En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.
La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.
El objetivo de la serie no es realizar un análisis
de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en
Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se
indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y
personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los
textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea
el caso, con indicación de su fuente. Este octogésimo sexto artículo se refiere
a temas y personajes que van desde Camilo
Henriquez (1769 – 1825) hasta Mariano Moreno (1778 – 1811). Veamos:
Camilo Henriquez (355) – “….Nació en
Valdivia el 20 de julio de 1769. Sus padres fueron don Félix Henríquez y la
señora Rosa González.
Su innegable vocación religiosa lo llevó a
ingresar al convento de San Camilo de Lelis, en la ciudad de Lima, iniciando su
noviciado en esta orden caritativa. Fue ordenado sacerdote en 1790 y profesó en
la orden de la Buena Muerte, congregación dedicada a atender a los moribundos
pobres.
Durante su formación sacerdotal afloró en su
personalidad un gran interés por diversos campos del saber, más allá de la
religión. De este modo y contraviniendo las prohibiciones de la Iglesia estudió
a los filósofos Ilustrados, y profundizó en “El Contrato Social “ de Jean
Jacques Rousseau. Sus superiores al conocer estos deslices intelectuales lo
procesaron por el Santo Oficio de la Inquisición.
Fue castigado y enviado a Quito, donde
comenzaba a gestarse la revolución independentista que llevó a los ecuatorianos
a crear su primera Junta de Gobierno. La violenta represión a la que fueron
sometidos los criollos, le impulsó a escribir una obra de teatro llamada “La
Camila “ o “La Patriota Sudamericana”.
En 1811 logró volver a Chile, entusiasmado
por el proceso político de liberación que vivía el país e inició inmediatamente
su participación política. Redactó la Proclama de Quirino Lemachez, en el que
instaba a los chilenos que se identificaban con las ideas revolucionarias y
cuyo objetivo era formar un Congreso Nacional. Una vez instalado éste, ocupó el
cargo de Diputado suplente por Puchacay. Al inaugurase las sesiones de la
Corporación, Camilo Henríquez sostuvo en el sermón, que la Religión Católica
autorizaba al Congreso para que el país tuviera una Constitución.
El gobierno de Don José Miguel Carrera
entendía que una de las tareas más importantes consistía en la difusión de las
ideas independentistas. Para ello pidió a Camilo Henríquez que creara un
periódico cuya principal misión fuera poner en conocimiento del pueblo la
importancia de su liberación y que la apoyara. De este modo Fray Camilo fundó “La
Aurora de Chile”, que se transformó en el primer periódico que circuló en el
país. Desde sus columnas el fraile instó al pueblo a formar un gobierno
independiente. Las críticas de las autoridades de gobierno no compartieron
estos puntos de vista y pretendieron censurar el periódico. Fray Camilo se
rebeló y en 1813 publicó otro periódico que llamó “El Monitor Araucano”.
En 1811, promovió un plan de organización de
la instrucción pública en el que muchos ven la génesis del Instituto Nacional.
Como muchos de sus compatriotas debió exiliarse en Buenos Aires, donde colaboró
en la redacción de “La Gaceta de Buenos Aires” y en “El Censor”.
Fray Camilo tenía temor de regresar a Chile
por su relación con los hermanos Carrera, pero, O’Higgins reconoció sus méritos
y a su regreso le nombró bibliotecario de la Biblioteca Nacional, encargándole,
además, la edición de dos Boletines, “La Gaceta Ministerial” y otro sobre temas
estadísticos.
Diputado suplente por Puchacay en el Primer
Congreso Nacional de 1811.
Senador en el Senado de 1812, también ocupó
el cargo de secretario el 10 de noviembre de 1812 al igual que en el Senado
Consultivo de 1814.
