Friday, August 27, 2021

Temas y personajes (77) en “El espejo enterrado” de Carlos Fuentes: Desde Napoleón Bonaparte hasta Fernando VII, por Javier J. Jaspe

En pocas palabras. Javier J. Jaspe

Washington D.C.  

La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el  descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.

El objetivo de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este septuagésimo séptimo artículo se refiere a temas y personajes que van desde Napoleón Bonaparte (1769-1821) hasta Fernando VII (1784 – 1833). Veamos:

Napoleón Bonaparte (321, 327, 328, 350, 351, 352, 353, 361, 363, 393) “….Napoleón Bonaparte fue un militar y emperador de Francia, conquistador degran parte del territorio europeo en los inicios de siglo XIX.  

Napoleón Bonaparte nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, ciudad de la isla italiana de Córcega, que poco antes había sido convertida en territorio francés. Hijo de una familia perteneciente a la nobleza local, durante su infancia gustaba de pasar el tiempo sólo y entregado a sus juegos y meditaciones personales. Es famosa su aversión hacia los franceses, a quienes consideraba opresores de los corsos, durante sus primeros días.
Cumplidos los diez años de edad, Napoleón y su hermano José, se trasladaron a Brienne-le-Château, Francia, para estudiar en la escuela militar. Tras finalizar los estudios básicos pasó a la “Ecóle Royale Militaire” de París, en donde estudió artillería. 
Durante el estallido de la Revolución Francesa en 1789, Napoleón se encontraba en Córcega, en donde apoyó a la facción jacobina y fue nombrado comandante segundo de la Guardia Nacional de Voluntarios de la isla. Junto con su familia debió refugiarse en Francia hacia junio de 1793.
Tras demostrar su determinación y frialdad en los momentos difíciles, como en el sitio de Tolón, fue nombrado general de brigada. El triunfo obtenido durante la defensa de la Convención en las Tullerías en Octubre de 1795, le dio una gran fama y poder en el nuevo orden francés.
Bonaparte tomó el mando del Ejército francés en la campaña militar sobre Italia. El éxito obtenido le acarreó un gran reconocimiento por parte del ejército y del estado, impulsándolo a proseguir en sus ambiciones de conquista. Se hizo de los territorios holandeses, austriacos y del área del Rin.
Genio militar, aplicó los conocimientos aprendidos durante sus lecturas y estudios, al tiempo que implementaba sus propias tácticas dependiendo del escenario que se presentara. Sus campañas victoriosas lo convirtieron en un personaje muy influyente dentro de la política de Francia, siendo recibido como un héroe conquistador en su regreso a París. Dominado ya por su ambición imperialista, ejecutó brutalmente su invasión sobre Egipto, en donde se enfrentó por primera vez contra los británicos, antes de asestar un golpe de estado en Francia a finales de 1799, convirtiéndose en primer Cónsul de Francia y el hombre más poderoso de la nueva república. En 1804 se autoproclamó monarca del Primer Imperio Francés y dio inicio a una serie de campañas militares que culminarían con la conquista de grandes territorios en Europa y África, lo que desembocó inevitablemente en grandes conflictos bélicos con los otros grandes estados de su tiempo: Rusia y Gran Bretaña. Una serie de derrotas militares, entre las que se encuentra la famosa batalla de Waterloo,y la perdida del apoyo francés, culminó en su abdicación y destierro por parte delejército británico en la isla de Santa Helena en 1815. Allí moriría el 5 de mayo de 1821,presuntamente envenenado con arsénico…..
(
https://latam.historyplay.tv/biografias/napoleon-bonaparte)....También llamadas “Guerras de coalición”, fueron una serie de conflictos bélicos impuestos a la Francia Imperial por las sucesivas coaliciones lideradas por Gran Bretaña. No existe consenso respecto a cuándo iniciaron, pero se piensa que son la continuación de los conflictos internacionales suscitados tras la Revolución Francesa. Al menos siete coaliciones enfrentaron a la Francia napoleónica contra el Reino Unido, Rusia, Austria, Prusia, Sajonia, Suecia, España, Países Bajos y algunos pequeños estados alemanes. El Imperio Francés alcanzó su mayor extensión en 1810, cuando Napoleón contrajo segundas nupcias con la archiduquesa Marie-Louise, hija del emperador de Austria. Durante estos conflictos se debilitó el Reino de España lo suficiente como para que las colonias hispanoamericanas proclamaran su independencia, aprovechando el momento….. ”(https://www.caracteristicas.co/napoleon-bonaparte/).  También puede verse:

(https://canalhistoria.es/perfiles/napoleon-bonaparte/);

(https://www.biografiasyvidas.com/monografia/napoleon/)

 (https://www.youtube.com/watch?v=CI7uROFrqc0, Happy Learning);

https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/quien-fue-napoleon/

(https://historia.nationalgeographic.com.es/personajes/napoleon);

(https://historia.nationalgeographic.com.es/a/napoleon-bonaparte-emperador-espana_8359);

(https://www.youtube.com/watch?v=L9n2iOrDgDw, hugothester);

(https://www.youtube.com/watch?v=oj4xjxaXTvA, Canal Duques).

