En pocas palabras. Javier J. Jaspe
Washington D.C.
La serie que continuamos hoy ha sido inspirada por
un importante libro del renombrado autor mexicano, Carlos Fuentes, fallecido en
2012, considerado por muchos como una obra capital para el conocimiento de la
historia y cultura latinoamericanas. Me refiero a El espejo enterrado, con el cual Fuentes aporta su luminosa y
aleccionadora visión de los primeros 500 años transcurridos desde el descubrimiento de América por Cristobal Colón
en 1492. Esta obra fue publicada en su primera edición en México en 1998 y la
que utilizamos corresponde a la décimacuarta reimpresión (Taurus bolsillo), junio
2005, 590 páginas.
El objetivo de la serie no es realizar un análisis
de este libro, sino el de aportar breves textos adicionales encontrados en
Intenet, sobre temas y personajes mencionados en el mismo, en las páginas que se
indican entre paréntesis al lado de cada tema o personaje. Otros temas y
personajes podrán agregarse, caso en el cual se mencionará al lado: (jjj). Los
textos de Internet se transcriben en itálicas, en español o inglés, según sea
el caso, con indicación de su fuente. Este décimo noveno artículo se refiere a
temas y personajes que van desde Leonor de Guzmán (1310 – 1351) hasta María de
Padilla (1334 – 1361). Veamos:
Leonor
de Guzmán (jjj) – “Leonor de Guzmán. La Favorita. Sevilla, 1310 – Talavera de la Reina (Toledo), 1351. Noble,
protegida del rey Alfonso XI y madre del rey Enrique II de Trastámara (http://dbe.rah.es/biografias/14978/leonor-de-guzman)....“….Amante
del rey Alfonso XI, Leonor de Guzmán fue algo más. Compañera y madre de diez
hijos ilegítimos, actuó durante sus veinte años de relación con el rey como una
reina de hecho. Su hijo Enrique iniciaría la dinastía Trastámara al asesinar a
su hermanastro e hijo legítimo de Alfonso XI, Pedro I, apodado el Cruel…. Doña Leonor de Guzmán pertenecía a una de las
casas aristocráticas más importantes de Castilla. Su padre era Pedro Núñez de
Guzmán y su madre Juana Ponce de León. Como todas las mujeres nobles, su
familia le buscó un buen esposo, Juan Velasco, del que, a pesar de no haber
escogido, estaba enamorado. Pero su felicidad duró sólo tres años. Leonor
quedaba viuda con tan sólo 18 años…. Alfonso XI, rey de Castilla, estaba casado con
su prima, María de Portugal. Debido a su cercano parentesco necesitaron una
dispensa papal para poder contraer matrimonio. Un matrimonio que nunca gozó de
felicidad. María era una mujer de duro carácter, adusta, y, parece ser que poco
agraciada. Alfonso se había tenido que casar con su prima cuando ya conocía el
amor de manos de la bella e inteligente Leonor. De hecho, ya tenía con ella varios
hijos. Ante esta situación, el rey no tuvo inconveniente en mantener dos casas
y dos familias durante toda su vida. Pero mientras María, quien sólo le dio un
hijo legítimo, el futuro Pedro I, quedaba relegada de la vida política y de la
corte, Leonor actuaba como si fuera la reina de verdad. Tal y como afirma María
Jesús Fuente, Leonor recibía honores de reina y se comportaba como tal; no fue
una reina “de derecho” pero si lo fue “de hecho”. A excepción de algunos actos
en los que sí que aparecía la reina oficial, Leonor participó en los asuntos
públicos y privados del rey con total normalidad….. En 1350, después de
veinte años de feliz relación, el rey Alfonso XI murió en el sitio de Gibraltar
donde se infectó de la peste negra. No había cumplido los 40 años. Su hijo
legítimo, con 16 años, subía al trono. A su lado, la reina madre salía de una
larga prisión de olvido y desprecio por parte de su marido. A Leonor no le
sorprendió que María buscara pronto su venganza…. En 1351, sólo un
año después de la desaparición de Alfonso, María ordenaba la ejecución de su
eterna rival….. Leonor
pasó a la historia por ser la madre del que iniciaría la dinastía de la Casa de
Trastámara….Dieciocho años después de su muerte, en 1369, su hijo Enrique de
Trastámara asesinaba a su hermanastro Pedro I en el conocido como crimen de
Montiel….”
