Saturday, December 14, 2019

Temas y personajes (23) en “El espejo enterrado” de Carlos Fuentes: Desde Bartolome Dias hasta Carlos V, por Javier J. Jaspe


En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.  

La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en 2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el  descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio 2005, 590 páginas.

El objetivo de la serie no es realizar un análisis de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (JJJ). Los textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea el caso, con indicación de su fuente. Este vigésimo tercero artículo se refiere a temas y personajes que van desde Bartolome Dias (hacia 1450 – 1500) hasta Carlos V (1500 – 1558). Veamos:

Bartolome Dias (124) – “…(Bartolomeu Dias de Novaes, llamado Bartolomé Díaz por los españoles; ?, hacia 1450 - cerca del cabo de Buena Esperanza, 1500) Navegante portugués que dobló por primera vez el cabo de Buena Esperanza, preparando así el camino a la definitiva expedición de Vasco da Gama (1497-1499), que llegaría hasta la India y supondría la apertura de una nueva ruta comercial entre Europa y Asia. Descendiente de Dinis Dias, descubridor de Cabo Verde, Bartolomeu Dias realizó en 1487-88 un viaje a la costa africana por encargo de Juan II, en busca del mítico Preste Juan y de otras noticias traídas por anteriores expediciones portuguesas; sin lograr aquellos objetivos, el viaje recorrió la costa occidental de África hasta doblar el cabo de Buena Esperanza, que llamó «Cabo de las Tormentas» por haberle asaltado allí una terrible. Dias (que en principio no se dio cuenta de ello) había descubierto el paso marítimo entre el océano Atlántico y el Índico por el sur de África. Regresó a Portugal presionado por el descontento de su tripulación, sin haberse adentrado a explorar el nuevo Océano ni sus costas. En lo sucesivo, sin embargo, su carrera declinó, al preferir el rey a otros navegantes, como Vasco da Gama y Cabral, en cuyos viajes figuró Dias como subordinado. Navegando con Cabral participó en el descubrimiento del Brasil (1500) y desapareció durante una tormenta en el cabo de Buena Esperanza (que él mismo había descubierto 12 años antes y que había recibido ya ese nombre por orden de Juan II)…. A lo largo de la segunda mitad del siglo XV los navegantes portugueses realizaron varios intentos de alcanzar el extremo sur de África, con la intención de encontrar una ruta que les llevase hasta la India y sus especias. Bartolomeu Dias procedía de una familia de marineros, y antes de emprender la decisiva expedición que cruzaría el cabo de Buena Esperanza había ya tomado parte en numerosas expediciones, como el viaje por la costa africana que inició en 1481. La expedición que le daría fama comenzó en 1487, cuando recibió la orden del rey Juan II de navegar por el litoral africano tan al sur como fuera posible y descubrir si África estaba unida a la India, como proponía el geógrafo Ptolomeo, o era un continente independiente. Se trataba de la culminación de los preparativos del difunto Enrique el Navegante. Y estaba en juego el control del comercio de especias. La flotilla de tres barcos con la que Bartolomeu Dias se dispuso a llegar hasta el límite sur de África para acceder a la India zarpó de Lisboa en el verano de 1487…. Uno de los hechos más curiosos de esta exploración es que Bartolomeu Dias y sus hombres no se percataron del momento en que superaban el cabo de Buena Esperanza y entraban en el océano Índico. Una fuerte tormenta sorprendió las dos naves, y cruzaron el mítico lugar mientras se debatían contra la fuerza de los vientos y la mar. Una vez salvado el temporal, Dias buscó la costa navegando hacia el este, como había hecho siempre, pero en esta ocasión no encontró tierra y cambió el rumbo hacia el norte. El 3 de febrero de 1488 arribó a