeographic.com.es/a/napoleon-bonaparte-emperador-espana_8359);
(https://www.youtube.com/watch?v=L9n2iOrDgDw, hugothester);
(https://www.youtube.com/watch?v=oj4xjxaXTvA, Canal Duques).
Benjamin Franklin (320) – “….Franklin nació en el 1706 en Boston. Él era el décimo hijo de un fabricante de jabones y de velas. Él recibió una educación formal, pero principalmente aprendió por sí solo. Después de servir de aprendiz de su padre cuando tenía 10 o 12 años, se fue a trabajar para su hermanastro James, que era un tipógrafo. En el 1721, James fundó el New England Courant, el cuarto periódico de las colonias. Benjamin secretamente contribuyó al periódico 14 ensayos, que constituyeron sus primeros escritos publicados.
En
el 1723, debido a desacuerdos con su hermanastro, Franklin se mudó a
Philadelphia, donde encontró empleo como tipógrafo. Se quedó ahí por dos años y
luego se fue a Inglaterra por dos años más. De vuelta en Philadelphia, subió
rápidamente en la industria tipográfica. Él publicó el Pennsylvania Gazette
(1730-48), el cual había sido fundado por otro hombre en el 1728, pero su
aventura literaria más exitosa fue el almanaque anual llamado Poor Richard's
Almanac (1733-58). Éste obtuvo mucha popularidad en las colonias, segundo
después de la Biblia, y eventualmente su fama se esparció por Europa.
Mientras
tanto, en el 1730, Franklin vivió con Deborah Read, a la que consideraba como
esposa, la cual le dió un hijo y una hija; él aparentemente tuvo hijos con otra
mujer fuera de matrimonio. Para el 1748, él había obtenido independencia
financiera y había obtenido reconocimiento por su filantropía y por el estímulo
que le daba a causas cívicas como a bibliotecas, a instituciones educativas, y
a hospitales. Enérgico e incansable, encontró tiempo para seguir su interés en
la ciencia y para entrar en la pólitica.
Franklin
sirvió como secretario (1736-51) y miembro (1751-64) de la legislatura colonial
y como diputado del encargado de correos de Philadelphia (1737-53) y como
diputado general de correos de las colonias (1753-74). También, representó a
Pennsylvania en el Congreso de Albany (1754), y convocó a las colonias a que se
unieran durante la guerra Franco-India. El congreso adoptó su Plan de Unión
(Plan of Union), pero las asambleas de las colonias lo rechazaron debido a que
invadía sus poderes.
Durante
los años del 1757-62 y del 1764-75, Franklin vivió en Inglaterra, originalmente
como agente de Pennsylvania y más tarde de Georgia, New Jersey, y de
Massachusetts. Depués en el período que coincidió con la agitación en las
colonias, él pasó por una metamorfosis política. Hasta ese momento él era un
inglés contento, pricipalmente preocupado con la política provincial de
Pennsylvania, desconfiaba los movimientos populares y no veía provecho alguno
en llevar un principio al extremo. Cuando la idea de impuestos parlamentarios
socavó las alianzas viejas, el condujo el ataque del partido Quaker hacia el
partido de propietarios anglicanos y a sus aliados presbiterianos de la
frontera. Su propósito cuando pasó esos años en Londres era el reemplazo de la
administración de la familia Penn por autoridad real - la conversión de la
provincia de una colonia de propietarios a una colonia real.
Fue
durante la crisis del Stamp Act, que Franklin se desarrolló de un líder de un
partido derrotado provincial a ser portavoz célebre de los derechos americanos
en Londres. Aunque agente de Pennsylvania, se opuso por todos los medios a que
se aprobara la ley del 1765; no estaba al tanto de la magnitud de las
hostilidades en las colonias. Él creyó que la aprobación no se iba a poder
prevenir y decidió trabajar para que se revocara.