Diputado por Valdivia en la Convención de
1822, ocupando también los cargos de Secretario y Primer Secretario. Consejero
en el Consejo de Estado de 1823, siendo a la vez Secretario. Diputado suplente
por Valparaíso en la Asamblea Provincial de Santiago de 1823. Diputado suplente
por Chiloé en el Congreso Constituyente de 1823 y Secretario Redactor de
Debates. Diputado por Copiapó en el Congreso de 1824 a 1825. En el desempeño de
este último cargo propuso la edición de un periódico que diera publicidad a las
sesiones del Congreso Nacional.
Falleció en Santiago el 16 de mayo de 1825 y
el Gobierno decretó luto por tres días…..” (https://www.bcn.cl/historiapolitica/resenas_parlamentarias/wiki/Camilo_Henr%C3%ADquez_Gonz%C3%A1lez). También puede verse:
(http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-564.html);
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/henriquez.htm);
(http://www.auroradechile.cl/newtenberg/681/article-2749.html, recopilación bibliográfica realizada por
newtenberg.com);
(https://web.observador.cl/quien-era-camilo-henriquez-considerado-el-padre-de-la-prensa-en-chile/);
(https://historiadevaldivia-chile.blogspot.com/2010/06/fray-camilo-henriquez_14.html, Julo C.Avendaño);
(https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872010000800020, por Dr. Ricardo Zalaquett S.);
(https://radio.uchile.cl/2015/05/21/presidenta-no-puede-mal-usar-el-nombre-de-camilo-henriquez/, por Matías Sagredo Zaldivar).
Los cabildos (354) – “….El Cabildo fue un organismo representativo de la comunidad, que velaba por el buen funcionamiento de una ciudad y tenía jurisdicción sobre el territorio de la misma. El concejo o cabildo estaba compuesto por los alcaldes o jueces municipales y por los concejales o regidores. El número de los primeros oscilaba de uno, en las pequeñas poblaciones, a dos en las demás; el número de los segundos variaba según la importancia de las ciudades: en villas y pueblos solía haber de cuatro a seis; en las urbes destacadas ocho; en las capitales virreinales, doce o más.
Los alcaldes ordinarios ejercían su mandato por un año, al
igual que los regidores, aunque hubo casos de ciudades con regidores perpetuos
nombrados por el conquistador-fundador o por el propio monarca. Durante los
siglos XVII y XVIII la Corona, por necesidades económicas, vendió estas plazas
al mejor postor.
Además de los alcaldes y regidores, el Cabildo se compuso
de una serie de funcionarios entre los cuales se pueden señalar al alférez real
(heraldo y portaestandarte de la ciudad), el depositario general (de los bienes
en litigio), el fiel ejecutor (inspector de pesas y medidas y de los precios en
tiendas y mercados), el receptor de penas (recaudador de multas judiciales), el
alguacil mayor (jefe de la policía municipal), el procurador general
(representante de los vecinos ante el Cabildo) y un escribano (o secretario que
levantaba acta).
Las funciones del Cabildo iban desde el buen gobierno de la
ciudad, el control del presupuesto y de las rentas del municipio y el correcto
abastecimiento de víveres, hasta la persecución de la delincuencia y la
administración de la justicia local.
El Cabildo trabajaba a través de sesiones, algunas de las
cuales eran públicas y otras privadas. En circunstancias especiales se
efectuaban cabildos abiertos, donde participaban los vecinos más connotados de
la ciudad. Sin embargo, la norma general fueron las sesiones privadas…..”
(http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/america/html/1_2_4.html).