(https://www.mujeresenlahistoria.com/2011/03/reina-de-hecho-leonor-de-guzman-1310.html). También puede
verse: (https://mujeryedadmedia.blogspot.com/2017/01/leonor-de-guzman-favorita-de-alfonso-xi.html); (http://www.puzzledelahistoria.com/?cat=3450); (http://www.revistamansiegona.com/Articulos_indices/10/10_6Leonor.pdf, Carlos Solano
Oropeza y Juan Carlos Solano Herranz).
Enrique
II de Castilla (114) - “El 13 de enero de 1333 nacían dos gemelos en el Alcázar de Sevilla:
Enrique y Fadrique. Eran hijos del rey Alfonso XI y de
su amante Leonor de Guzmán. Nada hacía presagiar que el
mayor de ellos sería el fundador de una dinastía, los Trastámara, que
gobernaría en Castilla, Aragón y Navarra. Mientras Alfonso XI vivió, sus hijos
ilegítimos recibieron toda clase de privilegios. Enrique se convirtió por
entonces en conde de Trastámara. Los
problemas comenzaron con la muerte del monarca. El nuevo rey, hermanastro de Enrique, era Pedro I el Cruel o el
Justiciero. Instigado por su madre, María de Portugal,
persiguió a la amante e hijos bastardos de Alfonso XI. Tras años de
guerra, Enrique acabó matando a su hermano Pedro y
convirtiéndose en el primer rey de una nueva dinastía: los Trastámara. Los
avatares de la Historia hicieron que esta familia llegara a gobernar en los
distintos reinos peninsulares. Enrique II tuvo dos nietos. El mayor de ellos
sucedió a su padre Juan I como rey de Castilla con el nombre de Enrique III.
Fernando, el segundo de los nietos, se convirtió en rey de Aragón cuando el
hermano de su madre, Martín I el Humano, falleció sin descendencia. De esta
manera los Trastámara se hicieron con el control de
ambos reinos. (https://adrianyanez.es/2016/06/06/enrique-ii-el-rey-sevillano-que-fundo-una-dinastia/).....Enrique
II murió, según todos los indicios, a finales del mes de mayo del año 1379, en
la localidad de Santo Domingo de la Calzada. Su defunción, de acuerdo con la
versión transmitida por el cronista Pedro López de Ayala, fue “muy plañida de
todos los suyos”. Su cuerpo fue trasladado a Burgos, si bien finalmente fue
enterrado en una capilla de la catedral de Toledo……” (http://dbe.rah.es/biografias/6635/enrique-ii)
También puede verse:
Dinastía Trastámara (114) – “Castilla, 1369 - 1504. Aragón, 1412 –
1516.
Familia de la nobleza castellana que reinó en
Castilla y Aragón. El fundador de la dinastía fue Enrique II,
al que le fue concedido el condado de Trastámara en Galicia, por su padre el
rey Alfonso XI de Castilla. Enrique II,
nació en Sevilla en 1333,
fruto de las relaciones de Alfonso XI con su
favorita Leonor de Guzmán. Se convirtió en rey de
Castilla y de León al vencer a su hermanastro Pedro I en 1369 y
fue rey hasta 1379. Su reinado se caracterizó por los
privilegios que le concedió a la nobleza terrateniente, en la cual se había
apoyado para subir al trono. Le sucedió en el trono castellano su hijo Juan
I (1379-1390), quien fue aliado de Francia en la guerra de los
Cien Años e intentó sin éxito someter a Portugal, reclamando los derechos al
trono de su segunda esposa Beatriz de Portugal, sin embargo fue vencido en la
batalla de Aljubarrota (1385). Juan I fue sucedido por su hijo
Enrique III (1390-1406), casado con Catalina de
Lancaster, hija de Juan de Gante y de Constanza,
hija de Pedro I el Cruel. A Enrique III le sucedió,
siendo niño, Juan II (1405 - 1454). El sucesor de
éste, Enrique IV (1454-1474), fue atacado por un
importante sector de la nobleza, que intentó imponer a su hermano el
infante Alfonso, que falleció poco después de la farsa de
Avila (1465). Enrique IV a su vez fue sucedido por
su hermana Isabel I (1474-1504). Por otra parte, la
Corona de Aragón queda vacante al morir Martín el Humano,
reclamándolo Fernando I de Antequera, hermano de Enrique
III, que accedió a la Corona de Aragón por el Compromiso de Caspe
en 1412. Fue sucedido por su hijo Alfonso
V (1416-1458) y éste a su vez por su hermano Juan
II (1458-1479). El hijo de Juan II, Fernando II
"el Católico" (1479-1516) accede al trono al morir
su padre. Aunque siempre se ha considerado que los últimos Trastámaras fueron
los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, sin embargo la última Trastámara en
realidad fue la Reina Juana I de Castilla, aunque nunca
llegara a ejercer el poder.”