El
hecho de que Franklin nombró a un amigo y aliado político como distribuidor de
sellos para Pennsylvania, junto con la aparente aceptación de la legislación,
armó a sus oponentes hacendados de ideas explosivas. La explotación por ellos
de estas ideas puso en peligro su reputación hasta que se publicó una
información fidedigna que demostraba su oposición al acta. Por un tiempo el
resentimiento de la muchedumbre puso en peligro a su familia y a su casa nueva
en Philadelphia, hasta que sus aliados comerciantes le suministraron apoyo.
Posteriormente, la defensa de Franklin de la posición americana en la Cámara de
los Comunes durante los debates sobre si se revocaba el Stamp Act, restauró su
reputación.
Franklin
regresó a Philadelphia en mayo del 1775, e inmediatamente se convirtió en
miembro distinguido del Congreso Continental. Trece meses después, sirvió en el
comité que diseñó la Declaración de Independencia. Posteriormente, contribuyó
al gobierno de muchas maneras importantes, incluyendo servicio como encargado
de correos general y tomó los deberes de presidente de la asamblea
constitucional de Pennsylvania.
Pero
después de año y medio de su regreso, el estadista envejeciente, se fue de
nuevo a Francia, empezando una carrera de diplómatico que lo ocuparía por el
resto de su vida. En los años del 1776 al 79, como uno de tres comisionados,
dirigió las negociaciones que trajeron los tratados de comercio y de alianza
con Francia , por los cuales el público lo adoraba, y producía riñas constantes
con los otros comisionados. Durante el tiempo en que él fue comisionado en
Francia (1779-85), él y John Jay y John Adams negociaron el Tratado de París
(1783), que terminó la Guerra de la Independencia.
De
vuelta en los Estados Unidos, en el 1785 Franklin fue presidente del Concilio
Ejecutivo Supremo de Pennsylvania. En la Asamblea Constitucional, aunque no
aprobaba muchos de los aspectos del documento final y aunque estaba entrado en
años, y tenía mala salud, no se perdió casi ninguna de las sesiones, prestó su
prestigio, calmó pasiones, y arregló disputas.
En
sus últimos años, trabajando en su autobiografía, Franklin pudo ver que su vida
fue muy provechosa, llevada a cabo entre dos continentes. Con energías hasta el
final, en el 1787, fue elegido como el primer presidente de la Sociedad para
Promover la Abolición de la Esclavitud de Pennsylvania - una causa para la que
trabajó desde los 1730s. Su último acto público fue el de firmar una petición
al Congreso recomendando la abolición del sistema de esclavitud. Un poco después,
en el 1790 a la edad de 84 años Franklin murió en Philadelphia, donde fue
enterrado en el cementerio Christ Church Burial Ground….”. (https://www.archives.gov/espanol/dia-de-la-constitucion/benjamin-franklin.html). También puede verse:
(https://www.actuallynotes.com/%F0%9F%A4%93los-inventos-de-benjamin-franklin/(;
(https://personajeshistoricos.com/benjamin-franklin/inventos/);
(https://www.youtube.com/watch?v=TVk2r2atW3M, Studies Weekly);
(https://www.youtube.com/watch?v=ZkfRBHQVtLI, Canal Minibriofrafías);
(https://www.youtube.com/watch?v=49OO-CZ87E0, A&E);
(https://historia.nationalgeographic.com.es/a/benjamin-franklin-primer-heroe-estados-unidos_6639); (https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/benjamin-franklin/); (https://historia-biografia.com/benjamin-franklin/); (https://www.lhistoria.com/biografias/benjamin-franklin); (http://museovirtual.csic.es/salas/magnetismo/biografias/franklin.htm).