También
puede verse:
(https://dle.rae.es/cabildo); (http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-592.html);
(https://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/702/690);
(https://www.jstor.org/stable/165402, por Francisco
X. Tapia);
(https://revistadehistoria.es/cabildo-en-la-america-espanola/);
(https://refa.org.ar/file.php?tipo=Contenido&id=230, por José Luis
Caño Ortigosa);
(https://definicion.de/cabildo/);
(https://www.gob.mx/inafed/articulos/en-1519-se-creo-el-primer-cabildo-en-la-nueva-espana);
(https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10609164.2018.1481270?journalCode=ccla20. Por María
Luisa Domínguez-Guerrero & José Miguel López Villalba);
Cabildo de Buenos Aires de 1810 (354) – “….El 25 de mayo de 1810 dio origen a un gobierno autónomo y provisorio para tutelar los derechos del monarca español Fernando VII en el virreinato del Río de la Plata. Había sido rey entre marzo y mayo de 1808, luego de disputarle la corona a su padre, Carlos IV. Obligado a abdicar por Napoleón Bonaparte, quien había ocupado España, el emperador colocó en el trono a su hermano José, más conocido como Pepe Botella, por su afición a la bebida. A Fernando VII lo mantuvo cautivo en Valencay, un castillo a 300 kilómetros de París, aislado del mundo. España se quedaba sin rey.
Entre julio
y septiembre aparecerían 18 juntas en España, depositarias de la soberanía del
rey. Cada una disponía de su ejército, pero la imposibilidad de
centralizar el mando provocó que fueran cayendo una tras otra.
Cuando
sucumbió la Junta Central de Sevilla, último bastión de la monarquía española, en
Buenos Aires, tal como ocurrió en otros lugares de la América española, se
sostuvo que el virrey debía renunciar.
Así nacería
la Junta Superior Provisional
Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del señor Don
Fernando VII. Este organismo basaba su legitimidad en el
principio de retroversión de la soberanía de los pueblos, por estar el rey
Fernando VII cautivo de Napoleón. La Primera Junta juró fidelidad
y lealtad a ese rey, pero aún no se habían puesto sobre la mesa ideas
independentistas, que no entusiasmaban a muchos…..
La frase
que quedó en la historia el día 25, "el pueblo quiere saber qué se
trata", aludía a las discusiones dentro del Cabildo……
A las 3 de la
tarde, con la jura de sus miembros, nacía la Primera Junta de Gobierno.
Su presidente
sería Cornelio Saavedra; secretarios, Mariano Moreno y Juan José Paso; vocales:
Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Domingo Matheu, Juan Larrea, Miguel de Azcuénaga
y Manuel Alberti.
Esta semana
pasaría a la historia como la Revolución de Mayo. Lo qué pasó con
ella es otra historia……”
(https://argentear.com/25-de-mayo-1810/);
(https://www.clarin.com/ciudades/cabildo-buenos-aires-historia-monumento-mutilado_0_HJ1F6-fk7.html);
Cancelación de hipotecas religiosas (355) – “….Javier Tusell (Historia de España, Tusquets, 1998) estimó que el proceso desamortizador de bienes eclesiásticos, que tuvo lugar en España durante el siglo XIX, afectó entre un 12 y un 15% del total de la propiedad inmobiliaria. Tal ingente pérdida de propiedades de la Iglesia Católica sólo y únicamente se entiende si se tiene en cuenta la existencia en ese mismo siglo y momento de un auténtico y radical proceso revolucionario. Un proceso de cambio en la titularidad del Poder político, desalojando a unos e instalándose otros, no dentro de una alternancia prevista en las normas constitucionales, sino por rupturas, bien manifiestas de la legalidad cambiada con violencia, bien no tan manifiestas, como las fraudulentas, pero con idéntico resultado: la conquista del Poder. Y un proceso revolucionario que tuvo como factor esencial y desencadenante la invasión napoleónica.
La
revolución con la que comenzó el siglo XIX español fue la conocida como
«revolución liberal», muy estudiada por historiadores como Tomás y Valiente,
Vicente Palacio Atard, Joseph Pérez y el vasco, recientemente fallecido, don
Miguel Artola. Tomás y Valiente, en su manual de Historia del Derecho español, la definió del siguiente modo: «Un proceso
estructural que transformó las bases del Antiguo Régimen y creó las condiciones
jurídicas y políticas necesarias para la constitución de una sociedad dominada
por la burguesía, organizada políticamente bajo la forma de Estado liberal y
caracterizada por la implantación y desarrollo de unas relaciones capitalistas
de producción y cambio». De Miguel Artola es el excepcional doble volumen Los orígenes de la España Contemporánea, publicados en el año 2000.