Benjamin Franklin (320) – “….Franklin nació en el 1706 en Boston. Él era el décimo hijo de un fabricante de jabones y de velas. Él recibió una educación formal, pero principalmente aprendió por sí solo. Después de servir de aprendiz de su padre cuando tenía 10 o 12 años, se fue a trabajar para su hermanastro James, que era un tipógrafo. En el 1721, James fundó el New England Courant, el cuarto periódico de las colonias. Benjamin secretamente contribuyó al periódico 14 ensayos, que constituyeron sus primeros escritos publicados.

En el 1723, debido a desacuerdos con su hermanastro, Franklin se mudó a Philadelphia, donde encontró empleo como tipógrafo. Se quedó ahí por dos años y luego se fue a Inglaterra por dos años más. De vuelta en Philadelphia, subió rápidamente en la industria tipográfica. Él publicó el Pennsylvania Gazette (1730-48), el cual había sido fundado por otro hombre en el 1728, pero su aventura literaria más exitosa fue el almanaque anual llamado Poor Richard's Almanac (1733-58). Éste obtuvo mucha popularidad en las colonias, segundo después de la Biblia, y eventualmente su fama se esparció por Europa.

Mientras tanto, en el 1730, Franklin vivió con Deborah Read, a la que consideraba como esposa, la cual le dió un hijo y una hija; él aparentemente tuvo hijos con otra mujer fuera de matrimonio. Para el 1748, él había obtenido independencia financiera y había obtenido reconocimiento por su filantropía y por el estímulo que le daba a causas cívicas como a bibliotecas, a instituciones educativas, y a hospitales. Enérgico e incansable, encontró tiempo para seguir su interés en la ciencia y para entrar en la pólitica.

Franklin sirvió como secretario (1736-51) y miembro (1751-64) de la legislatura colonial y como diputado del encargado de correos de Philadelphia (1737-53) y como diputado general de correos de las colonias (1753-74). También, representó a Pennsylvania en el Congreso de Albany (1754), y convocó a las colonias a que se unieran durante la guerra Franco-India. El congreso adoptó su Plan de Unión (Plan of Union), pero las asambleas de las colonias lo rechazaron debido a que invadía sus poderes.

Durante los años del 1757-62 y del 1764-75, Franklin vivió en Inglaterra, originalmente como agente de Pennsylvania y más tarde de Georgia, New Jersey, y de Massachusetts. Depués en el período que coincidió con la agitación en las colonias, él pasó por una metamorfosis política. Hasta ese momento él era un inglés contento, pricipalmente preocupado con la política provincial de Pennsylvania, desconfiaba los movimientos populares y no veía provecho alguno en llevar un principio al extremo. Cuando la idea de impuestos parlamentarios socavó las alianzas viejas, el condujo el ataque del partido Quaker hacia el partido de propietarios anglicanos y a sus aliados presbiterianos de la frontera. Su propósito cuando pasó esos años en Londres era el reemplazo de la administración de la familia Penn por autoridad real - la conversión de la provincia de una colonia de propietarios a una colonia real.

Fue durante la crisis del Stamp Act, que Franklin se desarrolló de un líder de un partido derrotado provincial a ser portavoz célebre de los derechos americanos en Londres. Aunque agente de Pennsylvania, se opuso por todos los medios a que se aprobara la ley del 1765; no estaba al tanto de la magnitud de las hostilidades en las colonias. Él creyó que la aprobación no se iba a poder prevenir y decidió trabajar para que se revocara.

El hecho de que Franklin nombró a un amigo y aliado político como distribuidor de sellos para Pennsylvania, junto con la aparente aceptación de la legislación, armó a sus oponentes hacendados de ideas explosivas. La explotación por ellos de estas ideas puso en peligro su reputación hasta que se publicó una información fidedigna que demostraba su oposición al acta. Por un tiempo el resentimiento de la muchedumbre puso en peligro a su familia y a su casa nueva en Philadelphia, hasta que sus aliados comerciantes le suministraron apoyo. Posteriormente, la defensa de Franklin de la posición americana en la Cámara de los Comunes durante los debates sobre si se revocaba el Stamp Act, restauró su reputación.