El caballero de la mano en el pecho de el Greco (320) – “….Hacia 1580, óleo sobre lienzo, 81,8 x 65,8 cm, firmado [P809]…..En este retrato, el Greco no solo muestra la fisionomía del hombre, sino que captura la esencia de su posición y sus ideales. Representa al caballero cristiano, según el planteamiento conceptual de la retratística de los Austrias españoles. El pintor, ingeniosamente, ha introducido un elemento narrativo. El personaje -como ha demostrado Márquez Villanueva- se representa en el momento de hacer un voto. El gesto de llevarse la mano derecha al lado izquierdo del pecho -al corazón- indica no solo pío respeto, sino también una declaración de intenciones que ha de ser mantenida como cuestión de honor. La inclusión de la espada proclama el compromiso de este caballero. La espada desenvainada significaba prestar juramento o hacer voto solemne de combatir para defender la palabra de Dios. Si bien no conocemos su identidad, su nobleza salta a la vista. Las cejas enarcadas y la mirada imperturbable denotan altivez. Su superioridad social se refleja también en el refinamiento de sus rasgos. Los dedos delgados y sinuosos de la mano elegantemente extendida -como las de los caballeros asombrados ante el milagroso enterramiento del conde de Orgaz- significan que está muy lejos de ser alguien excluido de las órdenes militares por sustentarse «por el trabajo de sus manos» o desempeñar «oficios mecánicos». Su aspecto es inmaculado y el traje es la personificación de la elegancia. Su rico atuendo, su cadena y colgante de oro, el pomo finamente labrado y dorado de su espada, dan fe de su riqueza y superioridad social. Sin embargo, su elitismo está templado por la virtud. Su mente está puesta en cosas más altas. Aunque su ojo derecho nos mire fijamente, más que detenerse en nosotros nos atraviesa. Se lleva la mano reverentemente al corazón, se nos muestra erguido y cara a cara, y mira sin pestañear. Para este noble caballero cristiano, su fortaleza es en última instancia la expresión de su entrega a Dios. Esa idea de entrega está realzada por el hecho de que el otro ojo, de párpado caído, mire hacia abajo, indicando que el caballero medita sobre la gravedad de su empresa. En ello se revela su prudencia. La misma impresión refuerzan no solo la «frente despejada», sino también el gesto serio y el ademán deliberado. Es inconcebible que este hombre actúe impetuosamente. La templanza es un rasgo destacado de su persona. Su aspecto es ascético; su complexión, pálida. Tiene las mejillas descarnadas y los dedos flacos. Tampoco se adorna con galas vistosas y el decorado es parco, sin ninguno de los accesorios convencionales, cortinas, mesas cubiertas de terciopelo, arquitectura clásica, que indican riqueza y rango. Paradójicamente, es su misma ausencia lo que proclama la renuncia del caballero a las vanidades, su valía moral. Su autodisciplina se evidencia también en su actitud. Ni se relaja ni se pavonea, ni adopta una postura lánguida ni un aire desenvuelto. En lugar de eso, este hombre está impasible y distante. No dialoga. Sus gestos son rituales, no son los de la vida cotidiana. Al pintar este retrato, el Greco no solo ha seguido las fórmulas del decoro caballeresco, sino que también ha revelado la esencia de su ritual a través de su manejo de la pintura….. En este retrato el Greco ha suspendido la acción por un instante y ha detenido el tiempo para fijar la atención en un juramento perpetuo. El espectador hace las veces de testigo del solemne rito, y toma aguda conciencia de los ideales caballerescos y de la nobleza del caballero. Éste, a su vez, manifiesta su piedad, su virtud y su alto rango. Es un hombre «de honor». Como tal, ejemplifica orgullosa y perfectamente las cualidades del hidalgo, de quien Sebastián de Covarrubias escribió en su Tesoro de la lengua castellana o española: «De ninguna cosa se precia tanto el hombre de bien y noble, como de guardar fee y palabra y ser fiel a quien deve». A tono con ese sentir, el Greco ha dado forma elocuente a la quintaesencia del hidalgo español…..”
(https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/caballero-de-la-mano-en-el-pecho-el-el-greco/2ba91f45-aed4-4f53-8dd0-2ec565d2c28c, por David Davies). También
puede verse:
(https://historia-arte.com/obras/el-caballero-de-la-mano-en-el-pecho, por Fulwood Lompkin);
(https://www.todocuadros.es/el-greco/caballero-mano-pecho.htm);
(https://www.almendron.com/blog/el-greco-el-caballero-de-la-mano-en-el-pecho/);
(https://www.arteselecto.es/siglo-de-oro/el-caballero-con-la-mano-en-el-pecho-el-greco/);
(https://arte.laguia2000.com/pintura/1048, por Laura Prieto Fernández).