La
peculiaridad de ese proceso revolucionario, según el profesor Artola, consistió
en que no hubo un cambio en las fuerzas productivas, teniendo lugar dentro de
un sistema económico y exclusivo de carácter agrario. Y por ser esa Revolución
un proceso, tuvo un comienzo en el reinado de Carlos IV y un final discutible,
y por ser agraria, transformó el régimen jurídico de la propiedad de la tierra,
con tres tipos de medidas principales: la abolición del régimen señorial, la
desvinculación de los mayorazgos y la desamortización. Uno de los mejores
estudios de esta última fue de Tomás y Valiente, titulado El marco político de la desamortización en España....
Surge así
el concepto de desamortización, civil y eclesiástica, que, en cuanto concepto
no plantea problemas (no haremos referencia a los importantes aspectos
financieros), siendo sencillo su concepto, pues es la transferencia coactiva de
fincas pertenecientes a las llamadas «manos muertas», de municipios y de la
Iglesia, primero al Estado (llamados Bienes Nacionales) y luego vendidas al
mejor postor en subasta pública. Los complejos problemas de la desamortización
eclesiástica, vendrán, en primer lugar, de su compleja regulación, los R.D.
19/2/1836 (sobre bienes del clero regular) y R.D. 29/7/1837 (sobre bienes del
clero secular y supresión del diezmo), una legislación radical e irreversible
de Mendizábal, Jefe de Gobierno en 1836 y Ministro de Hacienda; y con problemas
por la existencia de una legislación contraria a la desamortización a cargo de
los gobiernos moderados o conservadores, azuzados por la Iglesia durante el
siglo XIX……” (https://www.plataforma-ekimena.org/la-desamortizacion-y-las-inmatriculaciones/, por Ángel Aznarez Fuentes). También puede verse:
(http://www.gibralfaro.uma.es/historia/pag_1872.htm, por Luies Antonio óodenas)
(https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-54552008000100009, por Guillermo Herriezuelo Conde); (https://www.requena.es/sites/default/files/files/libro_desamortizacion_alfonso_garcia_completo_21.pdf, por Alfonso García Rodríguez); (http://montesdelacuenca.org/El%20proceso%20de%20desamortizacion%20de%20la%20tierra.pdf, por Francisco Tomás y Valiente); (http://www.economia.unam.mx/amhe/memoria/simposio10/Peer%20SCHMIDT.pdf, por Peer Schmidt); (https://viajesjuridicos.com/2019/05/02/desamortizacion/);
(http://opendata.dspace.ceu.es/bitstream/10637/3377/1/Lecci%C3%B3n%20Magistral%20Fac%20%20Derecho%202011.pdf, por Alfredo García Gárate); (https://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/134/pdf/carlosCortez.pdf, ;por Juan Carlos Cortés Máximo).
Mariano Moreno (354) – “…..Mariano Moreno (Buenos Aires, 23 de septiembre de 1778 – alta mar, 4 de marzo de 1811) fue un abogado, periodista y político de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Tuvo una participación importante en los hechos que condujeron a la Revolución de Mayo y una actuación decisiva como secretario de la Primera Junta, resultante de la misma. Moreno fue el ideólogo de esa revolución, abogado defensor de los derechos de los indios. Fue siempre fiel a sus ideales de liberación e ideología roussoniana aprendidos en la universidad más prestigiosa de la región en la época, la Universidad de Chuquisaca. Moreno fue uno de los que no se dejaron seducir por la princesa Carlota Joaquina, hermana del Rey de España Fernando VII de Borbón y esposa del príncipe Juan de Braganza, de Portugal ya que no consideraba que ella fuera la gobernante adecuada para la independencia de estos pueblos. La ilusión del Carlotismo, de todos modos, le duraría muy poco a los patriotas. Con sus escritos y exposiciones, Moreno contribuyó al desarrollo del libre comercio en el Río de la Plata. Además, en julio de 1810 la Junta lo designó para que redactara un Plan de Operaciones y el proyecto de estrategia política de la revolución, debido a la gran capacidad que Moreno tenía con la escritura y la oratoria.