Ajedrez –juego árabe- (106, 107) – “….El ajedrez tiene su origen en la India,
más concretamente en el Valle del Indo, y data del siglo VI d.C.
Originalmente conocido como Chaturanga, o juego del ejército, se difundió
rápidamente por las rutas comerciales, llegó a Persia, y desde allí al Imperio
bizantino, extendiéndose posteriormente por toda Asia. La mayoría de los
historiadores coinciden en ubicar el origen del ajedrez en la India en el siglo
VII. El mundo árabe, adoptó el ajedrez con un entusiasmo sin igual: estudiaron
y analizaron en profundidad los mecanismos del juego, escribieron numerosos
tratados sobre ajedrez y esarrollaron el sistema de notación algebraica. El
juego llegó a Europa entre los años 700 y 900, a través de la
conquista de España por el Islam, aunque también lo practicaban los vikingos y
los Cruzados que regresaban de Tierra Santa. En las excavaciones de una
sepultura vikinga hallada en la costa sur de Bretaña se encontró un juego de
ajedrez, y en la región francesa de los Vosgos se descubrieron unas piezas del siglo
X, de origen escandinavo, que respondían al modelo árabe tradicional.
Durante la edad media España e Italia eran los países donde más se practicaba.
Se jugaba de acuerdo con las normas árabes (descritas en diversos tratados de
los que fue traductor y adaptador Alfonso X el Sabio), según las cuales la
reina y el alfil son piezas relativamente débiles, que sólo pueden avanzar de
casilla en casilla. La era moderna del Ajedrez, sin embargo, puede ser ubicada
en el siglo XV, donde las piezas obtuvieron la forma que tienen
actualmente. El primer analista serio del juego fue el español Ruy López de Segura (Siglo XVI),
quien en 1561 describió las reglas que aún se usan. El primer reglamento
impreso fue publicado por Francois Philidor con el
titulo Analyse du jue des echecs (1749), que fue traducido a muchos lenguajes y
ayudo a la difusión del juego. Durante los siglos XVI y XVII el
ajedrez experimentó un importante cambio, y la reina se convirtió en la pieza
más poderosa, en cuanto a su movimiento se refiere, del tablero. Fue entonces
cuando se permitió a los peones avanzar dos casillas en su primer movimiento y
se introdujeron la regla conocida como en passant ('al paso'), que permite
capturar el peón que sigue su marcha y no come la ficha que se le ha ofrecido
por una determinada estrategia, y el revolucionario concepto del enroque. Los
jugadores italianos comenzaron a dominar el juego, arrebatándoles la supremacía
a los españoles. Los italianos, a su vez, fueron desbancados por los franceses
y los ingleses durante los siglo XVIII y XIX cuando el ajedrez, que había sido
hasta entonces el juego predilecto de la nobleza y la aristocracia, pasó a los
cafés y las universidades. El nivel del juego mejoró entonces de manera
notable. Comenzaron a organizarse partidas y torneos con mayor frecuencia, y
los jugadores más destacados crearon sus propias escuelas…..”