Castillo de Belver (Mallorca) (321) – “….Castell de Bellver se halla situado a 3 Km del centro de la ciudad de Palma y a 112,6m. de altura sobre el nivel de mar, dominando la bahía y gran parte de la isla de Mallorca. Entre las construcciones erigidas a lo largo de la historia de Mallorca, el castillo de Bellver, es, sin duda una de las más originales y emblemáticas. El castillo fue construido entre 1300 y 1311 por orden directa del rey Jaime Jaume II de Mallorca y está situado a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad de Palma, sobre una colina de 112 metros de altura. El recinto responde a un plano muy concreto y bien original. Consta de un edificio de estilo gótico de planta perfectamente circular, que se organiza alrededor de un patio central también circular, con cuatro grandes torres orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. La llamada torre major o del homenaje, en dirección norte, está exenta del resto del conjunto, mientras que el resto de torres están encastradas al cuerpo principal. Aunque se han intentado buscar precedentes de castillos circulares en los que Bellver podría haberse inspirado, todo indica que la obra mallorquina es una obra innovadora genuina.
El material usado en la construcción del castillo de Bellver es marès, un tipo
de piedra arenisca fácil de trabajar y que se encuentra frecuentemente en toda
la geografía balear. Buena parte de la piedra proviene de las cuevas que se
encuentran debajo del castillo, así como de otras canteras del mismo bosque, de
Portals Vells y de Santanyí…..
La construcción del castillo de Bellver era
consecuencia de una planificada organización de las acciones defensivas por
parte de la Casa Real Mallorquina. Desde la cima de la montaña se tenía una
inmejorable perspectiva para el control de las amenazas foráneas que podían
llegar por tierra y por mar. Bellver se concibió también como un
palacio-fortaleza donde los gobernantes podrían refugiarse con seguridad en
caso de peligro. De todas formas, a pesar de su carácter defensivo, el interior
presentaba un gusto elegante y refinado, digno de una residencia real, ideal
para el recreo de los privilegiados que lo habitaban….
Después de ser usado como residencia real, el
castillo de Bellver alojó durante muchos años a las principales autoridades de
la isla al tiempo que comenzó a servir como prisión ocasional.
A partir de la Guerra de Sucesión (1700-1715) el
castillo se convirtió en la principal prisión política y militar de la isla. El
castillo se convirtió en un lugar especialmente útil cuando se pretendió
silenciar la voz e incomunicar a personajes de gran influencia política y
social. Importantes personalidades como el intelectual ilustrado Gaspar Melchor
de Jovellanos, el astrónomo y político François Aragó o el general liberal Luis
Lacy fueron enviados a Bellver. Ya en tiempos de la guerra Civil Española
(1936-1939) el castillo vivió los momentos más tristes y amargos de su
historia, con el encarcelamiento de más de 800 presos republicanos defensores
del gobierno legítimo surgido democráticamente de las urnas……
La torre major, perfectamente protegida y
aislada del resto de la fortaleza, era el último reducto de resistencia si
Bellver era atacado. En este tipo de torres se celebraba, de manera
tradicional, la ceremonia de homenaje, por la cual el castellano, como máximo
responsable de la fortaleza, realizaba un juramento de fidelidad y obediencia a
su rey o señor y se comprometía a defender el castillo. Durante muchos años la
torre major fue usada también como prisión. Una importante colección de
grafitos es la principal prueba de aquel periodo de reclusión…..
Es en el interior del castillo donde puede
contemplarse toda su grandeza y exquisitez y ver que, aparte como fortaleza, el
castillo fue concebido como una residencia real con unos acabados elegantes y
refinados. En la planta baja estaban las estancias destinadas básicamente al
abastecimiento de Bellver, mientras que en la planta noble se ubicaban las
habitaciones y dependencias de la familia real, las salas oficiales para la
celebración de reuniones, recepciones y ceremonias, así como la capilla de San
Marcos…..