Franklin regresó a Philadelphia en mayo del 1775, e inmediatamente se convirtió en miembro distinguido del Congreso Continental. Trece meses después, sirvió en el comité que diseñó la Declaración de Independencia. Posteriormente, contribuyó al gobierno de muchas maneras importantes, incluyendo servicio como encargado de correos general y tomó los deberes de presidente de la asamblea constitucional de Pennsylvania.

Pero después de año y medio de su regreso, el estadista envejeciente, se fue de nuevo a Francia, empezando una carrera de diplómatico que lo ocuparía por el resto de su vida. En los años del 1776 al 79, como uno de tres comisionados, dirigió las negociaciones que trajeron los tratados de comercio y de alianza con Francia , por los cuales el público lo adoraba, y producía riñas constantes con los otros comisionados. Durante el tiempo en que él fue comisionado en Francia (1779-85), él y John Jay y John Adams negociaron el Tratado de París (1783), que terminó la Guerra de la Independencia.

De vuelta en los Estados Unidos, en el 1785 Franklin fue presidente del Concilio Ejecutivo Supremo de Pennsylvania. En la Asamblea Constitucional, aunque no aprobaba muchos de los aspectos del documento final y aunque estaba entrado en años, y tenía mala salud, no se perdió casi ninguna de las sesiones, prestó su prestigio, calmó pasiones, y arregló disputas.

En sus últimos años, trabajando en su autobiografía, Franklin pudo ver que su vida fue muy provechosa, llevada a cabo entre dos continentes. Con energías hasta el final, en el 1787, fue elegido como el primer presidente de la Sociedad para Promover la Abolición de la Esclavitud de Pennsylvania - una causa para la que trabajó desde los 1730s. Su último acto público fue el de firmar una petición al Congreso recomendando la abolición del sistema de esclavitud. Un poco después, en el 1790 a la edad de 84 años Franklin murió en Philadelphia, donde fue enterrado en el cementerio Christ Church Burial Ground….”. (https://www.archives.gov/espanol/dia-de-la-constitucion/benjamin-franklin.html). También puede verse:

(https://www.actuallynotes.com/%F0%9F%A4%93los-inventos-de-benjamin-franklin/(;

(https://personajeshistoricos.com/benjamin-franklin/inventos/);

(https://www.youtube.com/watch?v=TVk2r2atW3M, Studies Weekly);

(https://www.youtube.com/watch?v=ZkfRBHQVtLI, Canal Minibriofrafías);

(https://www.youtube.com/watch?v=49OO-CZ87E0, A&E);

(https://historia.nationalgeographic.com.es/a/benjamin-franklin-primer-heroe-estados-unidos_6639); (https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/benjamin-franklin/); (https://historia-biografia.com/benjamin-franklin/); (https://www.lhistoria.com/biografias/benjamin-franklin); (http://museovirtual.csic.es/salas/magnetismo/biografias/franklin.htm).