una bahía, a la que puso el nombre de bahía dos Vaqueiros….. En el viaje de vuelta, Dias avistó el cabo de Buena Esperanza, con lo que se convenció de que había logrado superar el extremo sur de África. Con esta satisfacción regresó a Portugal, arribando a Lisboa en diciembre de 1488. En los años siguientes, Bartolomeu Dias continuó vinculado a la exploración naval. En 1494 se encargó de preparar la flota que habría de llevar a Vasco da Gama hasta la India y navegó él mismo hasta Cabo Verde, en la costa africana, donde estableció un puesto avanzado para el comercio. Años más tarde, en 1500, Dias se unió como capitán de uno de los barcos a la expedición de Pedro Álvares Cabral, con destino a la India. Los vientos desviaron a la flota hacia el oeste, y los portugueses acabaron recalando en la costa de Brasil, en América. Un mes después, la flota volvió a zarpar con rumbo este, cruzó el Atlántico y se dispuso a flanquear el cabo de Buena Esperanza. Sin embargo, pronto se vieron envueltos en una terrible tormenta que hundió varias naves, entre ellas, la de Bartolomeu Dias, que pereció en las aguas.” (http://www.geoinstitutos.com/quien_fue/bartolome-diaz.asp). También puede verse: (https://www.lifeder.com/bartolome-diaz/, Marco Ibarra); (https://www.allianz-assistance.es/blog/viajes/viajeros-ilustres-bartolome-diaz/); (http://grandesviajeros-tiempodeviajar.blogspot.com/2014/03/bartolomeu-dias-1450-1500.html); (https://personajeshistoricos.com/c-viajeros/vasco-da-gama/); (https://www.historia-en-mapas.com/los-grandes-descubrimientos).
Vasco de Gama (124) – Vasco da Gama nació alrededor del año de 1469 en el puerto de Sines, provincia de Alemtejo del reino de Portugal. Era hijo de una antigua familia noble, lo cual le permitió recibir una buena educación. Su padre Esteban da Gama era Alcalde Mayor de Sines y cumplía importantes responsabilidades en la corte del rey Juan II. Al regreso de Bartolomé Dias (1487), el monarca encomendó al padre del futuro descubridor de la ruta a la India, el proyecto de encabezar la siguiente expedición rumbo a la costa occidental africana. Sin embargo, tanto el rey como Esteban fallecieron, por lo cual esta empresa no pudo concretarse. En 1497 el nuevo monarca, Manuel I el Afortunado, decidió retomar la exploración del continente africano y la búsqueda de un paso a las Indias Orientales. El joven Vasco da Gama parecía la persona apropiada para encomendarle esta empresa, pues había sobresalido en la defensa militar de las factorías portuguesas de Guinea. En enero de 1497 se le otorgó la misión de llegar a la India por vía marítima, siguiendo la ruta trazada por Dias. El 8 de julio del mismo año, Vasco da Gama zarpó desde la bahía de Lisboa al mando de cuatro naves y 150 hombres. El viaje resultó todo un éxito, ya que en mayo de 1498 los portugueses arribaron a Calicut en la costa de Malabar (India). La flota emprendió un penoso regreso en octubre de 1498, llegando a casa apenas un tercio de quienes habían iniciado la travesía. En Portugal, Vasco da Gama fue recibido con elogios, recompensado económicamente y honrado a utilizar el dom (don) delante de su nombre. Poco después se hizo merecedor del título de Almirante de la India, recibió un alto salario y derechos feudales sobre Sines. En 1502, Vasco da Gama fue nuevamente enviado a la India, para vengar los agravios de que habían sido objeto los portugueses que allí se habían establecido tras el viaje de Pedro Alvares Cabral. Así, al frente de una imponente flota, compuesta por veinte barcos, partió a salvaguardar los intereses comerciales lusitanos amenazados por los árabes en la India. En el camino fundó una serie de colonias en la actual Mozambique, las cuales permanecieron en manos portuguesas hasta el siglo XX. Una vez en Calicut, da Gama subyugó violentamente a sus enemigos árabes e indios e impuso la paz. En 1503 volvió a su suelo natal