Los judíos en España (107-110) – “La presencia judía en España data de
tiempos inmemoriales y ha estado caracterizada por una serie de altibajos y
contrastes que comprenden desde las épocas más gloriosas de convivencia y
esplendor, hasta las más terribles injusticias y persecuciones. La historia de
España se encuentra enriquecida y transformada permanentemente por la presencia
judía en su territorio; y el pueblo judío recibe, de los judíos españoles, un
legado único en su género: la cultura sefaradí. La primera referencia concreta
a Sfarad, nombre por el que los judíos conocieron a la península ibérica
durante su larga estadía, aparece en la Biblia en el libro de Abdias, unos 600
años antes de la era común. Según ciertas versiones, la primera oleada judía
llegó a la península ibérica desde tiempos de Nabucodonosor, Rey de Babilonia
(siglo V, a.e.c.). Posteriormente, los judíos que se rebelaron contra el
dominio romano en Judea ya escribían cartas en las cuales pedían ayuda a los
judíos de Sfarad 40 años antes de la era cristiana. Sin embargo, testimonio
fehaciente de la presencia judía en España data de comienzos del siglo III,
e.c. Una lápida encontrada en Adra (Granada), nos da cuenta exacta del primer
personaje de este pueblo que encontramos en Sfarad: una niña de un año, 4 meses
y un día. Su presencia nos confirma que en las postrimerías del siglo II los
judíos españoles no sólo estaban firmemente establecidos en el suelo
peninsular, sino que nada les obligaba a ocultar su presencia. A través de los
siglos, los judíos españoles vivieron bajo el dominio de diferentes sociedades
e imperios: los romanos cristianos, los visigodos, los musulmanes y los
españoles católicos, que finalmente los expulsaron en 1492, aunque esto no
significó la obliteración total de la presencia judía en la península…..” (
https://www.tribuna.org.mx/diaspora/781-sfarad-la-historia-de-los-judios-en-espana-i.html).
También puede verse:
Progromo en contra de judíos en Sevilla y
otras ciudades (109) – “Los judíos han sido perseguidos en multitud de
ocasiones a lo largo de su historia, siendo la Edad Media uno de los momentos
negros en el antisemitismo. El siglo XIV estuvo marcado por la crisis, la peste
asolaba Europa y esto, unido al gran odio que generaban los judíos por su
riqueza, derivó en que fueran acusados de propagar la enfermedad. La
convivencia estaba muy deteriorada y esto hizo que estallaran diferentes
revueltas antisemitas a lo largo y ancho de la Península Ibérica. Uno de
los pogromo más conocidos fue el de Sevilla en 1391 que acabó con más de 4000
muertos y la persecución de miles de inocentes. A
mediados del siglo XIV vivían en Sevilla unas 7000 familias judías, odiadas por
gran parte de la población fundamentalmente por motivos económicos. Eran culpados de todo lo imaginable y
las predicaciones del arcediano de Écija Ferrán Martínez incendieron
la situación. Este religioso arengaba y exhortaba a los sevillanos a la
violencia antisemita al acusar a los judíos de matar a Dios y beberse nuestra
sangre. La caótica situación política del
reino de Castilla con el vacío de poder en la minoría de Enrique III complicó
aún más la situación al favorecer la anarquía y la inmunidad ante los delitos. El
primer ataque fue el 15 de Marzo, sofocado pronto, aunque el mayor comenzaría
el 6 de Junio. Una población enfurecida liderada por el arcediano Martínez
enarbolando un cruz atacó la Judería asesinando, quemando y saqueando. Entraron
por las dos puertas del barrio, la de Mateos Gago y la de la Puerta de la Carne
impidiendo la huída de sus habitantes. El pogromo duró un día entero y su
balance fue aterrador: 4.000 muertos, mujeres y niños vendidos como esclavos a
los musulmanes y otros que aceptaron la conversión al cristianismo como única manera
de seguir vivos. Tras estos sucesos la judería sevillana desapareció. Fue
llamada Villa Nueva, sus sinagogas se convirtieron en iglesias: Santa Mª la
Blanca, la Iglesia de Santa Cruz (hoy desaparecida), el Convento de la
Madre de Dios y la Iglesia de San Bartolomé. Poco después los progroms se
extendieron por diferentes ciudades españolas como Córdoba, Toledo o Barcelona,
lo que terminaría con la desaparición de las juderías en el reino de Castilla.
Además provocó una gran migración primero en dirección a Portugal y más tarde
hacia el norte de África”. (http://quhist.com/ataque-juderia-sevilla/,
por SIBYLA). También puede verse: (
https://es.wikipedia.org/wiki/Revuelta_antijud%C3%ADa_de_1391);
(
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/antisemitism-in-history-from-the-early-church-to-1400);
(
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/119613/1/TFG_Aranda%20Cardenete%2C%20Antonia.pdf,
Antonia Aranda Cardenete).