Mariano Moreno
falleció en alta mar en la madrugada del 4 de marzo de 1811, a bordo de la
fragata inglesa “Fame”, en viaje a Gran Bretaña. Su cuerpo fue envuelto en una
bandera inglesa y arrojado al mar (28° 7’ S, a unos kilómetros de la costa
de Brasil, cerca de la isla de Santa Catarina), tras unas salvas de fusilería.
Según el testimonio
de su hermano Manuel Moreno y de Tomás Guido, sus secretarios y acompañantes en
ese viaje, murió debido a una convulsión producida por una sobredosis de un
medicamento administrado por el capitán del buque: cuando llegaron al gabinete
de Moreno, el capitán sostuvo que le había suministrado cuatro gramos de un
vomitivo de uso habitual en aquella época, elaborado con antimonio y tartarato
de potasa, 40 veces aquella dosis que se conoce como mortal.
Según comentó más
adelante Manuel Moreno:
“…Si Moreno hubiese sabido que se le daba tal cantidad de esa
sustancia, sin duda no la hubiese tomado pues a la vista del estrago que le
causó y revelado el hecho, él mismo llegó a decir que su constitución no
admitía sino una cuarta parte de gramo y que por tanto, se reportaba muerto.
Aún quedó en duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra sustancia
corrosiva, la que le administró, no habiendo las circunstancias permitido la
autopsia cadavérica. A ello siguió una terrible convulsión, que apenas le dio
tiempo para despedirse de su patria, de su familia y de sus amigos.”
Ambos
testigos conjeturaron posteriormente que fue envenenado por el capitán del
buque, y que la orden habría sido impartida por Saavedra. Pero las fuentes
historiográficas no confirman el hecho, y ni siquiera existe un móvil definido:
para Saavedra, su adversario ya había sido derrotado, y no tenía antecedentes
de hacer matar a sus enemigos. Por otro lado, Mariano Moreno no era un enemigo
de los planes británicos en el Río de la Plata, por lo que tampoco resulta
plausible la idea de haber sido asesinado por orden de la diplomacia
inglesa…..”
(https://argentear.com/mariano-moreno/). También puede
verse:
(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/moreno_mariano.htm); (https://www.historiadelnuevomundo.com/biografia-mariano-moreno/);
(https://www.elhistoriador.com.ar/mariano-moreno/, por Felipe
Pigna);
(https://comercioyjusticia.info/blog/leyes-y-comentarios/mariano-moreno-y-su-impronta-en-la-argentina-del-presente/, por Ismael
Arce);
(https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7074/1/mariano-moreno-construccion-discurso.pdf, por Ariel
Alberto Eiris)(;
(https://www.infobae.com/2016/03/05/1794869-la-misteriosa-muerte-mariano-moreno/, por Juan Thames. Ver también Apéndice abajo)
(https://www.britannica.com/biography/Mariano-Moreno);
(https://www.clarin.com/viva/mariano-moreno-heroe-quisieron-borrar_0_rJpIN3kv-.html);
(http://www.histal.net/personnages/mariano-moreno/, por Virginia
Tray)
Apéndice:
La misteriosa muerte de Mariano Moreno, por Juan Thames - 5 de marzo de 2016
EN: https://www.infobae.com/2016/03/05/1794869-la-misteriosa-muerte-mariano-moreno/
¿Enfermedad o envenenamiento? ¿Fatalidad o conspiración? La trágica desaparición del secretario de la Primera Junta, el 4 de marzo de 1811, es uno de los tantos episodios de nuestra historia convertido en materia de interminable polémica
El polémico secretario de la Primera Junta de Gobierno, Mariano Moreno, murió en alta mar, el 4 de Marzo de 1811 hace 205 años. Ya no integraba el gobierno patrio, pues había renunciado luego de la escandalosa votación del 18 de Diciembre de 1810, en la que se resolvió, contra la voluntad de Moreno, incorporar a los diputados de las Provincias, dando origen así a la llamada Junta Grande.