El caballero de la mano en el pecho de el Greco (320) – “….Hacia 1580, óleo sobre lienzo, 81,8 x 65,8 cm, firmado [P809]…..En este retrato, el Greco no solo muestra la fisionomía del hombre, sino que captura la esencia de su posición y sus ideales. Representa al caballero cristiano, según el plantea­miento conceptual de la retratística de los Austrias españoles. El pintor, ingeniosamente, ha introducido un elemento narrativo. El personaje -como ha demostrado Márquez Villanueva- se representa en el momento de hacer un voto. El gesto de llevarse la mano derecha al lado izquierdo del pecho -al corazón- indica no solo pío respeto, sino también una declaración de intenciones que ha de ser mantenida como cuestión de honor. La inclusión de la espada proclama el compromiso de este caballero. La espada desenvainada significaba prestar juramento o hacer voto solemne de combatir para defender la palabra de Dios. Si bien no conocemos su identidad, su nobleza salta a la vista. Las cejas enarcadas y la mirada imperturbable denotan altivez. Su superioridad social se refleja también en el refinamiento de sus rasgos. Los dedos delgados y sinuosos de la mano elegantemente extendida -como las de los caballeros asombrados ante el milagroso enterramiento del conde de Orgaz- significan que está muy lejos de ser alguien excluido de las órdenes militares por sustentarse «por el trabajo de sus manos» o desempeñar «oficios mecánicos». Su aspecto es inmaculado y el traje es la personificación de la elegancia. Su rico atuendo, su cadena y colgante de oro, el pomo finamente labrado y dorado de su espada, dan fe de su riqueza y superioridad social. Sin embargo, su elitismo está templado por la virtud. Su mente está puesta en cosas más altas. Aunque su ojo derecho nos mire fijamente, más que detenerse en nosotros nos atraviesa. Se lleva la mano reverentemente al corazón, se nos muestra erguido y cara a cara, y mira sin pestañear. Para este noble caballero cristiano, su fortaleza es en última instancia la expresión de su entrega a Dios. Esa idea de entrega está realzada por el hecho de que el otro ojo, de párpado caído, mire hacia abajo, indicando que el caballero medita sobre la gravedad de su empresa. En ello se revela su prudencia. La misma impresión refuerzan no solo la «frente despejada», sino también el gesto serio y el ademán deliberado. Es inconcebible que este hombre actúe impetuosamente. La templanza es un rasgo destacado de su persona. Su aspecto es ascético; su complexión, pálida. Tiene las mejillas descarnadas y los dedos flacos. Tampoco se adorna con galas vistosas y el decorado es parco, sin ninguno de los accesorios convencionales, cortinas, mesas cubiertas de terciopelo, arquitectura clásica, que indican riqueza y rango. Paradójicamente, es su misma ausencia lo que proclama la renuncia del caballero a las vanidades, su valía moral. Su autodisciplina se evidencia también en su actitud. Ni se relaja ni se pavonea, ni adopta una postura lánguida ni un aire desenvuelto. En lugar de eso, este hombre está impasible y distante. No dialoga. Sus gestos son rituales, no son los de la vida cotidiana. Al pintar este retrato, el Greco no solo ha seguido las fórmulas del decoro caballeresco, sino que también ha revelado la esencia de su ritual a través de su manejo de la pintura….. En este retrato el Greco ha suspendido la acción por un instante y ha detenido el tiempo para fijar la atención en un juramento perpetuo. El espectador hace las veces de testigo del solemne rito, y toma aguda conciencia de los ideales caballerescos y de la nobleza del caballero. Éste, a su vez, manifiesta su piedad, su virtud y su alto rango. Es un hombre «de honor». Como tal, ejemplifica orgullosa y perfectamente las cualidades del hidalgo, de quien Sebastián de Covarrubias escribió en su Tesoro de la lengua castellana o española: «De ninguna cosa se precia tanto el hombre de bien y noble, como de guardar fee y palabra y ser fiel a quien deve». A tono con ese sentir, el Greco ha dado forma elocuente a la quintaesencia del hidalgo español…..”

(https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/caballero-de-la-mano-en-el-pecho-el-el-greco/2ba91f45-aed4-4f53-8dd0-2ec565d2c28c, por David Davies). También puede verse:

(https://historia-arte.com/obras/el-caballero-de-la-mano-en-el-pecho, por Fulwood Lompkin);

(https://www.todocuadros.es/el-greco/caballero-mano-pecho.htm);

(https://www.almendron.com/blog/el-greco-el-caballero-de-la-mano-en-el-pecho/);

(https://www.arteselecto.es/siglo-de-oro/el-caballero-con-la-mano-en-el-pecho-el-greco/);

(https://arte.laguia2000.com/pintura/1048, por Laura Prieto Fernández).

Castillo de Belver (Mallorca) (321) – “….Castell de Bellver se halla situado a 3 Km del centro de la ciudad de Palma y a 112,6m. de altura sobre el nivel de mar, dominando la bahía y gran parte de la isla de Mallorca. Entre las construcciones erigidas a lo largo de la historia de Mallorca, el castillo de Bellver, es, sin duda una de las más originales y emblemáticas. El castillo fue construido entre 1300 y 1311 por orden directa del rey Jaime Jaume II de Mallorca y está situado a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad de Palma, sobre una colina de 112 metros de altura. El recinto responde a un plano muy concreto y bien original. Consta de un edificio de estilo gótico de planta perfectamente circular, que se organiza alrededor de un patio central también circular, con cuatro grandes torres orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. La llamada torre major o del homenaje, en dirección norte, está exenta del resto del conjunto, mientras que el resto de torres están encastradas al cuerpo principal. Aunque se han intentado buscar precedentes de castillos circulares en los que Bellver podría haberse inspirado, todo indica que la obra mallorquina es una obra innovadora genuina.

El material usado en la construcción del castillo de Bellver es marès, un tipo de piedra arenisca fácil de trabajar y que se encuentra frecuentemente en toda la geografía balear. Buena parte de la piedra proviene de las cuevas que se encuentran debajo del castillo, así como de otras canteras del mismo bosque, de Portals Vells y de Santanyí…..