La peste (115) – “…El hambre,
la guerra y la peste constituyen la trilogía de grandes catástrofes
tradicionalmente asociadas a esa profunda desgarradura que conoció la Europa
feudal en la decimocuarta centuria y que la historiografía denomina crisis del siglo XIV. La
Península Ibérica no se vio libre de dichos azotes. Aunque con intensidad
diversa, según las épocas y las regiones, los reinos hispánicos vivieron en el
siglo XIV numerosos períodos de malas cosechas y hambres subsiguientes
(los malos años de
los documentos), interminables guerras que ocasionaron enormes destrozos, ante
todo en el medio rural, y la proliferación de pestes mortíferas. De todas
éstas, la que causó mayor
impacto fue, sin ningún género de dudas, la difundida a mediados de la
centuria, la tristemente célebre Peste Negra. Fue tal la impresión que produjo
a quienes la conocieron que hicieron de ella el punto de partida de los
posteriores ramalazos pestilentes. llamándola la primera mortandad. Esta fue la primera et grande pestilencia
que es llamada
mortandad grande, dice la crónica del monarca castellano Alfonso
XI, añadiendo a continuación que causaba estragos desde 1348en las partes de Francia et de Inglaterra,
et de Italia, et aun en Castiella, et en León, et en Extremadura, et en otras
partidas.No es fácil reconstruir ni la cronología ni el itinerario
seguidos por la Peste Negra en su propagación por la Península Ibérica. Las
fuentes más antiguas acerca de la epidemia datan de marzo de 1348, en tanto que
los testimonios más tardíos se refieren a marzo de 1350. De acuerdo con esta
información,
la Peste Negra habría actuado en las tierras penínsulares durante un período de dos
años como mínimo. Si prestamos nuestra atención al itinerario de la mortandad,
observaremos cómo puede reconstruirse, en sus líneas generales, el de la Corona
de Aragón, que ha conservado fuentes mucho más explícitas, pero no el de los
restantes reinos hispánicos. La peste se propagó al Occidente de Europa a
través del Mediterráneo. No tiene por ello nada de extraño que las primeras
tierras hispánicas afectadas fueran las islas Baleares, concretamente Mallorca.
Allí, en la villa marinera de Alcudia, falleció a fines de marzo de 1348 un tal
Guillem Brassa, la primera víctima documentada. Poco tiempo después prendió en
la Península. En los primeros días de mayo está documentada la presencia de
la muerte negra en la
costa catalana (en concreto en Barcelona y en Tarragona). En el mismo mes,
aunque en día no precisado, la peste actuaba en la ciudad de Valencia. En el
citado mes de mayo de 1348 había llegado al sur de la Península, pues, según el
testimonio transmitido por Ibn Hatima, estaba causando víctimas en la ciudad
musulmana de Almería. Volviendo al ámbito de la Corona de Aragón, sabemos que
la epidemia se difundió desde la zona litoral hacia las regiones del interior.
Es probable que desde Barcelona se propagara a Lérida y desde esta población a
Huesca, donde nos consta su presencia a finales de septiembre. Más tarde se
extendería a Zaragoza, adonde llegó cuando el monarca Pedro IV estaba reunido
con las Cortes de Aragón. Estant
en los tractaments de les dites corts comenya la gran mortaldat, se
lee en la Crónica del Ceremonioso. Esto sucedió, presumiblemente, entre fines
de septiembre y comienzos de octubre de 1348. Simultáneamente, la peste se
habría propagado desde Valencia a Teruel, víctima de sus estragos, al parecer,
desde fines de julio. Señalemos, por último, que las tierras aragonesas fueron,
según todos los indicios, la antesala de Navarra, adonde la mortandad llegaría
hacia el mes de octubre…. En
el terreno social, la propagación de la Peste Negra tuvo una incidencia
inmediata. La acusación lanzada contra los judíos, a quienes se achacaba el
origen de la epidemia, aunque no se apoyaba en ninguna prueba concluyente,
prendió rápidamente en la sensibilidad popular, propicia a las iras
antisemitas. De ahí que en el mes de mayo de 1348, apenas unos días más tarde
de la aparición de la peste en la ciudad, el call o aljama judaica de Barcelona fuera asaltado. La ola
antisemita se extendió al resto de Cataluña, afectando a los calls de Cervera y Tárrega y, en menor
medida, a los de Lérida y. Gerona. En tierras de la Corona de Castilla, por el
contrario, no hay noticias de furores antisemitas. No obstante, en 1354 se
registró un ataque a la judería de Sevilla, pudiendo sospecharse que fuera
consecuencia lejana del clima creado a raíz de la difusión de la Peste Negra….”.