La hipótesis del
asesinato: "La gran conspiración"
La teoría más
difundida sostiene que Moreno fue asesinado por sus enemigos.
Afirma que agentes de Cornelio Saavedra habrían contratado el pasaje en la
fragata inglesa Fame;
o que espías saavedristas, dirigidos por Pedro Medrano, se habrían
asegurado de que embarcase en la Fame,
en Ensenada.
Para darle un tono
más conspirativo, se sostiene que la Junta Grande, conducida
por Saavedra y por el deán Gregorio Funes,
suscribió, el 9 de febrero de 1812 (pocos días después del embarque de Moreno),
con el comerciante norteamericano David Curtis de Forest un
contrato de provisión de armas para los ejércitos patrios. En el art. 5º de
dicho contrato se preveía que "para poner en ejecución el convenio deberá
Mr. Curtis ponerse antes de acuerdo con el enviado de esta Junta a la Corte de
Londres, señor doctor Mariano Moreno, cuya aprobación será requisito necesario
para que los comprometimientos de Mr. Curtis obtengan los de esta Junta".
El art. 11º del convenio establecía: "Si el señor doctor don
Mariano Moreno hubiere fallecido, o por algún accidente imprevisto no se
hallare en Inglaterra, deberá entenderse Mr. Curtis con don Aniceto
Padilla en los mismos términos que lo habría hecho con el doctor
Moreno". Una cláusula vista como de capciosa naturaleza profética, al
prever la muerte de Moreno.
Manuel Aniceto Padilla había
sido comisionado por la Primera Junta a Londres, desde Setiembre de
1810, para adquirir armamento. Allí se contactó con el legendario general
francés Charles-François du Périer Dumouriez, vencedor de Valmy (1792),
el primer gran triunfo de la Revolución Francesa contra la
Primera Coalición. Más tarde, Dumouriez, ante el riesgo de ser decapitado por
los jacobinos, abjuró de la República y se pasó al bando borbónico. En 1804 se
refugió en Inglaterra; sirvió como consejero del Ministerio de Guerra británico
y se relacionó con la industria de armamentos. Como Inglaterra no podía vender
armas directamente a la Junta para no resentir su alianza con España en la
lucha contra Napoleón, Dumouriez haría los contactos y las armas se venderían a
un particular norteamericano (Curtis) quien las llevaría al Plata.
El 31 de Julio de 1811, muerto Moreno y habiendo
arribado a Londres sus secretarios, Manuel Moreno y Tomás Guido,
éstos advirtieron que las armas adquiridas por Padilla estaban sobrevaluadas y
lo acusaron de "sacar partido de las presentes circunstancias, y (de)
recibir de la corte de Inglaterra una pensión de 300 libras en calidad de
espía", calificándolo además de "bribón, miserable parásito e
intrigante". También descalificaron a Curtis y a Dumouriez, inculpándolos
de "espionaje y quebrantadores de la fe pública". Esto hace suponer a
algunos que, en previsión de que Moreno tomara conocimiento de este
tráfico de armas y se opusiera a convalidar sobreprecios, estos traficantes
conspiraron, en combinación con el saavedrismo, para borrar del mapa al ex
secretario de la Primera Junta.
El Cabildo saavedrista consideró que la
reimpresión del Contrato social de Rousseau ordenada por Moreno era "más
bien perjudicial"
Para reforzar esta tesis, agregan que el Cabildo
saavedrista de Buenos Aires había expresado, en su oportunidad que "la
lectura de la reimpresión del Contrato social de Rousseau ordenada por el
doctor Moreno no sólo no es útil sino más bien perjudicial", sosteniendo
"superflua la compra de 200 ejemplares de la obra"; archivando de
este modo definitivamente el proyecto morenista de difundir la obra rousseauniana
en el Plata.