con una valiosa carga de las codiciadas especias, avaluada en más de un millón en oro. En adelante, Vasco da Gama llevó una buena vida en Portugal y recibió el título de conde de Vidigueira en 1519. Recién en 1524, investido como virrey de la India, volvería a prestar sus servicios como navegante y realizó un tercer viaje a dichas comarcas con el objeto de frenar la corrupción de las autoridades lusitanas. No obstante, el destino lo enfrentó a la muerte, tan solo tres meses después de su arribo a Cochin. Corría el mismo año de 1524. Quince años más tarde sus restos fueron trasladados a Vidigueira, donde se encuentran hasta el día de hoy.” (http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/expansion/HTML/p320b.html). También puede verse: (https://www.monografias.com/trabajos105/historia-descubrimientos-cristobal-colon-basco-do-gama-pedro-alvarez-y-otros/historia-descubrimientos-cristobal-colon-basco-do-gama-pedro-alvarez-y-otros.shtml); (https://personajeshistoricos.com/c-viajeros/vasco-da-gama/) (http://www.efemeridespedrobeltran.com/es/eventos/mayo/vasco-de-gama.-hoy-20-de-mayo-de-1498-vasco-de-gama-llega-a-la-india):

Pedro Álvarez Cabral (jjj) – Sobre Pedro Alvares Cabral, uno de los mayores navegantes portugueses de este período, las informaciones biográficas son mínimas y son muy escasas las noticias sobre su vida. Presumiblemente nació en el año de 1460 en la región de Belmonte. Su padre era gobernador de Beira y Belmonte y muy cercano a la persona del rey Manuel I. Estas mismas vinculaciones llevaron a Alvares Cabral a contraer matrimonio con Isabel de Castro, hija del prestigiado comerciante Fernando de Noronha. Debido a su vasta experiencia náutica y su pericia como marinero, Alvares Cabral ganó la confianza del monarca, quien en 1499 lo comisionó para continuar el trabajo iniciado por Vasco da Gama. A comienzos del año de 1500 recibió el mando de una flota, cuya misión era establecer relaciones comerciales permanentes con la India e instalar allí factorías portuguesas. No obstante, este viaje alcanzaría celebridad no por lo realizado en la India sino por un accidente de navegación que desvió a la flota hacia el occidente. De esa forma, en abril de 1500, los vientos llevaron a Alvares Cabral a las costas de Sudamérica, convirtiéndose en el "descubridor de Brasil", aunque no fue el primer europeo en arribar ahí. De hecho, tres meses antes un antiguo compañero de Colón, Vicente Yañez Pinzón, ya había recorrido la costa brasileña, sin saber que se trataba de un territorio desconocido. Alvares Cabral tomó posesión de esta tierra en nombre del rey Manuel I, quien por el tratado de Tordesillas la reclamaría para Portugal, y la bautizó como Isla de la Santa Cruz. En agosto de 1500, tras sufrir la pérdida de varias embarcaciones, la expedición llegó a la India. Si bien en un comienzo hubo violentas disputas con los comerciantes musulmanes de Calicut, el almirante logró un acuerdo con el príncipe de Cochin para establecer una factoría. A continuación, Alvares Cabral se dirigió a Ceilán, donde cargó sus navíos con ricas mercancías y regresó a Portugal en 1501. Lamentablemente, no tenemos información sobre su vida una vez de vuelta en su tierra. Sólo podemos agregar que, según se cree, perdió el favor real y falleció alrededor de 1520 cerca de Santarem.” (http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/expansion/HTML/p330b.html). También puede verse:

Carlos V (120)    “…Carlos I de España y V de Alemania nació el 24 de febrero de 1500 en Gante. Era español por su madre Juana de Castilla y por sus abuelos Fernando e Isabel, los Reyes Católicos; alemán, por su abuelo paterno el emperador Maximiliano; borgoñón por su padre Felipe I el Hermoso y por su abuela María de Borgoña, esposa de Maximiliano I e hija de Carlos el Temerario.      De su educación se encargaron Margarita de Austria, su tía, y el cardenal Adriano de Utrech, quien en un futuro sería el Papa Adriano VI.      Cuando murió su padre, en 1506, recibió Holanda, Luxemburgo, Artois y el Franco Condado a lo que se añadiría Aragón, Navarra, Castilla, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, y los territorios ya conquistados en América que heredó a la muerte de su abuelo materno Fernando el Católico, en 1516. Además, en 1519, por parte de su abuelo paterno Maximiliano I obtuvo los territorios austríacos de los Habsburgo y fue elegido emperador de Alemania.  Así, Carlos fue rey de España de 1516 a 1556 y emperador de Alemania de 1519 a 1556. Influido por el erasmismo en la primera etapa de su reinado, trató de hacer realidad el inicio de un imperio universal cristiano, pero para ello necesitaba el Milanesado como medio de unión de sus reinos. Lo consiguió en 1526, a través del Tratado de Madrid, y también el ducado de Borgoña al vencer en 1522 a Francisco I en Bicoca y en 1525 en Pavía. Pero el rey francés se alió con Clemente VII y los príncipes italianos independientes en la Liga de Cognac, declarando la guerra al emperador. La paz de Cambrai en 1529 resolvió la recuperación del ducado de Borgoña por Francisco I. Ante el problema religioso alemán mostró una actitud conciliadora, manifestada en la Dieta de Habsburgo, que fracasó por el radicalismo de los príncipes protestantes alemanes. Esta política imperial no fue bien entendida por los españoles y motivó el levantamiento de las Comunidades en Castilla, protagonizado por la pequeña aristocracia y burguesía de las ciudades….Las disidencias religiosas produjeron la crisis del erasmismo en la concepción política de Carlos I, quien se propuso dar una solución personal al problema religioso. Los príncipes alemanes que habían rechazado la Dieta de Augsburgo se unieron en la Liga de Esmalcalda, que se alió con Francisco I en 1832, y éste con el sultán turco Solimán el Magnífico. Carlos obligó a Solimán a levantar el cerco de Viena y tomó Túnez en 1535, pero no pudo evitar que Francia ocupase Saboya. Esta situación fue confirmada por la tregua de Niza en 1538, pero en 1541 los turcos se apoderaron de Budapest y Francisco I se enfrentó con el emperador; la paz de Crépy en 1544 puso fin a este conflicto, comprometiéndose Francia a romper la alianza con Turquía y a luchar por la unidad de los cristianos. El final del reinado del emperador estuvo impregnado por los problemas germánicos. Se enfrentó, venciéndolos, a los príncipes alemanes en Mühlberg en 1547, pero el nuevo rey francés, Enrique II se alió con la Liga de Esmalcalda. El desastre de Innsbruck en 1552, donde estuvo a punto de ser prendido, le obligó a negociar la Paz de Augsburgo en 1555, que reconocía la libertad religiosa en Alemania y significaba la renuncia del emperador a su ideal de la unidad religiosa del imperio. Por otro lado firmó con Enrique II, que se había apoderado de Metz. Toul y Verdun, la tregua de Vancelles. Con Carlos, España conoció durante su reinado una etapa de máxima prosperidad económica; la colonización y conquista de América abrieron muchos mercados y la llegada de metales preciosos sirvió de impulso a todas las actividades económicas facilitando también las campañas bélicas del emperador, pero el alza constante de precios y la política imperialista, antieconómica, terminaron por arruinar las actividades económicas de Castilla y germinar una decadencia que se dejaría sentir a fines del siglo XVI. Las continuas amenazas y la mala situación financiera hicieron que el emperador abdicara en Bruselas el 25 de octubre de 1555, dejando el imperio alemán y las propiedades de los Austrias en Alemania a su hermano Fernando. Al año siguiente cedería a su y hijo Felipe II, España y sus colonias, Italia y los Países Bajos. Después se retiró al monasterio de Yuste en Extremadura, donde murió el 21 de septiembre de 1558.”