La construcción del castillo de Bellver era consecuencia de una planificada organización de las acciones defensivas por parte de la Casa Real Mallorquina. Desde la cima de la montaña se tenía una inmejorable perspectiva para el control de las amenazas foráneas que podían llegar por tierra y por mar. Bellver se concibió también como un palacio-fortaleza donde los gobernantes podrían refugiarse con seguridad en caso de peligro. De todas formas, a pesar de su carácter defensivo, el interior presentaba un gusto elegante y refinado, digno de una residencia real, ideal para el recreo de los privilegiados que lo habitaban….

Después de ser usado como residencia real, el castillo de Bellver alojó durante muchos años a las principales autoridades de la isla al tiempo que comenzó a servir como prisión ocasional.
A partir de la Guerra de Sucesión (1700-1715) el castillo se convirtió en la principal prisión política y militar de la isla. El castillo se convirtió en un lugar especialmente útil cuando se pretendió silenciar la voz e incomunicar a personajes de gran influencia política y social. Importantes personalidades como el intelectual ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos, el astrónomo y político François Aragó o el general liberal Luis Lacy fueron enviados a Bellver. Ya en tiempos de la guerra Civil Española (1936-1939) el castillo vivió los momentos más tristes y amargos de su historia, con el encarcelamiento de más de 800 presos republicanos defensores del gobierno legítimo surgido democráticamente de las urnas……

La torre major, perfectamente protegida y aislada del resto de la fortaleza, era el último reducto de resistencia si Bellver era atacado. En este tipo de torres se celebraba, de manera tradicional, la ceremonia de homenaje, por la cual el castellano, como máximo responsable de la fortaleza, realizaba un juramento de fidelidad y obediencia a su rey o señor y se comprometía a defender el castillo. Durante muchos años la torre major fue usada también como prisión. Una importante colección de grafitos es la principal prueba de aquel periodo de reclusión…..

Es en el interior del castillo donde puede contemplarse toda su grandeza y exquisitez y ver que, aparte como fortaleza, el castillo fue concebido como una residencia real con unos acabados elegantes y refinados. En la planta baja estaban las estancias destinadas básicamente al abastecimiento de Bellver, mientras que en la planta noble se ubicaban las habitaciones y dependencias de la familia real, las salas oficiales para la celebración de reuniones, recepciones y ceremonias, así como la capilla de San Marcos…..

Como Museo de Historia de la Ciudad, en sus salas Bellver ofrece un recorrido por la evolución de Palma, desde los asentamientos talayóticos hasta el siglo XX, pasando por la conquista romana en el siglo 123 a.C. y la fundación del actual núcleo urbano, la etapa musulmana a partir de 903, la conquista catalana en el 1229, el establecimiento del Reino de Mallorca (1276-1349), la construcción de las murallas renacentistas de Palma y su derribo en el 1903.
En la planta noble del castillo se sitúa la colección de Antonio Despuig (Palma 1745 – Lucca 1813). Hijo de los condes de Montenegro, Despuig fue uno de los personajes más destacados de la ilustración mallorquina, mecenas de artistas y persona asidua a los círculos intelectuales de la época.
Durante los años en que el cardenal residió en Roma se reunió una importante colección de piezas escultóricas y epigráficas clásicas, en una época en que el coleccionismo particular de antigüedades era muy frecuente. Una parte de las piezas proveían de una excavación que él mismo realizó en Ariccia, muy cerca de Roma. Igualmente, como era habitual en la época, Despuig encargó un número importante de piezas históricas y compró de otras a anticuarios que ofrecían el material.
El Museo de Historia de la Ciudad aloja una parte importante de dicha colección, adquirida por el Ayuntamiento de Palma en 1923 gracias a la intervención de la Societat Arqueològica Lul.liana y de un grupo de intelectuales mallorquines.
En él se desarrollan numerosas actividades culturales y lúdicas organizadas por el Ayuntamiento de Palma…..”

(http://www.palmavirtual.es/es/contenido/lugares-de-interes/lugarinteres/Castillo-de-Bellver). También puede verse: (https://www.abc-mallorca.es/castillo-bellver/);

(https://www.sitiosdeespana.es/articulo/castillo-de-bellver-palma-de-mallorca);

(https://castelldebellver.palma.cat/portal/PALMA/castelldebellver/contenedor1.jsp?seccion=s_fdes_d4_v1.jsp&contenido=76727&tipo=6&nivel=1400&layout=contenedor1.jsp&codResi=1&language=es&codMenu=2249);

(https://www.diariodelviajero.com/museos/el-castillo-de-bellver-en-palma-de-mallorca, por Eva París).