A ello agregan que, el 2 de febrero de
1811, Guadalupe Cuenca, la mujer de Moreno, recibió en su casa
un paquete sellado con un abanico, un velo y mitones de luto, con un anónimo:
"Mi estimada señora: Como sé que va usted a ser viuda, me tomo la
confianza de remitirle estos artículos que pronto corresponderán a su
estado".
Un testigo dijo haber oído al padre Azcurra
decir: "Ya está embarcado y va a morir"
Tiempo después, la
Asamblea del Año XIII constituyó una comisión para investigar a los Gobiernos
Patrios. En la causa de la muerte de Moreno, Pedro Jiménez, que había sido
oficial de la Secretaría de Guerra cuando el fallecido prócer era su titular,
contó que le sugirió a éste que se refugiara en algún lugar seguro
porque "corrían voces de que se lo quería asesinar". Otros
declararon que Moreno habría renunciado a la Junta por temor a que se lo
matase. El testigo Juan Madera declaró haber oído en Oruro (Alto Perú) al padre
Azcurra decir, sobre Moreno: "Ya
está embarcado y va a morir". Finalmente, el otro argumento que da
sustento a esta tesis es que la fragata Fame sí habría retornado a Buenos Aires, pero jamás lo hizo
su capitán, George Stephenson, lo que revelaría su participación en la trama
del asesinato.
La refutación de
la tesis conspirativa
Son varios los
argumentos esgrimidos contra la tesis antes expuesta. Cornelio Saavedra
no era un hombre sanguinario, ni vengativo. La única sentencia de muerte
que firmó (y a regañadientes) fue la de Santiago de Liniers. No era
su estilo matar adversarios. Ya había triunfado políticamente sobre
Moreno, y se lo había sacado de encima, cuando éste renunció
voluntariamente a la Junta y pidió ser enviado a Londres. No tenía sentido
matarlo. Es falso que Saavedra o sus agentes hubieran contratado el pasaje de
Moreno en la Fame.
Fue el mismo
Mariano quien decidió embarcarse en esa fragata, y rechazó los ofrecimientos de
su amigo Robert Ramsay, comandante de la goleta de guerra británica Mistletoe, de conducirlo en esta
nave, más ágil y mejor protegida, hacia Río de Janeiro, y desde allí hacia
Londres. Ramsay desembarcó a Moreno en el puerto de Ensenada, para trasbordar a
la fragata mercantil Fame.
A bordo lo esperaban sus secretarios: su hermano Manuel y Tomás Guido. No
obstante ello, Ramsay lo escoltó hasta que la Fame salió del Río de la Plata y rumbeó por el Atlántico,
hacia Río.
Moreno no viajó a Londres a comprar armas, sino a gestionar
respaldo para la Revolución
El hecho de que
espías saavedristas hubieran observado su partida sólo significa que se
aseguraron que Moreno no hubiera cambiado de opinión. La misma Junta Grande le
había pedido a Ramsay proteger a Moreno de un abordaje realista. De haber
querido matarlo, era más fácil dejarlo a merced de la escuadra de Montevideo.
La estrafalaria idea del tráfico de armas
Moreno no viajó a Londres a comprar armas, sino
a gestionar respaldo para la Revolución. En el camino, la Junta Grande le
encomendó que supervisara la compra de armas. De haber sido Moreno un
obstáculo para este negocio, ni siquiera lo hubieran designado para tal fin, toda
vez que la Junta ya contaba para ese rol, en Londres, con Aniceto Padilla. La
previsión de que, en caso de muerte o imposibilidad de Moreno, el contratista
se entendiera con Padilla, no hace más que considerar una posibilidad concreta
y común en la época: que el navío naufragara, u ocurriera alguna eventualidad
que le impidiera actuar al enviado. Éste nunca había gozado de salud rozagante.