(http://www.vallenajerilla.com/berceo/valdeon/muertenegraenlapeninsula.htm, Julio Valdeón).
También puede verse:
El Renacimiento (113) – “El Renacimiento fue ese periodo en el que
estalló la lenta evolución que había ido fraguándose a lo largo de toda la Edad
Media y que desembocó en la Reforma del siglo XVI. Representó el cambio más
decisivo de la historia universal desde la llegada del cristianismo, y el peso fundamental
e indiscutible de esa profunda transformación correspondió a la nación
española. Ciertamente, en arquitectura y artes plásticas fueron pioneros la
república de Florencia y diversos territorios de la península itálica, algunos
de los cuales formaban parte de la corona española. En todo lo demás fue España
la que abrió los caminos por los que circularían después las restantes naciones
europeas. Los Reyes Católicos inauguraron
una forma nueva de gobernar y de administrar las relaciones con sus súbditos.
Un modelo de monarquía autoritaria que, al aumentar las competencias del
estado, necesitó una burocracia más numerosa y especializada, nutrida por
juristas formados en la universidad. El Consejo Real, antes consultivo y
formado por personajes principales de la nobleza y del clero, se convirtió
en el primordial órgano de gobierno, y desde 1495 sus miembros fueron letrados
ilustres. El rey Fernando inspiró la figura de “El Príncipe” a Maquiavelo, y la
reina Isabel se adelantó varios siglos al paradigma de igualdad entre hombres y
mujeres. Su figura y su ejemplo dejaron honda huella en toda la hispanidad. No
es casualidad que el pueblo cambiara el lema del rey Fernando, “Tanto monta”,
por el de “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”. Tampoco es fruto
del azar, que sean los países hispanos los únicos en los que la mujer no pierde
su apellido al casarse y, además, lo transmite a sus descendientes. (https://www.frquesada.com/el-renacimiento-fue-espanol/)....El
Renacimiento se extendió de Italia a España de forma tardía y el Renacimiento
en España llegó a su auge en la segunda mitad del siglo XVI y a principios
del siglo XVII, principalmente en la literatura y el arte.
En el siglo XVI la literatura española tuvo un desarrollo personalizado y los
mayores éxitos son las novelas y las dramas. Lope de Vega y Miguel de Cervantes son dos representativos
famosos en estas áreas…..En cuanto al arte, no
podemos olvidar a El Greco(1541~1614). Fue un pintor del final del Renacimiento que desarrolló un
estilo muy personal en sus obras de madurez. …..El Renacimiento no se
manifiesta sólo en las artes y en las letras, sino en otras muchas cosas y
actitudes. Una de ellas y muy especial es el naciente Estado moderno. Éste
empieza por ser una nueva forma de entender el poder y la formade ejercerlo, en
lo cual serán maestros destacados los reyes Fernando, Carlos V y Felipe II. En
esta nueva concepción tiene un valor instrumental esencial la prudencia y la experiencia,
de ahí que la políticase transforme en un arte…..” (
https://blogs.ua.es/vidacotidiana16/el-renacimiento-de-espana/).