Fernando VII (321, 328, 361, 362, 363, 378) – “….Fernando VII nació el 14 de octubre de 1784 en El Escorial, Madrid.

El noveno de los catorce hijos de Carlos IV y de María Luisa de Parma. Ocho de sus hermanos murieron antes de 1800.
En 1802 contrajo matrimonio con María Antonia de Nápoles, que lloró de desesperación al verle por primera vez; su suegra describía a Fernando como "de horrible aspecto", aludiendo a su gordura (llegó a pesar más de 100 kgs.), su voz aflautada y su carácter apático. Con el tiempo su esposa le tomó afecto pero la princesa falleció en 1806. Se puso secretamente en contacto con 
Napoleón y le pidió una princesa de su familia por esposa, hasta que la trama fue descubierta y dio lugar al proceso de El Escorial (octubre 1807-enero 1808). Solo dos meses más tarde el motín de Aranjuez alcanzaba pleno éxito: Godoy fue destituido, Carlos IV abdicó en su hijo y Fernando VII comenzó a reinar (19 marzo 1808), en medio del entusiasmo popular, ya que se le consideraba como una víctima del odiado Godoy, de quien se temía incluso que pretendiera suplantarle en el trono.
Fernando VII, junto a toda la familia real, fue atraído a Bayona por Napoleón Bonaparte, quien le forzó a renunciar a la Corona española en su favor. Napoleón nombró rey de España a su hermano José, quien reinó hasta 1814 con el nombre de 
José I.
Durante la guerra de la Independencia, el Consejo de Regencia, reunió Cortes en Cádiz (1810) y se declaró "único y legítimo rey de la nación española a don Fernando VII de Borbón", así como nula y sin efecto la cesión de la Corona a favor de Napoleón.
En 1814, Fernando VII regresó a España. Un grupo de diputados, le presentó el denominado Manifiesto de los Persas, en el que le aconsejaban la restauración del sistema absolutista y la derogación de la Constitución elaborada en las Cortes de Cádiz (1812). En la primera etapa de su gobierno se produjo una depuración de afrancesados y liberales. En el Ejército se produjeron pronunciamientos liberales, como el de 
Rafael del Riego (1820) en Cabezas de San Juan (Sevilla) lo que obligó al rey a jurar la Constitución.
El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823) fue la segunda etapa de su reinado donde se continuó la obra reformista iniciada en 1810: abolición de los privilegios de clase, supresión de los señoríos, abolición de los mayorazgos, supresión de la Inquisición, preparación del Código Penal y recuperación de la vigencia de la Constitución de 1812.
Desde 1822, toda esta política reformista tuvo su respuesta en una contrarrevolución surgida en la corte, la denominada Regencia de Urgell, apoyada por elementos campesinos y, en el exterior, con el de la Santa Alianza, que desde el corazón de Europa defendía los derechos de los monarcas absolutos. El 7 de abril de 1823 entraron en España las tropas francesas mandadas por el general duque de Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis, a los que se sumaron tropas realistas españolas. Sin apenas oposición, el absolutismo fue restaurado.
La última etapa del reinado de Fernando VII fue de nuevo absolutista. Se suprimió nuevamente la Constitución y se restablecieron todas las instituciones existentes en enero de 1820, salvo la Inquisición. Los años finales del reinado se centraron en la cuestión sucesoria.
Desde 1713 estaba vigente la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. En 1789, las Cortes aprobaron una Pragmática Sanción que la derogaba, pero esta no fue publicada hasta 1830, cuando el rey, en su cuarto matrimonio, con 
María Cristina de Borbón, esperaba un sucesor. Poco después, nació la princesa Isabel. En la corte se formó entonces un grupo de 'realistas puros', que defendían la candidatura al trono del hermano del rey, don Carlos María Isidro de Borbón, y negaban la legalidad de la Pragmática publicada en 1830. En 1832, durante una grave enfermedad del rey, cortesanos carlistas convencieron al ministro Francisco Tadeo Calomarde, quien logró que Fernando VII firmara un Decreto derogatorio de la Pragmática, que dejaba otra vez en vigor la Ley Sálica (recuperando el Reglamento de 1713). Con la mejoría de salud del rey el gobierno dirigido por Francisco Cea Bermúdez puso de nuevo en vigor la Pragmática, con lo que, a la muerte del rey en Madrid, el 29 de septiembre de 1833, quedaba como heredera su primogénita Isabel (Isabel II)…..” (https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/8998/Fernando%20VII#:~:text=Fernando%20VII%20naci%C3%B3%20el%2014,1784%20en%20El%20Escorial%2C%20Madrid.&text=Durante%20la%20guerra%20de%20la,Corona%20a%20favor%20de%20Napole%C3%B3n.).  También puede verse: (https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20180919/47312655476/fernando-vii-el-peor-rey-de-espana.html, por José Calvo Poyato); (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fernando_vii.htm); (https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/fernando-vii-felon/20141210105141110157.html, por Edmundo Fayanas Escuer); (http://www.cervantesvirtual.com/portales/reyes_y_reinas_espana_contemporanea/fernando_vii_biografia/, por Emilio Laparra López); (https://althistory.fandom.com/es/wiki/Fernando_VII_de_Espa%C3%B1a_y_I_de_M%C3%A9xico_(Rusia_Monarqu%C3%ADa_Constitucional)); (https://historia.nationalgeographic.com.es/a/fernando-vii-rey-que-derogo-constitucion-1812_7646/1);(http://www.mcnbiografias.es/app-bio/do/show?key=fernando-vii-rey-de-espanna