Un viaje transatlántico demoraba tres meses: no
había posibilidad material de conspirar de ese modo
Además, el lapso que medió entre la renuncia de
Mariano a la Junta y su designación como embajador (fines de diciembre de
1810), y su partida (mediados de enero) hacía imposible confabular a
todos los miembros de la supuesta trama: Dumouriez y Padilla, en Londres,
Saavedra y Funes, en Buenos Aires, y Curtis, cuya presencia se
registra en la Capital, en febrero de 1811, cuando la Fame ya había partido. Un viaje
transatlántico demoraba unos tres meses, por lo cual no había posibilidad
material de conspirar de ese modo. En Londres no se sabía aún que Moreno había
sido designado representante, cuando éste murió; y, salvo que los hipotéticos
conspiradores fueran adivinos, nadie sabría cómo iría a reaccionar ante el
contrato de provisión de armas, que estaba yendo –supuestamente- a desbaratar.
La oposición del Cabildo a la impresión
del Contrato Social de
Rousseau, fue una simple decisión, explicable porque los regidores veían las
ideas de la Revolución Francesa lesivas al sentir religioso del pueblo. Por
otro lado, la trama de amenazas y anuncios de pronta muerte se explican por el
alto grado de agresividad y de conflicto político entre morenistas y
saavedristas al que se había arribado entre 1810 y 1811. El mismo
Saavedra contó que Moreno pretendía encarcelarlo y ajusticiarlo. Mariano,
por su carácter, tenía muchos enemigos que no dudarían en amenazarlo,
sabiéndolo alejado del gobierno. Amenazas cruzadas invocando la muerte de
Moreno y Saavedra (los líderes de los dos bandos enfrentados) eran moneda
habitual en la época.
El Capitán del Fame
Que el capitán de la Fame nunca haya retornado a
Buenos Aires, no tiene por qué significar que fue parte de una conspiración. El
Plata era por entonces un destino marginal en la navegación mundial. No
teníamos puertos de gran movimiento, como los europeos, los de América del
Norte, el Caribe, Australia, África o la India. Además, se trataba de un
oficial sin lazos ni intereses en el Plata, como para que se prestase a
participar en alguna conspiración local, en la cual no tenía arte ni parte
alguna.
Ambos apuntaron siempre a una única e
imprudente dosis de emético que le suministró el capitán
Ni Tomás Guido, ni Manuel Moreno acusaron a Saavedra, ni a nadie, de la muerte del prócer. Ni siquiera cuando aquel cayó en desgracia. Ambos apuntaron siempre a una única e imprudente dosis de emético que le suministró el capitán (y no una serie de aplicaciones como erróneamente dicen algunos, creyendo que se trató de un envenenamiento progresivo).
En la época no había tantos médicos; tampoco
había muchas Facultades de Medicina en el mundo. No todos los barcos tenían
médicos. De hecho, el Fame carecía
de un facultativo a bordo. A falta de profesionales, el propio capitán disponía
de un modesto botiquín, donde según su experiencia y su pobre saber o entender,
aplicaba una u otra solución al pasaje que se enfermaba. Moreno siempre tuvo
una salud endeble, y en ocasiones estuvo al borde de la muerte. Ante los
síntomas de descompostura que refería, el capitán debió haber pensado que con
un fuerte vomitivo, solucionaría sus malestares. Sin embargo, fue peor el
remedio que la enfermedad, y el pobre agonizó durante tres días, hasta
perecer, "a los 28º 07' Sur en la madrugada del 4 de Marzo de 1811",
"en los 32 años 6 meses y un día de edad", como consignara su
hermano.
Habían transcurrido 38 días de zarpar; y hacía bastante tiempo que la calma chicha había afectado al buque, que permanecía casi inmóvil, por falta de vientos. Por eso fue imposible que la fragata se dirigiera a otro destino, como pretendía Manuel Moreno. El ex secretario de la Primera Junta falleció casi enfrente de la Isla de Santa Catalina; hoy destino favorito de muchos argentinos, para vacacionar….” (También pueden verse enlaces sobre Mariano Moreno arriba).
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