Como Museo de Historia de la Ciudad, en sus
salas Bellver ofrece un recorrido por la evolución de Palma, desde los
asentamientos talayóticos hasta el siglo XX, pasando por la conquista romana en
el siglo 123 a.C. y la fundación del actual núcleo urbano, la etapa musulmana a
partir de 903, la conquista catalana en el 1229, el establecimiento del Reino
de Mallorca (1276-1349), la construcción de las murallas renacentistas de Palma
y su derribo en el 1903.
En la planta noble del castillo se sitúa la
colección de Antonio Despuig (Palma 1745 – Lucca 1813). Hijo de los condes de
Montenegro, Despuig fue uno de los personajes más destacados de la ilustración
mallorquina, mecenas de artistas y persona asidua a los círculos intelectuales
de la época.
Durante los años en que el cardenal residió en
Roma se reunió una importante colección de piezas escultóricas y epigráficas
clásicas, en una época en que el coleccionismo particular de antigüedades era
muy frecuente. Una parte de las piezas proveían de una excavación que él mismo
realizó en Ariccia, muy cerca de Roma. Igualmente, como era habitual en la
época, Despuig encargó un número importante de piezas históricas y compró de
otras a anticuarios que ofrecían el material.
El Museo de Historia de la Ciudad aloja una
parte importante de dicha colección, adquirida por el Ayuntamiento de Palma en
1923 gracias a la intervención de la Societat Arqueològica Lul.liana y de un
grupo de intelectuales mallorquines.
En él se desarrollan numerosas actividades
culturales y lúdicas organizadas por el Ayuntamiento de Palma…..”
(http://www.palmavirtual.es/es/contenido/lugares-de-interes/lugarinteres/Castillo-de-Bellver). También puede verse: (https://www.abc-mallorca.es/castillo-bellver/);
(https://www.sitiosdeespana.es/articulo/castillo-de-bellver-palma-de-mallorca);
(https://www.diariodelviajero.com/museos/el-castillo-de-bellver-en-palma-de-mallorca, por Eva París).
Fernando VII (321, 328, 361, 362, 363, 378) – “….Fernando VII nació el 14 de octubre de 1784 en El Escorial, Madrid.
El noveno de los catorce hijos de Carlos IV y
de María Luisa de Parma. Ocho de sus hermanos murieron antes de
1800.
En 1802 contrajo matrimonio con María
Antonia de Nápoles, que lloró de desesperación al verle por primera vez; su
suegra describía a Fernando como "de horrible aspecto", aludiendo a
su gordura (llegó a pesar más de 100 kgs.), su voz aflautada y su carácter
apático. Con el tiempo su esposa le tomó afecto pero la princesa falleció en 1806.
Se puso secretamente en contacto con Napoleón y
le pidió una princesa de su familia por esposa, hasta que la trama fue
descubierta y dio lugar al proceso de El Escorial (octubre
1807-enero 1808). Solo dos meses más tarde el motín de Aranjuez alcanzaba
pleno éxito: Godoy fue
destituido, Carlos IV abdicó en su hijo y Fernando VII comenzó a reinar (19
marzo 1808), en medio del entusiasmo popular, ya que se le consideraba como una
víctima del odiado Godoy, de quien se temía incluso que pretendiera suplantarle
en el trono.
Fernando VII, junto a toda la familia real, fue
atraído a Bayona por Napoleón Bonaparte, quien le
forzó a renunciar a la Corona española en su favor. Napoleón nombró rey de
España a su hermano José, quien reinó hasta 1814 con el nombre de José I.
Durante la guerra de la Independencia,
el Consejo de Regencia, reunió Cortes en Cádiz (1810) y
se declaró "único y legítimo rey de la nación española a don Fernando VII
de Borbón", así como nula y sin efecto la cesión de la Corona a favor de
Napoleón.
En 1814, Fernando VII regresó a España. Un grupo
de diputados, le presentó el denominado Manifiesto de los Persas,
en el que le aconsejaban la restauración del sistema absolutista y la derogación
de la Constitución elaborada en las Cortes de Cádiz (1812).
En la primera etapa de su gobierno se produjo una depuración de afrancesados y
liberales. En el Ejército se produjeron pronunciamientos liberales, como el
de Rafael del Riego (1820)
en Cabezas de San Juan (Sevilla) lo que obligó al rey a
jurar la Constitución.