Apéndice

Si era El Deseado, ¿por qué ningún historiador es capaz de decir algo bueno de Fernando VII?, por Sara Navas

EN: https://elpais.com/elpais/2019/05/22/icon/1558514221_775250.html

 

“….Reinó en un periodo clave en España, justo cuando estaba modernizándose y abrazando las libertades. Pero fue un mandato desastroso. Consultamos con especialistas y no encontramos a ninguno que hable bien de él

"Su reinado y su legado fueron nefastos"; "supuso un paso atrás en todos los sentidos porque no respetó los cambios que la sociedad demandaba en un momento crucial para la historia política y social del país"; "fue un experto en cambiarse la chaqueta". Especialistas como Luis Enrique Otero (catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid), Ángel L. Rubio (vicedecano de la Universidad Complutense de Madrid) o Pilar Díaz Sánchez (profesora de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid) coinciden en que el hijo de Carlos IV fue una figura ruinosa en la historia de España. Y eso que no tenía difícil ser considerado mejor monarca que su padre, pues la mala prensa de Carlos IV es lo único que destacó durante los años que reinó. "Carlos IV no tenía muchas luces. El monarca dedicó más tiempo a la caza y la buena vida que a los asuntos de gobierno. La desidia y su incapacidad marcaron sus años de reinado", asegura a ICON el catedrático Luis Enrique Otero. A pesar de todo, Fernando VII (1784-1833) logró doblar esta animadversión.

El Deseado, como le designaron los españoles que esperaban con ansia su regreso mientras eran gobernados por el francés José I, terminó convirtiéndose en el indeseado. Fernando VII ejerció de monarca durante 19 años intermitentemente: primero reinó tres meses en 1808 y volvió a hacerlo en mayo de 1814 hasta su muerte en 1833. Emilio Parra, catedrático en la Universidad de Alicante y autor de la biografía Fernando VII: un rey deseado y detestado (Tusquets Editores), afirma que Fernando VII es el peor rey que ha tenido España, incluso más de lo que se piensa: "Fue el peor de los monarcas de las dinastías Habsburgo y Borbón. Fue tirano, solo miró en beneficio propio e impuso sin miramientos su autoridad, exigiendo a todo el mundo suma fidelidad a su persona".

- Traicionó hasta a su padre

"Fernando VII accedió al trono tras haber conspirado contra su padre, Carlos IV, y haber creado una crisis profunda en el interior de la monarquía que la debilitó considerablemente en un momento en que era precisa gran fortaleza interna para hacer frente a la política napoleónica y para mantener el imperio de Ultramar", explica el catedrático en la Universidad de Alicante Emilio Parra. Fernando VII pasó años conspirando con el fin de hacerse con un trono que ansiaba ocupar, pero desconocía (o no quería ver) las obligaciones que llevaba implícitas. Para cumplir su propósito y convertirse en rey de España no dudó en conspirar contra sus padres —Carlos IV y María Luisa de Parma— hasta en dos ocasiones....

- Vendió al pueblo que le había sido fiel

Justo después de que Fernando VII se hiciera con el trono comenzó la Guerra de Independencia y el monarca pasó seis años en Bayona, prácticamente como prisionero de lujo de Napoleón. Cuando el francés se lo pidió, Fernando no dudó en ofrecer en bandeja al pueblo que unos meses antes le había ayudado a hacerse con la corona en el Motín de Aranjuez. Lo hizo a cambio de recibir de Napoleón una generosa pensión y llevar en Francia un estilo de vida colmado de lujos. "Napoleón le exigió el trono de España y Fernando se lo dio sin rechistar", señala Otero. Durante los seis años que España estuvo dominada por los franceses bajo el mando de José I Bonaparte (hermano de Napoleón), Fernando vivió a todo tren en el país vecino. Tan cómodo se sentía al lado de Napoleón y tan olvidados tenía a los españoles que dieron su vida por él que llegó a suplicar convertirse en "hijo adoptivo" de Napoleón Bonaparte...