Apéndice

Así se repartieron el mundo España y Portugal en 1494: el Testamento de Adán que detestaba Francia, por César Cervera


“Durante unas durísimas negociaciones, España aceptó en Tordesillas que se realizara una división por meridianos como planteaba la bula «Inter caetera», si bien de forma más favorable a los intereses portugueses de la planteada por el Papa valenciano Alejandro V

Entre resignado y furioso, Francisco I de Francia reclamó al Papa con insistencia ver el testamento de Adánante las sucesivas bulas papales que reconocían la preeminencia española en la conquista de América. «El sol luce para mí como para otros. Querría ver la cláusula del testamento de Adán que me excluye del reparto del mundo y le deja todo a castellanos y portugueses», exclamó sobre los términos del Tratado de Tordesillas. En España y Portugal se llamaba directamente Testamento de Adán al Tratado de Tordesillas. Un acuerdo entre ambos países, donde medió el Papa valenciano Alejandro VI, para delimitar los territorios que Cristóbal Colón descubrió sin saberlo en 1492. Todo un continente repartido entre las dos grandes potencias imperiales de su tiempo. Y nada pudo hacer Francia, ni Inglaterra, ni Turquía frente a aquella preeminencia. Según concluyeron sus enemigos, es como si únicamente los ibéricos fueran hijos de Adán.
Como explica Carlos Canales y Miguel del Rey en «Las Reglas del Viento: cara y cruz de la Armada Española en el siglo XVI», «a partir del descubrimiento de nuevas tierras en el hemisferio occidental la historia cambió y se abrió una nueva era para la humanidad». Poca veces a lo largo de los tiempos ocurrieron tantas cosas importantes en una única década, la de 1490, es decir, la de 1492. A partir de esa fecha, los marineros españoles, portugueses y los italianos bajo su mando dibujaron un nuevo mundo repleto de riquezas y de posibilidades. Los océanos que no controlaba España era porque, de hecho, los dominaba Portugal. Rara vez en la historia se ha vivido un dominio igual de dos países sobre el resto del planeta….El Descubrimiento de Colón cambia el mundo -Al finalizar en 1479 la Guerra de Sucesión castellana, que involucró a Portugal a favor de Juana la «Beltraneja» en contra delos Reyes Católicos, se firmó el Tratado de Alcáçovas y se dio inicio a un periodo de acercamiento entre España y Portugal. El texto, además, dirimió varios asuntos territoriales pendientes entre ambas Coronas: las Islas Canarias pertenecían por derecho a Castilla; el reino de Fez, las islas Azores y Madeira, Cabo Verde, la Guinea y el derecho de navegación más allá de las Canarias, se le reconocían a Portugal. Si bien la navegación y el comercio atlántico no eran en ese momento una prioridad para los españoles, más tarde ese mismo tratado iba a suponer un obstáculo para las ambiciones hispánicas. La culpa de todo la tuvo un navegante supuestamente genovés, Cristóbal Colón. Tras ser rechazado su proyecto en la corte portuguesa de viajar hacia Occidente hasta dar con Cipango (Japón), logró que los Reyes Católicos lo financiaran. Es por esa espina clavada en su ego que Colón hizo escala en Lisboa en su viaje de vuelta y alardeó ante Juan II de que, después de todo, su descubrimiento sí había merecido la pena. A nivel internacional aquel gesto desencadenó una guerra. El Rey de Portugal creía que los términos del tratado de Alcáçovas habían sido violados con lo hallado por Colón y levantó una armada en las Azores para reivindicar los derechos sobre el Descubrimiento. Por el contrario, Fernando de Aragón no movilizó ninguna flota. Inició una ofensiva diplomática dirigida a obligar al Papa valenciano Alejandro VI a que «leyera en alto» el testamento de Adán e impulsara a España en su misión de evangelizar el nuevo mundo. Sus relaciones en ese momento con los Borgia eran buenas y pensaba sacar partido de sus concesiones aragonesas a la familia