El Trienio Liberal o
Constitucional (1820-1823) fue la segunda etapa de su reinado donde se continuó
la obra reformista iniciada en 1810: abolición de los privilegios de clase,
supresión de los señoríos, abolición de los mayorazgos, supresión de la
Inquisición, preparación del Código Penal y recuperación de la vigencia de la
Constitución de 1812.
Desde 1822, toda esta política reformista tuvo
su respuesta en una contrarrevolución surgida en la corte, la denominada Regencia
de Urgell, apoyada por elementos campesinos y, en el exterior, con el de
la Santa Alianza, que desde el corazón de Europa defendía los
derechos de los monarcas absolutos. El 7 de abril de 1823 entraron
en España las tropas francesas mandadas por el general duque de
Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis, a los que se sumaron
tropas realistas españolas. Sin apenas oposición, el absolutismo fue
restaurado.
La última etapa del reinado de Fernando VII fue
de nuevo absolutista. Se suprimió nuevamente la Constitución y se
restablecieron todas las instituciones existentes en enero de 1820, salvo la
Inquisición. Los años finales del reinado se centraron en la cuestión sucesoria.
Desde 1713 estaba vigente la Ley Sálica,
que impedía reinar a las mujeres. En 1789, las Cortes aprobaron
una Pragmática Sanción que la derogaba, pero esta no fue
publicada hasta 1830, cuando el rey, en su cuarto matrimonio, con María Cristina de
Borbón, esperaba un sucesor. Poco después, nació la princesa Isabel.
En la corte se formó entonces un grupo de 'realistas puros', que defendían la
candidatura al trono del hermano del rey, don Carlos María Isidro
de Borbón, y negaban la legalidad de la Pragmática
publicada en 1830. En 1832, durante una grave enfermedad del rey, cortesanos
carlistas convencieron al ministro Francisco Tadeo Calomarde, quien
logró que Fernando VII firmara un Decreto derogatorio de la Pragmática, que
dejaba otra vez en vigor la Ley Sálica (recuperando el Reglamento de 1713). Con
la mejoría de salud del rey el gobierno dirigido por Francisco Cea
Bermúdez puso de nuevo en vigor la Pragmática, con lo que, a la muerte
del rey en Madrid, el 29 de septiembre de 1833, quedaba como
heredera su primogénita Isabel (Isabel II)…..” (https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/8998/Fernando%20VII#:~:text=Fernando%20VII%20naci%C3%B3%20el%2014,1784%20en%20El%20Escorial%2C%20Madrid.&text=Durante%20la%20guerra%20de%20la,Corona%20a%20favor%20de%20Napole%C3%B3n.). También puede verse: (https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20180919/47312655476/fernando-vii-el-peor-rey-de-espana.html, por José Calvo Poyato); (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fernando_vii.htm); (https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/fernando-vii-felon/20141210105141110157.html, por Edmundo Fayanas Escuer); (http://www.cervantesvirtual.com/portales/reyes_y_reinas_espana_contemporanea/fernando_vii_biografia/, por Emilio Laparra López); (https://althistory.fandom.com/es/wiki/Fernando_VII_de_Espa%C3%B1a_y_I_de_M%C3%A9xico_(Rusia_Monarqu%C3%ADa_Constitucional)); (https://historia.nationalgeographic.com.es/a/fernando-vii-rey-que-derogo-constitucion-1812_7646/1);(http://www.mcnbiografias.es/app-bio/do/show?key=fernando-vii-rey-de-espanna
Apéndice
Si era El Deseado, ¿por qué ningún historiador es capaz de decir algo bueno de Fernando VII?, por Sara Navas
EN: https://elpais.com/elpais/2019/05/22/icon/1558514221_775250.html
“….Reinó en un periodo clave en España, justo cuando estaba
modernizándose y abrazando las libertades. Pero fue un mandato desastroso.