- La cultura le era indiferente y por su culpa España perdió más de 100 obras de arte….

El monarca sentía por la cultura una desidia que quedó patente el día en que pillaron a José I escondiendo en su maleta más de 100 obras de arte de maestros de la pintura española. Lo hizo en 1813, mientras preparaba su huida de España, y fue el duque de Wellington el que descubrió al francés con los cuadros... Resultado de este episodio: actualmente la colección española se encuentra en el Museo de Wellington, en Apsley House (Londres), y no en España.

- Anuló la Constitución de Cádiz y reinstauró el absolutismo

"Fernando VII acabó con las medidas liberales importadas de Francia, como la abolición de la Inquisición. Si a ello le añadimos su aptitud traicionera respecto a los patriotas que lucharon contra Napoleón y que habían promulgado la Constitución de Cádiz, no creo que haya en todo el país un académico que pueda hablar mediadamente bien de su reinado", comenta el vicedecano de la Complutense Ángel L. Rubio. Mientras Fernando estaba en Francia al abrigo de Napoleón, España seguía evolucionando. Durante el exilio del monarca se creó la Constitución de 1812 —conocida como La Pepa, un texto que creaba un marco de libertades y derechos novedoso para la época—, se abolió la monarquía absoluta y se creó un sistema de separación de poderes, libertades individuales y garantías jurídicas. Medidas liberales que el monarca no respetó cuando volvieron a nombrarle rey en 1814.  "El monarca impuso su autoridad mediante la represión sistemática de la disidencia política. Abolió la Constitución de 1812 y creó un Estado represivo. Además, prescindió de cuantas leyes y normas le impedían imponer su autoridad, sin importante contravenir el ordenamiento político y jurídico español", afirma a ICON el catedrático Emilio Parra..

 - Era un inepto con los asuntos de Estado

Tras el pronunciamiento de Riego en 1820, Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución de 1812, iniciándose así el Trienio Liberal (1820-1823). El monarca tuvo que desdecirse y jurar nuevamente la Constitución. Fue en ese momento cuando pronunció una de las frases que, según los especialistas consultados, dan buena muestra de su hipocresía: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional". Lo dijo al tiempo que negociaba con las potencias de la Santa Alianza la intervención militar en España para acabar con los liberales que le habían obligado a jurar la Constitución. Con la intervención de la Santa Alianza finalizó la vigencia de la Constitución de Cádiz, pero no su influjo, que gravitó directamente sobre la política nacional hasta 1868...

- Misógino, egoísta, infiel y maleducado

“El Príncipe es un infeliz, que no ha sido educado; es bueno, pero no tiene instrucción, ni talento natural, ni tampoco viveza: es mi antípoda, y yo, para mayor desgracia, no le quiero nada”. La correspondencia que su primera mujer, María Antonia de Nápoles, enviaba a su madre dejaba claro que la suya no fue una relación feliz. En 1802, año en que contrajeron matrimonio Fernando y María Antonia, las infidelidades y las actitudes machistas por parte de los hombres estaban a la orden del día, pero el trato que daba Fernando a sus esposas —tuvo cuatro— y a aquellos con los que se codeaba superaban los estándares de la época.  La madre de María Antonia escribió sobre su yerno: “Un tonto que no caza ni pesca; no se mueve del cuarto de su infeliz mujer; no se ocupa de nada… Mi hija es completamente desgraciada. Un marido tonto, ocioso, mentiroso, envilecido, solapado y ni siquiera hombre físicamente; es fuerte cosa que a los 18 años no se sienta nada”....

Emilio Parra, autor de la biografía de El Deseado, afirma que Fernando recurría a la represión para solucionar sus problemas. "Debido a su carácter, fue una persona despreciable. Era cruel, pues no duda en decretar la muerte de sus oponentes políticos; hipócrita, este rasgo de su personalidad enervó a su madre, la reina María Luisa, y también a Napoleón; desconfiado de todos y ante todo; cobarde, pues no supo reaccionar en los años de la Guerra de la Independencia; autoritario hasta el extremo y sumamente pagado de su alta condición; obsesionado por el dinero, siempre consideró que el territorio de la monarquía española era patrimonio suyo; y hedonista", asegura Parra...

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