También puede verse:
María de Padilla (115) – “…María de Padilla,
nace en lugar no determinado en 1334, hija de Juan García de Padilla y de María
González de Hinestrosa, pertenecía a esta familia noble castellana, originarios
de Padilla de Abajo (Burgos), las crónicas de su época la describen como “muy
fermosa, e de buen entendimiento e pequeña de cuerpo”. Un encuentro fortuito
entre ella y el rey Pedro I de Castilla hace que esta pareja se conozca y nunca
más se separe a pesar de las dificultades y la peculiar historia de amor que
vivieron. El rey Pedro I “el Cruel” llegó a casarse dos veces mientras que
María no era nada más, y nada menos, que la amante oficial del monarca
castellano. Las huellas del “reinado” y de la alta posición que ocupo Doña
María de Padilla las vemos reflejadas no sólo en la literatura, sino también en
la arquitectura de los Reales Alcázares de Sevilla, residencia oficial de dicha
dama, dando nombre a unos afamados baños en el conjunto histórico sevillano. Es
en los Reales Alcázares donde tenía esta corte chica la amante oficial del rey,
donde repartía, con el beneplácito del monarca, notables privilegios para sus
familiares y conocidos, lo cual fue causa de descontento de algunos nobles y
uno de los motivos por los que se luchó en la Guerra Civil Castellana, entre el
rey y su hermano bastardo Enrique de Trastámara. María le dio cuatro hijos al
rey, en principio ilegítimos: Beatriz en 1353, Constanza en 1354, Isabel en
1355 y Alfonso en 1359, es más que probable que del último parto quedasen
secuelas o que la peste a la postre hicieran perecer tanto a la madre como
al heredero. María de Padilla fallece en julio de 1361 y su hijo Alfonso
en 1362. Tras su muerte el rey Pedro I la lloró tanto que un año después, en
las cortes celebradas en Sevilla, declaró ante los nobles que María de Padilla
había sido su primera y única esposa, y “haberse casado con D. María por
palabras de presente, ocultando ese casamiento para evitar que algunos de su
reino se alzasen contra él”, y que este matrimonio secreto se realizó ante el
Abad de Santander, consiguiendo que el arzobispo de Toledo declarara nulos los
otros dos matrimonios anteriores, por lo que las cortes ratificaron su
afirmación declarándola reina y legitimando su descendencia. Por ello su cuerpo
se trasladó a la Capilla de los Reyes de la Catedral de Sevilla, dónde también
se encuentra enterrado el rey, siendo declarado heredero el hijo de ambos,
Alfonso.”
Apéndice
1369:
Enrique de Trastámara mata a su hermano Pedro I
Por:
Pedro García Luaces 2011-03-22
“El 22 de marzo de 1369 Enrique de Trastámara mataba a su
hermano Pedro I en Montiel y encontraba vía libre para ocupar el trono de
Castilla. Lo que así contado puede parecernos la historia de una usurpación
fue, sin embargo, una jugada que habría de aportar enormes beneficios a la
corona castellana. Cuando el gran rey Alfonso XI moría a causa de la peste en
1350, dejaba un hijo legítimo, Pedro, y una extensa prole de hijos bastardos
fruto de sus amoríos con una dama sevillana, Leonor de Guzmán. A Pedro I se le
apodaba El Cruel pero hay quien ha querido verlo como un justiciero por su
oposición a la nobleza en favor del pueblo. Cierto es que convocó las Cortes de
Valladolid tomando medidas muy adelantadas a su época, pero también aplicó
castigos desmedidos tendentes al ensañamiento. Su reinado creó una gran
división entre la nobleza y llevó a Castilla a la guerra civil, imponiéndose en
ella la casa Trastámara.
Enrique de Trastámara era, junto a su hermano gemelo
Fadrique, el mayor de los hijos naturales de Alfonso. Desde pequeño gozó de
privilegios nobiliarios y pudo casar con doña Juana Manuel, hija del ilustre
literato y sobrina nieta de Alfonso X el Sabio, lo que le abría una nueva línea
de derecho al trono. Enrique se perfiló pronto como el principal aspirante al
trono de Pedro I, capitalizando todo el descontento que generaba su sangrienta
política. Con todo, Pedro fue un excelente militar que supo contrarrestar su
escasa habilidad política con la fuerza de sus armas. Enrique no andaba muy a
la zaga en argumentos militares, pero era además mucho mejor diplomático. Su
triple «entente» con Francia, Aragón y el Vaticano inclinaría de forma decisiva
el signo de la contienda, aunque Pedro, casi por descarte, se alineara con
Eduardo III de Inglaterra.
La guerra castellana llegará a su fin en los campos de
Montiel. Las huestes de Pedro hincan por fin la rodilla y el monarca debe
refugiarse. Se encuentra cercado y sin escapatoria. Entonces trata de pactar su
huida con el jefe militar de Enrique, Bertrand du Guesclin, que finge aceptar y
le cita en su tienda. Allí le espera su hermanastro. Pedro y Enrique se
enfrentan cuerpo a cuerpo ante la mirada del francés, que finalmente decide
participar, al parecer justificándose: «Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi
señor». Enrique II fue desde entonces un notable monarca, capaz de pacificar el
país ligando la nobleza al desarrollo económico por encima de confabulaciones
políticas y sentando las bases del glorioso proyecto que Castilla sería capaz
de comandar en el futuro.”