Consultamos con especialistas y no encontramos a ninguno que hable bien de él
"Su reinado y su
legado fueron nefastos"; "supuso un paso atrás en todos los sentidos
porque no respetó los cambios que la sociedad demandaba en un momento crucial
para la historia política y social del país"; "fue un experto en
cambiarse la chaqueta". Especialistas como Luis Enrique Otero (catedrático
de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de
Madrid), Ángel L. Rubio (vicedecano de la Universidad Complutense de Madrid) o
Pilar Díaz Sánchez (profesora de Historia Contemporánea en la Universidad
Autónoma de Madrid) coinciden en que el hijo de Carlos IV fue una figura
ruinosa en la historia de España. Y eso que no tenía difícil ser
considerado mejor monarca que su padre, pues la mala prensa de Carlos IV es lo
único que destacó durante los años que reinó. "Carlos IV no tenía muchas
luces. El monarca dedicó más tiempo a la caza y la buena vida que a los asuntos
de gobierno. La desidia y su incapacidad marcaron sus años de reinado",
asegura a ICON el catedrático Luis Enrique Otero. A pesar de todo, Fernando VII
(1784-1833) logró doblar esta animadversión.
El Deseado, como le designaron los españoles que
esperaban con ansia su regreso mientras eran gobernados por el francés José I,
terminó convirtiéndose en el indeseado. Fernando VII ejerció de monarca durante
19 años intermitentemente: primero reinó tres meses en 1808 y volvió a hacerlo
en mayo de 1814 hasta su muerte en 1833. Emilio Parra, catedrático en la
Universidad de Alicante y autor de la biografía Fernando VII: un rey deseado y detestado (Tusquets Editores),
afirma que Fernando VII es el peor rey que ha tenido España, incluso más de lo
que se piensa: "Fue el peor de los monarcas de las dinastías Habsburgo y
Borbón. Fue tirano, solo miró en beneficio propio e impuso sin miramientos su
autoridad, exigiendo a todo el mundo suma fidelidad a su persona".
- Traicionó hasta a su padre
"Fernando
VII accedió al trono tras haber conspirado contra su padre, Carlos IV, y haber
creado una crisis profunda en el interior de la monarquía que la debilitó
considerablemente en un momento en que era precisa gran fortaleza interna para
hacer frente a la política napoleónica y para mantener el imperio de
Ultramar", explica el catedrático en la Universidad de Alicante Emilio Parra.
Fernando VII pasó años conspirando con el fin de hacerse con un trono que
ansiaba ocupar, pero desconocía (o no quería ver) las obligaciones que
llevaba implícitas. Para cumplir su propósito y convertirse en rey de España no
dudó en conspirar contra sus padres —Carlos IV y María Luisa de Parma— hasta en
dos ocasiones....
- Vendió al pueblo que le había sido fiel
Justo después de que Fernando VII se hiciera con el trono
comenzó la Guerra de Independencia y el monarca pasó seis años en Bayona,
prácticamente como prisionero de lujo de Napoleón. Cuando el francés se lo
pidió, Fernando no dudó en ofrecer en bandeja al pueblo que unos meses antes le
había ayudado a hacerse con la corona en el Motín de Aranjuez. Lo hizo a cambio
de recibir de Napoleón una generosa pensión y llevar en Francia un estilo de
vida colmado de lujos. "Napoleón le exigió el trono de España y Fernando
se lo dio sin rechistar", señala Otero. Durante los seis años que España
estuvo dominada por los franceses bajo el mando de José I Bonaparte (hermano de
Napoleón), Fernando vivió a todo tren en el país vecino. Tan cómodo se sentía
al lado de Napoleón y tan olvidados tenía a los españoles que dieron su vida
por él que llegó a suplicar convertirse en "hijo adoptivo" de
Napoleón Bonaparte...
-
La cultura le era indiferente y por su culpa España perdió más de 100 obras de
arte….
El monarca sentía por la cultura una desidia que quedó
patente el día en que pillaron a José I escondiendo en su maleta más de 100
obras de arte de maestros de la pintura española. Lo hizo en 1813, mientras
preparaba su huida de España, y fue el duque de Wellington el que descubrió al
francés con los cuadros... Resultado de este episodio: actualmente la colección
española se encuentra en el Museo de Wellington, en Apsley House (Londres), y
no en España.