valenciana en la península: había apoyado que César fuera designado arzobispo de Valencia y que Juan se casara con una prima del Rey. No le decepcionó el segundo de los papas españoles. Alejandro VI había llegado al papado precisamente en 1492 (el año del Descubrimiento de Cristóbal Colón) y al regreso del navegante dictó cinco bulas en cuestión de un año («Inter caetera», «Piis fidelium», «Inter caetera» de mayo, «Eximie devotionis» y «Dudum siquidem») que reconocían los derechos españoles sobre las nuevas tierras, como explica Carlos Canales y Miguel del Rey en el citado libro. Estas bulas derogaban anteriores dictados y anulaban, a ojos de Dios, los tratados que reconocían los derechos portugueses en los mares y tierras africanos más allá de Canarias. Hasta tal punto que la «Eximie devotionis» fue otorgada por vía extraordinaria secreta y otorgaba a los Reyes Católicos los indultos y privilegios otorgados antes a Portugal en sus territorios de ultramar. El Tratado de Tordesillas, un reparto histórico - Obviamente, Juan II prefirió ignorar el arbitraje pontificio y hablar directamente con los Reyes Católicos. El Papa está comprado, debió pensar el portugués como si se tratara de un árbitro de fútbol sospechoso de favorecer a uno de los equipos. Tordesillas (Valladolid), donde años después se marchitaría Juana la Loca, fue el lugar elegido para iniciar las negociaciones entre ambos países en 1494. Los Reyes Católicos fueron representados por Enrique Enríquez de Guzmán, mayordomo mayor de los reyes, Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de la Orden de Santiago y contador real, y el doctor Francisco Maldonado; mientras que Juan II envió a Ruy de Sousa, su hijo Juan de Sousa y el magistrado Arias de Almadana. ¿Qué buscaba exactamente Portugal? En verdad todavía no se conocía la magnitud del Descubrimiento. No había razón para discutir por el reparto de algo desconocido, salvo porque el auténtico objetivo del Rey Juan II era mantener abierta la ruta con la India, tan lucrativa para Portugal desde que Turquía bloqueara las rutas mediterráneas. En principio la propuesta portuguesa era realizar una partición de territorios basada en latitudes, de modo que sus barcos pudieran dirigirse a la India bordeando África o a directamente a través del Océano Atlántico por el sur. Tras unas durísimas negociaciones, la respuesta española fue que, al contrario, la división se mantuviera por meridianos como planteaba la bula «Inter caetera», si bien de forma más favorable a los portugueses de la planteada por el Papa. Los portugueses aceptaron el arreglo. No así el Pontífice que, a modo de protesta, nunca confirmó el tratado y hubo que esperar a que Julio II lo hiciese por medio de la bula «Ea quae pro bono pacis» en 1506. Así, el texto reservaba para Portugal el Atlántico y los territorios que había hallado Castilla por un meridiano fijado a 370 leguas del archipiélago de Cabo Verde. A España se le reconoció la libre navegación por las aguas del lado portugués para viajar a América y se le otorgó derechos de evangelización y soberanía en las nuevas tierras occidentales. En la totalidad de esas tierras. O al menos eso era lo que se pensaba. La incapacidad técnica de realizar una partición exacta a lo firmado el 7 de junio de 1494 dio lugar a una serie de conflictos entre ambos países. En el año 1498 se descubrió una nueva ruta hasta la India y en 1500 Brasil, un territorio que se encontraba en la parte portuguesa del Tratado de Tordesillas. Pedro Álvares Cabral llegó a este territorio en abril de 1500 y, amparado en el tratado, procedió a tomar posesión en nombre del Rey de Portugal. No en vano, se trató de la fecha del «descubrimiento oficial», puesto que el español Vicente Pinzón ya había estado en los últimos días del mes de enero del año 1500 en el cabo de Santa María de la Consolación (identificado actualmente como cabo de San