- Anuló la Constitución de Cádiz y reinstauró el absolutismo
"Fernando VII acabó con las medidas liberales importadas
de Francia, como la abolición de la Inquisición. Si a ello le añadimos su
aptitud traicionera respecto a los patriotas que lucharon contra Napoleón y que
habían promulgado la Constitución de Cádiz, no creo que haya en todo el país un
académico que pueda hablar mediadamente bien de su reinado", comenta el
vicedecano de la Complutense Ángel L. Rubio. Mientras Fernando estaba en
Francia al abrigo de Napoleón, España seguía evolucionando. Durante el exilio
del monarca se creó la Constitución de 1812 —conocida como La Pepa, un texto que
creaba un marco de libertades y derechos novedoso para la época—, se
abolió la monarquía absoluta y se creó un sistema de separación de poderes,
libertades individuales y garantías jurídicas. Medidas liberales que el monarca
no respetó cuando volvieron a nombrarle rey en 1814. "El monarca
impuso su autoridad mediante la represión sistemática de la disidencia
política. Abolió la Constitución de 1812 y creó un Estado represivo. Además,
prescindió de cuantas leyes y normas le impedían imponer su autoridad, sin
importante contravenir el ordenamiento político y jurídico español",
afirma a ICON el catedrático Emilio Parra..
- Era un inepto con los asuntos de Estado
Tras el pronunciamiento de Riego en 1820, Fernando VII se vio
obligado a jurar la Constitución de 1812, iniciándose así el Trienio Liberal
(1820-1823). El monarca tuvo que desdecirse y jurar nuevamente la Constitución.
Fue en ese momento cuando pronunció una de las frases que, según los
especialistas consultados, dan buena muestra de su hipocresía: “Marchemos
francamente, y yo el primero, por la senda constitucional". Lo dijo al
tiempo que negociaba con las potencias de la Santa Alianza la intervención
militar en España para acabar con los liberales que le habían obligado a jurar la
Constitución. Con la intervención de la Santa Alianza finalizó la vigencia de
la Constitución de Cádiz, pero no su influjo, que gravitó directamente sobre la
política nacional hasta 1868...
-
Misógino, egoísta, infiel y maleducado
“El Príncipe es un infeliz, que no ha sido educado; es bueno,
pero no tiene instrucción, ni talento natural, ni tampoco viveza: es mi
antípoda, y yo, para mayor desgracia, no le quiero nada”. La correspondencia
que su primera mujer, María Antonia de Nápoles, enviaba a su madre dejaba claro
que la suya no fue una relación feliz. En 1802, año en que contrajeron
matrimonio Fernando y María Antonia, las infidelidades y las actitudes
machistas por parte de los hombres estaban a la orden del día, pero el trato
que daba Fernando a sus esposas —tuvo cuatro— y a aquellos con los que se
codeaba superaban los estándares de la época. La madre de María Antonia
escribió sobre su yerno: “Un tonto que no caza ni pesca; no se mueve del
cuarto de su infeliz mujer; no se ocupa de nada… Mi hija es completamente
desgraciada. Un marido tonto, ocioso, mentiroso, envilecido, solapado y ni
siquiera hombre físicamente; es fuerte cosa que a los 18 años no se sienta
nada”....
Emilio Parra, autor de la biografía de El Deseado, afirma que
Fernando recurría a la represión para solucionar sus problemas. "Debido a
su carácter, fue una persona despreciable. Era cruel, pues no duda en decretar
la muerte de sus oponentes políticos; hipócrita, este rasgo de su personalidad
enervó a su madre, la reina María Luisa, y también a Napoleón; desconfiado de
todos y ante todo; cobarde, pues no supo reaccionar en los años de la Guerra de
la Independencia; autoritario hasta el extremo y sumamente pagado de su alta
condición; obsesionado por el dinero, siempre consideró que el territorio de la
monarquía española era patrimonio suyo; y hedonista", asegura Parra...
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(https://elpais.com/elpais/2019/05/22/icon/1558514221_775250.html).
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