Agustín). A partir de 1530, la corona portuguesa inició la colonización de Brasil y expulsó a los franceses que merodeaban por las islas cercanas. Y no solo eso. Portugal transgredió en su colonización del continente americano la demarcación del Tratado de Tordesillas al avanzar paulatinamente desde el Brasil hacia el oeste y sur de América del Sur. Escudados en que se trataba de un error de medición, los portugueses sobrepasaron con creces las fronteras que señalaba la línea de Tordesillas. Las líneas del actual Brasil son el resultado de la carencia de instrumentos para determinar bien los meridianos y de las transgresiones portuguesas sobre el tratado. En cualquier caso durante sesenta años el tratado dejó de tener sentido legal con la unión dinástica y se terminaron parcialmente los conflictos territoriales. Los dos imperios que dominaban el mundo quedaron sellados bajo una misma monarquía. Cuando en 1578 el Rey de Portugal Sebastián I de Avís perdió la vida en una demencial incursión por el norte de ÁfricaFelipe II –emparentado con la dinastía portuguesa por vía materna– desplegó una contundente campaña a nivel diplomático para postularse como el heredero a la Corona lusa, que fue asumida brevemente por el Cardenal-infante don Enrique hasta su muerte. «El reino de Portugal lo heredé, lo compré y lo conquisté», aseguraría Felipe II. El Rey Prudente contaba con el apoyo de buena parte de la nobleza portuguesa y el beneplácito de las potencias europeas (más bien resignación), pero el levantamiento popular promovido por Antonio, el Prior de Crato, hijo bastardo del infante Luis de Portugal, obligó al Imperio español a iniciar las operaciones militares. La muerte del acuerdo: Tratado de Madrid - El país vecino rindió pleitesía a Felipe II en abril de 1581, siendo coronado como Felipe I de Portugal. El imperio donde no se ponía el sol suponía, en la práctica, un conjunto de territorios con sus propias estructuras institucionales y ordenamientos jurídicos, diferentes y particulares, que se hallaban gobernados por los monarcas españoles de la Casa de Austria o por sus representantes. Entre 1580 y 1640, los portugueses se cuidaron de ser ellos quienes gestionaban su imperio comercial bajo la supervisión general de Madrid, que abrió todo el mercado americano a los insaciables comerciante portugueses. No fueron los castellanos los que penetraron en las posesiones portuguesas, como tanto temieron aquellos que siguieron al Prior Antonio en sus revueltas, sino todo lo contrario. A principios del siglo XVII se sucedieron las quejas contra los omnipresentes comerciantes portugueses por parte de colonos castellanos, mexicanos, peruanos: «Los portugueses cada vez son más en las Indias españolas y llegan en todas las flotas, mientras que tienen buen cuidado en mantener a los castellanos alejados de las Indias Orientales». Además, los reyes otorgaron a exploradores portugueses capitanías y concesiones en la cuenca amazónico, penetrando los portugueses profundamente en la selva brasileña más allá de lo delimitado en Tordesillas. De este modo, cuando en 1640 se produjo la independencia de Portugal, los portugueses habían ampliado notablemente sus posesiones en virtud del precepto «Uti possidetis, ita possideatis» (quien posee de hecho, debe poseer de derecho). La independencia de Portugal y la sucesiva guerra entre ambos países dio lugar a que se transgrediera todavía más el maltrecho Tratado de Tordesillas, porque tanto España como Portugal establecieron nuevas ciudades en los territorios controlados por su enemigo. Hubo que esperar al Tratado de Madrid, firmado por Fernando VI de España y Juan V de Portugal el 13 de enero de 1750, para certificar oficialmente la muerte del de Tordesillas y definir los límites entre las respectivas colonias portuguesas y españolas en América del Sur.
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